MARCADA POR LA TRAGEDIA
Hoy es aniversario natal de la actriz estadounidense Patricia Neal. Hermosa, de imponente presencia, seductora voz grave, mirada triste y aire displicente, accedió al cine procedente del teatro y en su zigzagueante carrera fue una prestigiosa intéprete especialmente dotada para el drama, que ganó un Tony, un Oscar, dos BAFTA y un Globo de Oro. Su no demasiado prolífica filmografía cuenta con varios clásicos. En su vida personal (que la prensa comparó a una tragedia griega) se sucedieron los infortunios y las enfermedades, que con duro esfuerzo y obstinada perseverancia logró superar.
Patricia Louise Neal creció en Knoxville, Tennessee, y cuando terminó sus estudios secundarios se matriculó en la Universidad
de Northwestern, Illinois, con la intención de estudiar interpretación al mismo tiempo
que trabajaba como modelo. Pronto marchó a Nueva York para probar fortuna como actriz y a los pocos meses pudo participar en su primer trabajo en Broadway. Allí, en la segunda mitad de la década de los 40, se hizo rapidamente un nombre y llegó a ganar un Tony en 1947 en la primera edición de esos premios teatrales.
Poco después debutó en el cine con cuatro películas seguidas estrenadas el mismo año: John loves Mary (1949) de David Butler, comedia con
Ronald Reagan,
Jack Carson y
Edward Arnold, El manantial (1949) de King Vidor, pasional drama basado en una novela de Ayn Rand, donde compartió créditos con Gary Cooper, hoy un clásico pero un fracaso en su día, El amor no puede esperar (1949) de David Butler, comedia con Dennis Morgan, Doris Day y Jack Carson, y Alma en tinieblas (1949) de Vincent Sherman, drama basado en una obra de John Patrick, con
Ronald Reagan y Richard Todd. Ya convertida en estrella continuó siendo muy solicitada en títulos como El rey del tabaco (1950) de Michael Curtiz, drama de época con Gary Cooper y Lauren Bacall, Punto de ruptura (1950) de Michael Curtiz, noir que adaptaba la novela "Tener y no tener" de Ernest Hemingway, con John Garfield, Tres secretos (1950) de Robert Wise, drama con
Eleanor Parker y
Ruth Roman, La flota silenciosa (1951) de George Waggner, film bélico con John Wayne, Ultimátum a la Tierra (1951) de Robert Wise, clásico de ciencia-ficción con
Michael Rennie y
Hugh Marlowe, o Correo diplomático (1952) de Henry Hathaway, thriller de espionaje con Tyrone Power y
Stephen McNally. Durante el rodaje de El manantial se enamoró perdidamente de su partner Gary Cooper, quince años mayor y que estaba casado, un tórrido romance de tres años ampliamente publicitado por la prensa, quedando Patricia maltrecha emocionalmente cuando el actor decidió dar por terminada la relación al negarse su esposa a concederle el divorcio. Embarazada de Cooper, se vio obligada a abortar, lo que acentuó su crisis depresiva y lamentaría el resto de su vida. A finales de 1951 dejó Hollywood y volvió a Nueva York, donde, en una fiesta en casa de Lillian Hellman conoció al escritor británico Road Dahl, con quien acabaría casándose (más por despecho que por amor, pues nunca pudo olvidar a Cooper) en 1953. El matrimonio produciría cinco hijos, nacidos en 1955, 1957, 1960, 1964 y 1965 y duró treinta años. En 1952 Neal volvió a trabajar en Broadway y en esa época se matriculó en el Actor's Studio. Allí coincidió con el director Elia Kazan, que años después le daría un papel protagonista en Un rostro en la multitud (1957), drama junto a Andy Griffith sobre la manipulación política ejercida por los medios de comunicación, donde Neal interpretó a una ambiciosa periodista. Sus siguientes películas fueron Desayuno con diamantes (1961) de Blake Edwards, comedia sofisticada con
Audrey Hepburn,
George Peppard y Mickey Rooney, en la que desempeñó un papel secundario de dama madura que mantiene a un joven escritor en espera de un éxito que no llega, y Hud: El más salvaje entre mil (1963) de Martin Ritt, drama rural con Paul Newman,
Melvyn Douglas y
Brandon De Wilde, donde interpretó a Alma Brown, una sufrida empleada en el hogar de una familia complicada. Por este papel, entre otros premios, ganó el Oscar y el BAFTA a la mejor actriz principal. Tras protagonizar Psique (1964) de Alexander Singer, drama de intriga con Curd Jürgens,
Samantha Eggar y
Ian Bannen, volvió a ganar otro BAFTA a la mejor actriz extranjera por Primera victoria (1965) de Otto Preminger, drama bélico con
John Wayne,
Kirk Douglas y
Henry Fonda.
En su vida personal, desde comienzos de los años 60 se desencadenaron las desgracias para Neal. Su tercer hijo, de cuatro meses, sufrió graves daños cerebrales cuando el carrito en que lo transportaba su niñera fue arrollado por un taxi en Nueva York. Para que el bebé continuase su rehabilitación, que requirió varias operaciones, sus padres trasladaron su residencia a Inglaterra. A finales de 1962, su primogénita, de siete años, murió de encefalitis. En 1965, estando embarazada, la actriz sufrió tres accidentes cerebrovasculares que la sumieron en coma durante tres semanas, precisando de una intervención quirúrgica de siete horas de duración en su cerebro cuando apenas nadie apostaba por su supervivencia. Gracias a un duro trabajo de rehabilitación, con el empeño de su marido, recuperó el habla y el movimiento tras haber sufrido parálisis y ceguera parciales, pérdida de memoria y ser incapaz de articular palabra o caminar. Finalmente dio a luz a una niña, la quinta de sus hijos, que nació sana.
Acostumbrada a las adversidades, con su férrea voluntad y el apoyo afectivo de su familia, superó el bache y, tras largas sesiones de rehabilitación, se recuperó lo suficiente. Hasta tal punto que su interpretación en Una historia de tres extraños
(1968) de Ulu Grosbard, drama con
Jack Albertson y
Martin Sheen, le brindó una nueva nominación al Oscar a la mejor actriz protagonista por su papel
de una desquiciada madre y ama de casa, maltratada psicológicamente por
un marido adúltero. Pero ciertamente su carrera ya no volvió a ser la misma y su presencia fue diluyéndose en películas menores, telefilms y series televisivas, por una de las cuales ganó un Globo de Oro. Entre sus siguientes trabajos para la gran pantalla figuran El enterrador nocturno (1971) de Alastair Reid, thriller de terror con Pamela Brown y
Nicholas Clay, Odio la violencia (1973) de Lionel Jeffries, drama con
Britt Ekland,
Lynn Carlin,
Jean-Pierre Cassel y Scott Jacoby, Hay que matar a B. (1975) de José Luis Borau, thriller de producción española, con
Darren McGavin,
Stephane Audran y
Burgess Meredith, Nido de viudas (1975) de Tony Navarro, otro drama rodado en España, con
Valentina Cortese,
Susan Oliver e
Yvonne Mitchell, El pasaje (1979) de J. Lee Thompson, film bélico con
Anthony Quinn,
James Mason,
Malcolm McDowell y
Christopher Lee, Historia macabra (1981) de John Irvin, film de terror con
Fred Astaire,
Melvyn Douglas,
Douglas Fairbanks Jr. y
John Houseman, o Cookie's fortune (1999) de Robert Altman, comedia dramática rural con
Glenn Close,
Julianne Moore,
Liv Tyler,
Chris O'Donnell y
Charles S. Dutton.
En 1978 el hospital de Knoxville donde se recuperó paso a llamarse The Patricia Neal Rehabilitation Center. En el telefim "La historia de Patricia Neal" (1981), la actriz y su marido fueron encarnados por Glenda Jackson y Dirk Bogarde respectivamente. Patricia Neal se divorció de Roald Dahl en 1983 tras descubrir que él había mantenido una larga relación amorosa con una de sus mejores amigas. Casi tres décadas después, un cáncer de pulmón terminó con su vida a los 84 años.
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