CÉLEBRE AUTOR DEL CINE POLÍTICO ITALIANO
Hoy se cumplen cuarenta años de la muerte del director y guionista cinematográfico italiano Elio Petri. De ideología izquierdista, en los años 60 y 70 destacó por sus películas de acusado contenido político y social, confrontando al hombre con el poder desde un punto de vista satírico y grotesco. Sus films más reconocidos fueron Investigación sobre un ciudadano libre de toda sospecha (1970), Oscar de Hollywood a la mejor película en lengua no inglesa, y La clase obrera va al paraíso (1971), Palma de Oro en el Festival de Cannes.
Nacido Eraclio Petri, fue el único hijo de una familia de clase obrera. El padre era fontanero y la madre trabajaba en una lechería. Su abuela le dio una educación represiva, aunque al pequeño Elio le gustaba vagar por las calles. Apenas adolescente simpatizó con los ideales de la izquierda y acabó por adherirse al Partido Comunista Italiano, que abandonaría tras la revolución de 1956 en Hungría, que fracasó y puso a ese país bajo el yugo soviético.
Apasionado desde edad temprana por el periodismo y el cine, a los veinte años comenzó a escribir como crítico cinematográfico en el periódico l'Unità y en la revista Gioventù Nuova. Por esta época conoció al consagrado director Giuseppe De Santis, que le tomó como ayudante primero y como guionista después, y empezó a relacionarse con buen número de artistas (pintores, poetas, escritores, guionistas, directores...). A partir de 1953 colaboró en el argumento y guión de películas de diversos realizadores, filmó dos cortometrajes documentales y en 1960 comenzó a rodar su primera película, El asesino (1961), thriller policíaco de análisis psicológico, con Marcello Mastroianni, Cristina Gaioni y Micheline Presle, film presentado en el Festival de Berlín pese a tener algunos problemas con la censura.
En 1962, después de casarse con Paola Pegoraro, hija de un productor de cine, dirigió Días contados (1962), drama inspirado en la figura de su padre, con Salvo Randone, Paolo Ferrari y Vittorio Caprioli, que muestra la crisis existencial de un fontanero cincuentón que deja su trabajo y pretende sin éxito rehacer su vida; el film, influenciado por la nouvelle vague francesa, trata la alienación cotidiana sin prejuicios narrativos y consiguió el primer premio en el Festival de Mar del Plata en Argentina. Su tercer film fue El maestro de Vigevano (1963), comedia dramática con Alberto Sordi y Claire Bloom interpretando a un matrimonio infeliz a causa de la ambición de la esposa. Después, junto a Giuliano Montaldo y Giulio Questi, fue coautor del documental Nudi per vivere
(1963), que aglutinaba números de variedades en varios clubs
nocturnos de París, film secuestrado por la judicatura italiana, que
ordenó la destrucción del negativo; una copia que se salvó se
proyectaría en el Festival de Venecia en 2009. También dirigió el episodio 'Gente moderna', con Ugo Tognazzi, Bernard Blier y Michèle Mercier, en la comedia colectiva Alta infidelidad (1964), que asímismo contó con otros tres filmados por Mario Monicelli, Franco Rossi y Luciano Salce. Su filmografía prosiguió con La décima víctima (1965), comedia satírica de ciencia-ficción con Marcello Mastroianni, Ursula Andress, Elsa Martinelli y Salvo Randone, denuncia contra el sistema capitalista y contra la invasión de los mass media, A cada uno lo suyo (1967), drama criminal sobre la mafia siciliana basado en una novela de Leonardo Sciascia, con Gian Maria Volonté, Irene Papas, Gabriele Ferzetti y Salvo Randone, un film que ganó el premio al mejor guión en el Festival de Cannes, y Un lugar tranquilo en el campo (1969), drama de terror con Franco Nero y Vanessa Redgrave.
Sus tres siguientes obras constituyen la llamada 'trilogía de la neurosis', representando sucesivamente la neurosis del poder, la neurosis del trabajo y la neurosis del dinero. Se inicia con Investigación sobre un ciudadano libre de toda sospecha (1970), thriller policiaco grotesco, retrato extraordinario del poder como deseo sexual, con Gian Maria Volonté, Florinda Bolkan y Salvo Randone, un film muy premiado: Gran Premio del Jurado y premio FIPRESCI en el Festival de Cannes, Oscar a la mejor película en lengua no inglesa, y dos David di Donatello, a la mejor película y al mejor actor protagonista. Continúa con La clase obrera va al paraíso (1971), drama satírico denunciador de las condiciones laborales en las fábricas, con Gian Maria Volonté, Mariangela Melato y Salvo Randone, film ganador de la Palma de Oro en Cannes (ex aequo con "El caso Mattei" de Francesco Rosi) y del David di Donatello a la mejor película. Concluye con El amargo deseo de la propiedad (1973), comedia negra que analiza con un trasfondo grotesco la destrucción del ser por el tener, con Ugo Tognazzi, Flavio Bucci y Salvo Randone.
Sus restantes películas fueron Todo modo (1976), adaptación de una novela de Leonardo Sciascia, drama grotesco (con una epidemia como telón de fondo) contra las clases dirigentes de una Italia dominada por la Democracia Cristiana, con Marcello Mastroianni, Gian Maria Volonté, Mariangela Melato, Renato Salvatori y Michel Piccoli; Las manos sucias (1978), film rodado para la televisión según la obra de Jean-Paul Sartre, con Marcello Mastroianni y Giovanni Visentin; y Buenas noticias (1979), comedia dramática que abunda en su pesimismo metafísico, con Giancarlo Giannini, Ángela Molina, Paolo Bonacelli y Aurore Clément.
En 1980 debutó como director teatral con la obra "El reloj americano" de Arthur Miller en el Teatro Duse de Génova.
Enfermo de cáncer, Elio Petri falleció a la edad de 53 años.
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