LA PASIÓN POR ESPAÑA Y LA SOLEDAD DEL EXILIO
Hoy es aniversario natal del escritor español Ramón J. Sender. Ejemplo de autor comprometido, pasó la mayor parte de su vida en el exilio y sufrió los vaivenes de la crítica. Solitario y entregado por completo a la literatura, es, sin duda, el literato más fecundo de todos los exilados por la Guerra Civil española. Su obra, amplísima, muy variada y de carácter realista, analiza con testimonial crudeza la realidad social desde una óptica revolucionaria en su primera etapa, con novelas que propició la memoria, la reflexión sobre el pasado cercano o la obsesión por la violencia; luego se interesa por la historia y la filosofía y se hace más alegórica o trascendentalista, conservando siempre el afán de renovarse y sorprender al lector. Fue premio nacional de Literatura en 1936 y ganó el premio Planeta en 1969 por una novela que obtuvo un desigual eco crítico. Siempre apasionado por su tierra de origen, entre sus últimos deseos expresó el de regresar definitivamente a España (cuya nacionalidad no recuperó hasta 1980), lo que no pudo llevar a efecto pues falleció a los 80 años a consecuencia de un enfisema pulmonar cuando se encontraba solo en su apartamento californiano. En uno de sus libros dijo: "La imaginación no puede sustituir la sencilla elocuencia de la verdad". Su literatura ha sido, junto con la de Pío Baroja, del que se consideraba discípulo, una de las que más han influído en la llamada generación realista española.
Reseña biográfica procedente de la página swarthmore:
Quizá el más importante de los novelistas
españoles de posguerra que escribieron en el exilio, Ramón José
Antonio Blas Sender Garcés nació en 1901 en Chalamera. Su padre
era el secretario del pueblo y su madre era la maestra. En 1903 la familia se
mudó a la villa de Alcolea de Cinca, donde vivió nueve años
y donde el padre de Sender fue nombrado secretario del Ayuntamiento. Los Sender
se trasladaron a un pueblo de Zaragoza, Tauste, lugar que el novelista evocaría
en los primeros tomos de su gran novela autobiográfica, Crónica
del alba.
Cuando la familia Sender se trasladó a Caspe en 1917,
Ramón se fue a Alcañiz, un pueblo de Teruel, donde se ganó
la vida trabajando de recadero de botica y estudió en el colegio de los
Padres Escolapios. Al terminar el bachillerato se fue a Madrid a la edad de
17 años. En Madrid encontró de nuevo trabajo en una farmacia y
publicó unos cuentos primerizos en una revista literaria publicada por
el farmacéutico donde trabajaba. Es en esta revista, Béjar
en Madrid, donde Sender usó por primera vez la firma "Ramón
J. Sender" (Sender fue despedido de su trabajo por haberle traído un
fármaco sospechoso al presidente de la Lliga Catalana. Aunque inocente
del crimen de que le acusaron, Sender se quedó sin sueldo y muy pronto
sin alojamiento. Llegó a pasar unas noches en los bancos del Parque del
Retiro. Allí lo encontró, dormido en uno de los bancos, Luis Buñuel,
quien le dió un poco de dinero para que consiguiera algo de comida.)
Sender entró en la Universidad de Madrid
pero dejó los estudios incompletos cuando se cerraron las aulas
de la universidad a causa de la epidemia de "la gripe española"
de 1918-19. Comenzó a frecuentar el Ateneo de Madrid. Allí
disfrutó de la extensa biblioteca y conoció a varios escritores,
entre ellos Ramón María del Valle Inclán y Miguel
de Unamuno. Sender nunca terminó
su carrera universitaria, sino que se dedicó a la formación
autodidacta. (El único título que recibió fue un
doctorado honorario que la Universidad de Nuevo México le concedió
en 1976.)
Ramón Sender entró en el mundo periodístico
de Madrid escribiendo artículos para el diario Nueva España.
Su primer artículo fue una entrevista con Trotski, completamente inventado
por "el entrevistador" (Sender conocería de verdad a Trotski muchos
años después, en México). También publicó
en el diario El País, usando en éste y en Nueva España
el seudónimo "Lucas La Salle." Sender publicó varios cuentos antes
de 1919, año en que regresó a Huesca para trabajar como subdirector
del periódico La Tierra, el portavoz de la Asociación de
Labradores y Ganaderos del Alto Aragón. En 1921 La Tierra pasó
de semanal a diario, pero aún le quedaba a Sender tiempo para dedicarse
a la literatura.
En febrero de 1922 Sender fue llamado a filas para luchar
en la guerra de Marruecos. Ascendió rápidamente en la jerarquía
militar y fue distinguido con una medalla al Mérito Militar. Publicó
varios artículos en el periódico El Telegrama del Rif,
portavoz del Protectorado. Se licenció del servicio militar en 1924.
Sus años en la guerra marroquí llegarían a ser el tema
de su novela Imán (1930).
Al terminar su servicio militar Sender volvió a Madrid
y participó en la redacción del periódico El Sol.
Simpatizó con los sindicalistas, sobre todo con los de la CNT (Confederación
Nacional de Trabajadores). A causa de su participación en una algarada
contra el dictador Primo de Rivera, Sender fue encarcelado en la Cárcel
Modelo de Madrid. Sus experiencias allí servirían de base a su
segunda novela O.P. ("Orden Público", 1931). La técnica
de "transferir" la vida en literatura continúa en las próximas
novelas de Sender: Siete domingos rojos (1932), que trata de las huelgas
revolucionarias del CNT en Madrid, y Viaje a la aldea del crimen (1934),
que trata de la represión en Casas Viejas contra unos campesinos cenetistas
(partidarios del CNT). Sender ganó el Premio Nacional de Literatura en
1936 con Mister Witt en el Cantón, una versión novelada
de la sublevación de los federalistas en la provincia de Murcia durante
la Primera República (1873). Como en otras novelas suyas en ésta
se fusionan acontecimientos y personajes históricos con lo ficticio.
En los años treinta Sender se afilió
al Partido Comunista. Por una temporada fue redactor en la revista comunista Tensor y viajó a Moscú en 1935. En ese mismo año
se casó con Amparo Barayón, con quien había tenido
un hijo en 1934. En 1936 nació otra hija. Cuando estalló la guerra civil en julio de
1936, Sender veraneaba con su mujer y sus hijos en San Rafael, un pueblo
de Segovia. Cuando esa zona cayó en seguida en manos de militares
sublevados en contra de la República, Sender pasó a las
filas republicanas. Su mujer fue fusilada sin juicio por las fuerzas
nacionalistas en octubre de 1936. Cuatro meses antes su hermano Manuel
había sido fusilado por las mismas.
Sender se separó del partido comunista en 1938 cuando
Enrique Líster, un general comunista del ejército republicano,
lo expulsó del partido y del ejército. Comenzó a escribir
propaganda para la causa republicana y fue a una misión en pro de la
España democrática a Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña.
También escribió unas memorias de su experiencia en la guerra
civil, Contraataque. Pasó una temporada en París y en marzo
de 1939 llegó a Nueva York con sus dos hijos. De Nueva York pasó
a México. Allí fundó una editorial, Quetzal, en
la cual publicó unas novelas. Escribió una docena de libros que
trataban de América.
Sender volvió al tema de España en El lugar
de un hombre (1939), novela que presenta la historia de un error judicial
en los años veinte en España. El
rey y la reina (1949) está ambientada en la guerra misma; el tema
de la guerra se presenta de manera simbólica en esta novela y también
en Los cinco libros de Ariadna, escrita ocho años después.
En los nueve tomos de la Crónica del alba, escritos entre 1942
y 1966, Sender evocó su propia juventud y adolescencia para hacer un
testimonio de las circunstancias históricas de esa época. Muchos
críticos opinan que las nueve novelas de la Crónica del alba
representan la obra más ambiciosa y magnífica de Ramón
J. Sender.
En 1942 Sender recibió una beca
Guggenheim y emigró a los Estados Unidos, donde
pasó varios años dando clases en diferentes
universidades, entre ellas la Universidad de Colorado,
Amherst y Harvard. Se hizo ciudadano de los Estados Unidos
en 1946. Entre 1947 y 1963 fue profesor de literatura
española en la Universidad de Nuevo México.
Después de pasar por Francia en 1963 se
estableció en la zona de Los Angeles donde
trabajó como profesor en la University of Southern
California. Se mudó a San Diego en 1971.
Continuó escribiendo hasta su muerte en
1982.
Requiem por un campesino español (1953) toma
lugar en los años de la Segunda República (1931) hasta el
comienzo de la guerra civil (1936). Publicada primero en México
en 1953 bajo el título "Mosén Millán", la novela
estuvo prohibida en España por varios años. En Requiem
por un campesino español se pone en evidencia el choque entre
dos ideologías y para ello el autor se vale de un protagonista-símbolo,
Paco, y un protagonista oponente, Mosén Millán.
El depurado realismo de esta novela corta es impresionante;
Requiem es reconocida como la obra maestra de Sender (Una de las primeras
películas de Antonio Banderas es una interpretación de Requiem
por un campesino español. Desafortunadamente, la versión cinematográfica
dista mucho de la maestría narrativa de la novela).
Sender indagó en la historia medieval
catalana para el tema de su novela Bizancio (1958), que trata
de una expedición a Grecia de unos mercenarios para combatir
en favor del emperador bizantino Andrónico II. Basó
otra novela histórica en la vida de un conquistador: La
aventura equinoccial de Lope de Aguirre (1964).
Sender dijo en una ocasión que "unas veces el hombre
domina las circunstancias, y otras es dominado y arrastrado por ellas. Esto
último sucedió a los españoles en 1936." Contemporáneo
de los poetas de la llamada "Generación del 27", Sender mostró
desde sus primeros escritos un interés con el compromiso político
y la capacidad de la novela de testimoniar las condiciones político-sociales
de una época, sea ésta histórica o contemporanéa.
Para Sender, la Historia y el tiempo histórico sólo son apariencias
que es preciso dejar de lado si se quiere captar el sentido verdadero de las
cosas.
Algunas de las novelas que Sender escribió en el
exilio siguen la misma tendencia de "novelizar" la historia que se observa en
sus obras escritas antes y aun durante la guerra civil; otras son obras puramente
de ficción. Le interesaba tanto el compromiso histórico como la
existencia individual: "Lo que hay que hacer [...] no es actuar como
hombres de una clase social sino como ser humano elemental y genérico".
A Sender le interesaba un proceso de inversión metafísica a través
del cual subrayaba las fuerzas elementales que subyacen en las acciones humanas.
El instinto elemental y el complejo de culpa son motivos constantes en su obra.
La fantasía y lo irracional funcionan como escape ante una realidad hostil.
Hoy en día todavía hay cierta
confusión en cuanto a la pronunciación del apellido
"Sender". El autor mismo explicó en sus Lecturas
mosaicas: "Como mis lectores saben me llamo Sender -la vocal
tónica es la segunda-. Pero muchos me llaman Sénder.
Es más cómodo poner el acento en la
primera."
Obra novelística de Sender.
1930 |
Imán |
1931 | O.P. ("O.P." significa orden público) El verbo se hizo sexo. Teresa de Jesús |
1932 | Siete domingos rojos |
1934 | Viaje a la aldea del crimen |
1936 | Mr. Witt en el Cantón (Premio Nacional de Literatura) |
(Entre 1939 y 1965 no se publicaron las obras de Sender en España) | |
1939 | El lugar de un hombre |
1942-66 | Crónica del alba (una serie de nueve novelas autobiográficas publicadas en México) |
1949 | El rey y la reina |
1952 | El verdugo afable |
1953 | Mosén Millán (El título original de Requiem por un campesino español; la primera edición de la novela fue prohibida en España hasta 1960) |
1956 | Bizancio |
1957 | Los cinco libros de Ariadna |
1958 | Los laureles de Anselmo |
1962 | La tesis de Nancy La luna de los perros |
1964 | La aventura equinoccial de Lope de Aguirre Jubileo en el Zócalo |
1965 | El bandido adolescente (trata de "Billy the Kid") |
1967 | Las criaturas saturnianas Tres novelas teresianas |
1982 | Album de radiografías secretas |
1985 | Toque de queda |
Muy enriquecedor indagar sobre Sender y leer su obra y para eso este resumen es un magnífico comienzo.
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