EL GRAN AMANTE
Hoy es aniversario natal del actor estadounidense John Gilbert, una de las estrellas más brillantes del cine mudo. Conocido como 'El gran amante', en los años 20 fue un galán de enorme popularidad, sólo comparable a la de Rudolph Valentino y, después del repentino fallecimiento de éste, no tuvo rival. En él se daban todas las características de los protagonistas masculinos silentes: seductor de cabello ondulado y con bigote, ojos ardientes muy abiertos y labios temblorosos para expresar la pasión. Frecuentemente ceñido de uniforme en películas de época, su sobria y emocionante interpretación del soldado de El gran desfile fue su mayor contribución al séptimo arte. Posteriormente Greta Garbo formó con él una pareja legendaria en cuatro películas. Duros enfrentamientos con Louis B. Mayer, presidente del estudio donde rodó sus películas más importantes, precipitaron su decadencia ya en los primeros tiempos del cine sonoro.
Nacido
John Cecil Pringle, era hijo de actores de teatro de repertorio. Su infancia fue infeliz pues, entre otros problemas, hubo de cambiar de escuela frecuentemente al viajar con su familia por todo el país. Cuando los Pringle se establecieron en California, John asistió a una academia militar en la población de San Rafael. A partir de 1915 trabajó como extra en gran número de producciones de Hollywood, continuó interpretando breves papeles con el nombre de Jack Gilbert y poco a poco fue destacando, lo que dio pie a un contrato de tres años con Fox Film Corporation en 1921. Para este estudio protagonizó títulos como Amor de árabe (1922) de
Jerome Storm, Monte Cristo (1922) de Emmett J. Flynn, o Sota, caballo y rey (1923) de John Ford.
Su consagración como gran estrella llegaría tras ser contratado por Metro-Goldwyn-Mayer en 1924. Entre las películas que fomentaron su fama figuran Su hora (1924) de King Vidor, drama con Aileen Pringle, El que recibe el bofetón (1924) de Victor Sjöström, drama circense con
Lon Chaney y
Norma Shearer, el primer film en que apareció el león de M.G.M., La viuda alegre (1925) de Erich von Stroheim, el film mejor recibido del gran director austriaco, una comedia romántica basada en la opereta de Franz Lehár, con Mae Murray como oponente, El gran desfile (1925) de King Vidor, drama con
Renée Adorée ambientado en la Primera Guerra Mundial y obra maestra del género bélico, de fabuloso éxito en su día y hoy todo un clásico del cine, donde Gilbert realizó el mejor trabajo de su carrera, Vida bohemia (1926) de King Vidor, drama romántico basado en la ópera "La bohème" de Giacomo Puccini, con Lillian Gish como coprotagonista, El caballero del amor (1926) de King Vidor, adaptación de una novela de Rafael Sabatini, con
Eleanor Boardman, El demonio y la carne (1926) de Clarence Brown, drama romántico con
Greta Garbo y
Lars Hanson, el primero de los cuatro títulos en que actuó junto a la sensación sueca, a la sazón recién llegada a Hollywood, de la que se enamoró perdidamente y a quien cortejó con insistencia, siendo rechazado repetidamente, un romance enormemente publicitado, El palacio de las maravillas (1927) de Tod Browning, drama circense con Renée Adorée y Lionel Barrymore, Filibusteros modernos (1927) de Jack Conway, drama con Joan Crawford y Ernest Torrence, Por una rubia (1927) de Monta Bell, drama con
Jeanne Eagels, Ana Karenina (1927) de
Edmund Goulding, adaptación de la novela de Tolstoi, con Greta Garbo, donde Gilbert incorporó al Conde Alexei Vronsky, Los cosacos (1928) de George W. Hill y
Clarence Brown, otra adaptación de Tolstoi, con Renée Adorée y Ernest Torrence, La mujer ligera (1928) de
Clarence Brown, drama romántico con
Greta Garbo, o El desierto de la sed (1929) de William Nigh, drama de aventuras con Mary Nolan y Ernest Torrence, que fue su último film silente.
A John Gilbert se le suele poner como típico ejemplo de estrella del cine mudo que fracasó en la transición al sonoro por culpa de su voz inadecuada. Pero lo cierto es que de su declive fue principalmente responsable la enemistad del todopoderoso Louis B. Mayer, el despótico e irritable jerifalte de M.G.M., con quien Gilbert había sostenido frecuentes disputas por motivos profesionales. Cuenta la leyenda que en 1926 se planearon dos bodas simultáneas que involucraban a artistas bajo contrato con el estudio del león: una era la del director King Vidor y la actriz Eleanor Boardman, la otra la de John Gilbert y Greta Garbo, quien, al parecer, había cedido a los requerimientos de su enamorado. En el último momento Garbo decidió no comparecer en la ceremonia y Mayer, presente en ella, hizo un comentario insultante sobre la actriz, lo que llevó a un frustrado Gilbert a agredir al magnate (alguien relató que incluso llegó a orinar sobre él). El presidente del estudio más importante de Hollywood juró que nunca olvidaría el incidente y haría lo posible por acabar con la carrera del actor. Por aquel entonces Gilbert, estrella muy taquillera, cobraba la elevada suma de 250.000 dólares por cada una de las seis películas a las que le comprometía su contrato con M.G.M., algo que enfurecía a Mayer. Se sugirió que éste deliberadamente dio a Gilbert malos guiones y directores ineficientes en un esfuerzo por hacerle rescindir su contrato.
La voz del actor se escuchó por primera vez en The Hollywood Revue of 1929 (1929), film a base de fragmentos, en su mayoría musicales, con un gran elenco de estrellas de M.G.M., apareciendo Gilbert junto a Norma Shearer en una secuencia que reproducía la escena del balcón de "Romeo y Julieta" de Shakespeare. Aunque la película fue firmada por Charles Reisner, la mencionada secuencia contó con Lionel Barrymore como director. Los espectadores no advirtieron ningun problema en la voz de Gilbert, que incluso recibió alabanzas. El público esperaba ansioso escucharle en su primer talkie como absoluto protagonista, His glorious night (1929), adaptación de un drama de Ferenc Molnár transformado en un torpe guión pasado de moda, con floridos diálogos y más próximo a la convenciones del cine mudo, cuya dirección se encargó a un inadecuado Lionel Barrymore. En cierto momento del film, Gibert tenía que repetir "Te quiero" una y otra vez hasta la extenuación mientras besaba a su oponente Catherine Dale Owen, lo que provocó las risas nerviosas del público. Esta secuencia sería parodiada veintitrés años más tarde en "Cantando bajo la lluvia". Dícese que Mayer ordenó sabotear el sonido de la voz de Gilbert para que pareciese más aguda, además de perpetuar el rumor de que la misma era atiplada e inaprovechable en las películas habladas. Gran cantidad de historiadores del cine han negado repetidamente que hubiese algo de cierto en tan difundido tópico: la voz de Gilbert era completamente normal y ahí están sus films sonoros para atestiguarlo. En todo caso, en cruel ironía del destino, His glorious night significó el principio del fin de la carrera de John Gilbert.
Aunque se había rodado antes, Redemption (1930) se estrenó después. Se trataba de un drama ambientado en la Rusia pre-revolucionaria que dirigió Fred Niblo (con tomas adicionales de Lionel Barrymore) y Renée Adorée, Conrad Nagel y Eleanor Boardman en el reparto. De inferior calidad, ni Way for a sailor (1930), atribuída a Sam Wood, ni Gentleman's fate (1931) de Mervyn LeRoy, hicieron gran cosa por mejorar la deteriorada imagen de un Gilbert crecientemente deprimido. Su amistad con el jefe de producción Irving Thalberg le proporcionó el protagonismo de mejores films: The phantom of Paris (1931) de John S. Robertson, drama de intriga con
Leila Hyams,
Lewis Stone y
Jean Hersholt, Lejos de Broadway (1931) de Harry Beaumont, drama con El Brendel, Lois Moran, Madge Evans y Ralph Bellamy, o Los de abajo (1932) de Monta Bell, drama a partir de una historia escrita por el mismo Gilbert y vendida al estudio por un dólar, con Paul Lukas y Virginia Bruce. Estas producciones fueron bien acogidas por la crítica pero no interesaron al público. La pérdida de su antaño inmensa popularidad precipitó a Gilbert aún más en el alcoholismo, la amargura y la autodestrucción. Después de actuar en Perdone, señorita (1933) de Tod Browning, drama de bajo presupuesto con Robert Armstrong y Mae Clarke, canceló su contrato con M.G.M. y dejó el estudio ese mismo año. No obstante, la estrella más prominente del mismo, su ex-amada Greta Garbo, exigió su vuelta para que fuese su coprotagonista en La reina Cristina de Suecia (1933), biografía histórica dirigida con gran acierto por Rouben Mamoulian, con memorables secuencias de la mítica pareja. Pero ya era demasiado tarde para Gilbert, quien sólo volvió a intervenir en una película más, El capitán odia el mar (1934) de Lewis Milestone, comedia producida por Columbia con Victor McLaglen como compañero de reparto.
John Gilbert se casó y divorció en cuatro ocasiones. Sus esposas fueron Olivia Burwell (1918-1921) y las actrices Leatrice Joy (1922-1925), con quien tuvo una hija, Ina Claire (1929-1931) y Virginia Bruce (1932-1934), con quien tuvo otra hija. En diciembre de 1935 sufrió un ataque al corazón, lo que le descartó de actuar en "Deseo", producción de Lubitsch en Paramount, que protagonizarían Marlene Dietrich y Gary Cooper (el papel previsto para él sería confiado a John Holliday). Dietrich fue su última amante y en la madrugada del 9 de enero de 1936 se encontraba con él en la casa del actor. Cuando se manifestaron las convulsiones de un segundo infarto fatal, que acabaría con la vida de Gilbert a los 38 años, la actriz llamó al ayuda de cámara filipino y a un oscuro médico y, previendo lo peor, recogió su equipaje y huyó de la mansión a toda prisa sin ser vista, pues de ninguna manera quería que esta relación adúltera saliera a relucir y echase por tierra su imagen de esposa y madre irreprochable, arruinando así su carrera. Muchos años después, Maria Riva, la hija de Dietrich, relató estos hechos con todo detalle en la biografía que escribió sobre su madre ya fallecida. Según el testamento de Gilbert, su última ex-esposa, Virginia Bruce, fue la beneficiaria principal de su fortuna.
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