UN CINEASTA POLÉMICO
Hoy es aniversario natal del desaparecido cineasta inglés Alan Parker. Director, guionista y finalmente productor procedente del mundo de la publicidad televisiva, como en ésta fundamenta todas sus películas en un contundente impacto visual de cara a un público mayoritario. El suyo es un cine comercial, con hábil factura técnica y a menudo destacadas interpretaciones que, saltando de un género a otro y con una estética frecuentemente oscura y sórdida, gran parte de la crítica ha calificado de efectista y retórico. Ello se debe a su permanente afán, entre oportunista y gratuito, de agitar conciencias sobre temas sociales e impresionar al espectador a toda costa, con una palmaria falta de sutileza. Por dos de sus films más exitosos, El expreso de medianoche (1978) y Arde Mississippi (1988), ambos dramatizaciones de hechos reales, fue candidato al Oscar al mejor director. En total sus películas acumulan diecinueve premios BAFTA, diez Globos de Oro y seis Oscars en diferentes apartados. En 2002 fue nombrado Caballero de la Orden del Imperio Británico, con el título de Sir, y en 2013 recibió un BAFTA honorífico por toda su carrera.
Alan William Parker nació en el seno de una familia de clase obrera durante unos de los bombardeos de la Luftwaffe alemana sobre Londres; su padre era pintor de casas y su madre costurera. De adolescente se aficionó a la fotografía y cuando a los dieciocho años dejó la escuela secundaria se empleó en una agencia publicitaria. Por las noches adquirió la costumbre de escribir en su casa. Pasando de una agencia a otra, en los siguientes años conoció a los futuros productores David Puttnam y Alan Marshall, con quienes trabajaría en el futuro. Hacía 1968 ya era un exitoso director de spots televisivos para marcas como Cinzano o Heineken. Su primer contacto con el cine lo tuvo como guionista de la película "Melody" (1971) de Waris Hussein.
Tras dirigir algunos cortometrajes y telefilms, escribió el guión de la película con que debutó como director de cine comercial, Bugsy Malone, nieto de Al Capone (1976), curioso musical paródico del cine de gangsters con reparto enteramente infantil encabezado por Scott Baio y Jodie Foster. El film, presentado en el Festival de Cannes, resultó un éxito de crítica y público, Parker obtuvo un premio BAFTA por su guión y logró que Hollywood pusiese sus ojos en él. Su siguiente película, El expreso de medianoche (1978), producida por Alan Marshall y David Puttnam para Columbia, con guión de Oliver Stone, trasladó a la pantalla el libro autobiográfico homónimo publicado en 1977 por Billy Hayes, un joven estadounidense detenido en el aeropuerto de Estambul en 1970 por tráfico de hachís y condenado, primero a dos años de prisión y después a cadena perpetua, que tras una tenebrosa y devastadora experiencia carcelaria, logró escapar a Grecia en 1975. El impactante y sobrecogedor film, casi en su totalidad rodado en La Valeta, capital de Malta (las autoridades turcas denegaron el permiso para rodar en Estambul), fue protagonizado por el a la sazón desconocido Brad Davis (lanzado a un breve estrellato con esta producción), secundado por actores como Irene Miracle, Bo Hopkins, Paolo Bonacelli, Paul Smith, John Hurt y Mike Kellin. Parte de la crítica objetó su sensacionalismo manifiesto en no pocos golpes de efecto, el exceso de brutalidad y violencia, cargando las tintas al presentar a todos los personajes turcos como crueles, degenerados, estúpidos o haraganes. El propio Billy Hayes se mostró disconforme con algunas de las secuencias rodadas por Parker. En todo caso la cinta logró un gran éxito internacional y obtuvo seis nominaciones al Oscar, entre ellas las de mejor película y director y otras tantas al BAFTA, ganando Parker el de mejor director. El efecto disuasorio que tuvo en más de una generación funcionó mejor que cualquier campaña publicitaria para evitar que los incautos jóvenes del primer mundo trafiquen con drogas en países del tercero. El sistema penitenciario que mostraba era tan espantoso que se convirtió en una mancha perdurable para la imagen exterior de Turquía, donde el film estuvo prohibido hasta 1995.
Parker dirigió después Fama (1980), un musical dramático que retrata a un grupo de jóvenes en una academia de Nueva York que esperan triunfar en el mundo del espectáculo, con un reparto de rostros desconocidos con Irene Cara a la cabeza, discutido film por el que Parker ganó un BAFTA al mejor director y cuyo éxito de taquilla propició una longeva serie televisiva de igual título; Después del amor (1982), drama sobre la separación de una pareja de clase alta, con Albert Finney y Diane Keaton, mejor valorado por la crítica pero que no funcionó en taquilla; Pink Floyd: El muro (1982), musical expresionista de animación basado en el álbum de 1979 de la banda psicodélica británica al que se le reprochó su falta de sustancia dramática y su estética de video-clip; Birdy (1984), drama con Matthew Modine y Nicolas Cage sobre las experiencias traumáticas de dos amigos al regreso de la guerra de Vietnam, film que recibió el Gran Premio del Jurado en Cannes pero que no funcionó comercialmente; El corazón del ángel (1987), thriller de terror psicológico con Mickey Rourke, Robert De Niro y Lisa Bonet; Arde Mississippi (1988), acaso su film más valorado, vigoroso drama sureño de denuncia del racismo basado en hechos reales, con Gene Hackman y Willem Dafoe, que obtuvo siete candidaturas al Oscar, entre ellas las de mejor película y director; Bienvenido al paraíso (1950), drama ubicado en los campos de concentración para japoneses en Estados Unidos tras el ataque a Pearl Harbor, con Dennis Quaid y Tamlyn Tomita, film que supuso un rotundo fracaso de taquilla; Los Commitments (1991), musical sobre un grupo de jóvenes dublineses que se reunen para formar una banda de música soul, film ganador de cuatro premios BAFTA, entre ellos los de mejor película y director, El balneario de Battle Creek (1994), comedia excéntrica ambientada en un sanatorio mental de principios del siglo XX, con Anthony Hopkins, Bridget Fonda, Matthew Broderick, John Cusack y Dana Carvey, otro notable fracaso comercial; Evita (1996), musical dramático basado en la obra de Tim Rice y Andrew Lloyd Webber estrenada en Broadway en 1978, con Madonna, Antonio Banderas y Jonathan Pryce, su film más rentable internacionalmente, aunque no gustó demasiado a la crítica ni a muchos peronistas; Las cenizas de Angela (1999), adaptación de la novela autobiográfica de Frank McCourt sobre emigrantes irlandeses en Nueva York a los que la pobreza de la Gran Depresión obligó a retornar a su país, con Emily Watson y Robert Carlyle; y La vida de David Gale (2003), aparatosa mezcla de thriller y drama judicial con Kevin Spacey, Kate Winslet y Laura Linney. Después se retiró.
Alan Parker estuvo casado con Annie Inglis desde 1966 hasta su divorcio en 1992. De este matrimonio nacieron cuatro hijos. En segundas nupcias se casó en 2001 con la productora Lisa Moran, con quien tuvo otro hijo y a la que permaneció unido hasta su muerte a los 76 años, tras una larga enfermedad.
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