SENSIBILIDAD EXACERBADA
Hoy es aniversario natal de la actriz austriaca Maria Schell. Belleza rubia de ojos claros y aspecto frágil e ingenuo, fue una de las principales estrellas del cine alemán posterior a la Segunda Guerra Mundial y asímismo tuvo una interesante carrera internacional que incluyó varias películas en Hollywood. Con sensibilidad exacerbada, repetidas veces al borde de lo lacrimoso, sus personajes en el cine solían sufrir lo indecible, circunstancia que en cierta medida la encasilló como intérprete dramática. Hermana mayor del actor y director Maximilian Schell, entre los reconocimientos que recibió figuran los premios a la mejor actriz en los festivales de Cannes y Venecia.
Hija de un escritor propietario de una farmacia y de una actriz que se encargaba de una escuela de interpretación, Maria Schell se trasladó con su familia a Zürich (Suiza) después de la anexión de su país por la Alemania nazi en 1938. A los dieciséis años y sin experiencia alguna como actriz debutó en el cine. Después de recibir lecciones de arte dramático, que pagó trabajando como secretaria, actuó en diversos montajes teatrales. Finalizada la guerra, actuó en películas austriacas, como El ángel con la trompeta (1948), drama de época protagonizado por
Paula Wessely, o Después de la tormenta (1948) de Gustav Ucicky, drama con Marte Harell; alemanas, como Vendrá un día (1950) de Rudolf Jugert, drama de época con Dieter Borsche; o británicas, como La caja mágica (1951) de John Boulting, drama con Robert Donat, o Yo no soy una heroína (1952) de Compton Bennett, drama bélico con Marius Goring.
Ya era toda una estrella del cine alemán cuando protagonizó Mientras estés a mi lado (1953) de Harald Braun, drama con O.W. Fischer y
Hardy Krüger, Labios soñadores (1953) de Josef von Báky, drama con O.W. Fischer, Diario de una joven enamorada (1953) de Josef von Báky, comedia con O.W. Fischer, o El revés de la trama (1953), de George More O'Ferrall, producción británica que adaptaba una novela de Graham Greene, con
Trevor Howard y
Elizabeth Allan. Se dio a conocer internacionalmente encarnando a una heroina trágica en El último puente (1954) de Helmut Käutner, drama bélico con Bernhard Wicki por el que ganó el premio a la mejor interpretación femenina en el Festival de Cannes. Después actuó en Napoléon (1955) de Sacha Guitry, drama histórico francés con reparto multiestelar, Las ratas (1955) de Robert Siodmak, drama sobre la posguerra berlinesa con
Curd Jürgens, Gervaise (1956) de René Clément, drama basado en una novela de Émile Zola, con
François Périer, por el que Schell ganó la copa Volpi a la mejor actriz en el Festival de Venecia, Pecar fue mi destino (1957) de Wolfgang Staudte, drama con Raf Vallone, o Noches blancas (1957) de Luchino Visconti, drama adaptador de la novela homónima de Dostoievski, con Marcello Mastroianni y
Jean Marais.
Con su carrera ya muy internacionalizada fue reclamada por Hollywood para intervenir en Los hermanos Karamazov (1958) de Richard Brooks, otra adaptación de Dostoievski, con Yul Brynner y
Claire Bloom, compaginando desde entonces su actividad en la llamada meca del cine y en Europa. Entre sus siguientes películas figuran Una vida (1958) de Alexandre Astruc, drama basado en una novela de Guy de Maupassant, con Christian Marquand, El árbol del ahorcado (1959) de Delmer Daves, western clásico con
Gary Cooper y
Karl Malden, Cimarrón (1960) de Anthony Mann, western basado en una novela de Edna Ferber, con
Glenn Ford,
Anne Baxter y
Arthur O'Connell, Hombre marcado (1961) de Guy Green, drama con
Stuart Whitman y
Rod Steiger, Toda una vida (1961) de Geza von Radvanyi, drama con O.W. Fischer, Sólo soy una mujer (1962) de Alfred Weidenmann, comedia con Paul Hubschmid, o Whisky y sofá (1963) de Günter Gräwert, comedia con
Karl Michael Vogler.
En los años siguientes trabajó muy a menudo en la televisión y el teatro, regresando a la gran pantalla con títulos como El diablo por la cola (1969) de Philippe de Broca, comedia con
Yves Montand y
Madeleine Renaud, 99 mujeres (1969) de Jess Franco, drama carcelario con
Mercedes McCambridge, Luciana Paluzzi y Herbert Lom, El juez sangriento (1970) de Jess Franco, film de terror con Christopher Lee, La provocación (1970), de André Charpak, drama con Jean Marais, El proceso de las brujas (1970) de Jess Franco, film de terror con Christopher Lee y Dennis Price, Odessa (1974) de Ronald Neame, thriller según una novela de Frederick Forsyth, con Jon Voight y
Maximilian Schell, Locuras de un matrimonio burgués (1976) de Claude Chabrol, comedia con Bruce Dern,
Stéphane Audran,
Sydne Rome,
Jean-Pierre Cassel,
Ann-Margret,
Charles Aznavour
y Tomas Milian, El viaje de los malditos (1976) de Stuart Rosenberg, drama inspirado en hechos reales, con Faye Dunaway,
Max von Sydow, Oskar Werner, Malcolm McDowell,
Orson Welles, James Mason, Lee Grant, Katharine Ross y Ben Gazzara, Superman (1978) de Richard Donner, adaptación del comic homónimo, con Christopher Reeve,
Marlon Brando y
Gene Hackman, Gigolo (1979) de David Hemmings, drama ambientado en los años 20, con David Bowie,
Sydne Rome,
Kim Novak,
David Hemmings, Curd Jürgens y Marlene Dietrich, Testimonio de mujer (1982) de Jacques Rouffio, drama adaptador de una novela de Joseph Kessel, con
Romy Schneider y
Michel Piccoli, o 1919 (1985) de Hugh Brody, drama donde tuvo como oponente a
Paul Scofield.
Tras escribir dos libros autobiográficos, se retiró en 1996, apareciendo en público por última vez con motivo del estreno en Suiza del documental "Mi hermana María" (2002), cariñoso homenaje a su figura dirigido por Maximilian Schell.
Maria Schell se casó y divorció dos veces. Su primer marido fue el director Horst Hächler (1957-1965), con quien tuvo a su hijo Oliver; el segundo fue el también director Veit Relin (1966-1986), padre de su hija Marie Theres. Sus dos vástagos heredaron la profesión de su madre. Afectada de depresiones, en 1991 trató de suicidarse con una sobredosis de barbitúricos y, tras una serie de derrames cerebrales, falleció de neumonía a los 79 años.
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