Hoy se cumplen veinticinco años de la muerte del actor valenciano Vicente Parra. Ha pasado a la memoria del cine español como encarnación cinematográfica del rey Alfonso XII, cuya desdichada peripecia personal en dos películas causó furor entre el público femenino de los años 1959 y 1960. Iniciado a finales de los años 40 como meritorio en el teatro y figurante en el cine, diversificaría en adelante su carrera en ambos medios. A comienzos de los años 70 intentó dejar atrás su trayectoria de galán asumiendo papeles más arriesgados y dramáticos en los que incluso se implicó como productor, pero no logró el éxito necesario para reciclar su imagen.
Vicente Parra Collado sintió la vocación de actor desde adolescente. Apasionado por el celuloide, visionaba practicamente todas las películas que se estrenaban en el cine que estaba situado al lado de su casa y coleccionaba los programas de mano de las mismas, llegando a poseer una colección realmente importante de las décadas de 1930, 1940 y 1950. Además le gustaba leer las biografías de las grandes estrellas, soñando convertirse algún día en una de ellas. Pronto se incorporó a una compañía teatral de aficionados y, decidido a labrar su futuro en la interpretación, abandonó su trabajo en el Banco de Valencia y viajó a Barcelona y después a Madrid. Sus primeros pasos profesionales los dio en las compañías teatrales de Luis Prendes y Amparo Rivelles.
En el cine debutó con Vuelo 971 (1953) de Rafael J. Salvia, drama con Marisa de Leza, Enrique Diosdado y Adolfo Marsillach, apareciendo después en La patrulla (1954) de Pedro Lazaga, drama posbélico con Conrado San Martín, José María Rodero, Marisa de Leza y Julio Peña, Manicomio (1954) de Luis María Delgado y Fernando Fernán Gómez, comedia con Susana Canales, Julio Peña y Fernando Fernán Gómez, El pescador de coplas (1954) de Antonio del Amo, comedia musical con Antonio Molina, Marujita Díaz y Tony Leblanc, Cancha vasca (1955) de Aselo Plaza y Alfredo Hurtado, drama con María Asquerino, Virginia de Matos, Angel Picazo y Jaime Avellán, El expreso de Andalucía (1956) de Francisco Rovira Beleta, drama criminal con Jorge Mistral, Marisa de Leza y Mara Berni, Fedra (1956) de Manuel Mur Oti, drama contemporáneo inspirado en la obra de Séneca, con Emma Penella y Enrique Diosdado, El batallón de las sombras (1957) de Manuel Mur Oti, drama con Rolf Wanka, Tony Soler, Alicia Palacios, Antonio Vico, Albert Lieven, Lida Baarova, Emma Penella, Katharina Mayberg, Albert Hehm, Elisa Montés, Amparo Rivelles, José Suárez, Amelia de la Torre y Fernando Nogueras, Rapsodia de sangre (1957) de Antonio Isasi-Isasmendi, thriller donde ya tuvo un rol protagónico junto a María Rosa Salgado, y Pan, amor y Andalucía (1958) de Javier Setó, comedia de coproducción hispano-italiana, con Carmen Sevilla, Vittorio De Sica, Peppino De Filippo, Lea Padovani y Antonio el Bailarín.
El triunfo mayoritario le llegó con ¿Dónde vas, Alfonso XII? (1959) de Luis César Amadori, drama histórico-romántico basado en la obra homónima de Juan Ignacio Luca de Tena que relata la subida al trono de Alfonso XII, su boda a los 20 años con su prima María de las Mercedes de Orleans y la dramática y prematura muerte de ésta a los pocos meses de contraído el matrimonio. Parra interpretó al joven rey, Paquita Rico a la joven reina consorte y Mercedes Vecino a la destronada Isabel II. La película resultó un arrollador éxito popular y convirtió a Vicente Parra en galán de moda durante unos años, aunque ninguna de sus peliculas posteriores repetiría el éxito de esta. Después protagonizó Los cobardes (1959) de Juan Carlos Thorry, drama de coproducción hispano-francesa, con Yves Massard, Eugenio Domingo, Nadine Tallier, Estanis González y María Martín, Un mundo para mí (1959) de José Antonio de la Loma, drama con Agnes Laurent, Armand Mestral, José Marco Davó y Barbara Laage, tuvo un papel episódico en Vacaciones en Mallorca (1959) de Giorgio Bianchi, comedia italiana con Alberto Sordi, Dorian Gray, Belinda Lee y Antonio Cifariello, ¿Dónde vas triste de ti? (1960) de Alfonso Balcázar, secuela del drama estrenado el año anterior que narra el matrimonio en 1879 sin amor y por razones de estado de Alfonso XII con María Cristina de Habsburgo-Lorena (interpretada por Marga López) y la muerte del rey a los 27 años en el Palacio Real de El Pardo de Madrid en 1885, Cariño mío (1961) de Rafael Gil, drama romántico con Marianne Hold, La verbena de la Paloma (1963) de José Luis Sáenz de Heredia, adaptación de la zarzuela homónima de Ricardo de la Vega y Tomás Bretón, con Conchita Velasco, Nobleza baturra (1965) de Juan de Orduña, remale del film dirigido por Florián Rey en 1935, con Irán Eory, José Moreno, Roberto Rey, Miguel Ligero y Alfredo Landa, y Cotolay (1966) de José Antonio Nieves Conde, drama medieval con Didier Haudepin, José Bódalo y Conrado San Martín donde interpretó a Francisco de Asís.
En la segunda mitad de los años 60 su carrera va declinando con títulos como María y la otra (1966) de Fernando Ayala, comedia de coproducción hispano-argentina, con Conchita Velasco, Analía Gadé y Alberto de Mendoza, Buenos días, condesita (1967) de Luis César Amadori, comedia musical con Rocío Dúrcal, Sábado en la playa (1967) de Esteban Farré, drama con Lola Cardona, Emilio Gutiérrez Caba, Ramón Corroto y Blanca de Silos, o La guerrillera de Villa (1967) de Miguel Morayta, coproducción hispano-mexicana ambientada en la revolución, con Carmen Sevilla y Julio Alemán. Aunque el actor era un homosexual discreto, sufrió marginación dentro de la profesión y algunos de sus compañeros le delataron para impedir que le contratasen. Su siguiente película, Varietés (1971) de Juan Antonio Bardem, no fue sino un vehículo melodramático para lucimiento de su protagonista Sara Montiel.
Intentando dar un giro a su carrera y superar su etapa de galán, aceptó interpretar a un psicópata en La semana del asesino (1972) de Eloy de la Iglesia, arriesgado thriller con Emma Cohen y Eusebio Poncela que acababa insinuando una supuesta relación homosexual y que, pese a fracasar en taquilla, la crítica consideró el mejor trabajo de Parra. Siguieron Nadie oyó gritar (1973) de Eloy de la Iglesia, thriller de misterio con Carmen Sevilla, María Asquerino y Antonio Casas, El juego del adulterio (1973) de Joaquín Luis Romero Marchent, drama de intriga con Juan Luis Galiardo y Erika Blanc, Yo fui el rey (1975) de Rafael Romero Marchent, comedia con Lilián de Celis, Las largas vacaciones del 36 (1976) de Jaime Camino, drama sobre la Guerra Civil Española, con Concha Velasco, José Sacristán, Ismael Merlo, Analía Gadé, Angela Molina y Francisco Rabal, La siesta (1976) de Jorge Grau, drama con Ovidi Montllor, María Jesús Sirvent y Romy, Nosotros que fuimos tan felices (1976) de Antonio Drove, comedia con Amparo Soler Leal, Emma Cohen, Francisco Algora y Norman Briski, El espiritista (1977) de Augusto Fernando, drama con María Salerno, La guerra de papá (1977) de Antonio Mercero, adaptación de la novela "El príncipe destronado" de Miguel Delibes, con Lolo García, Teresa Gimpera, Verónica Forqué, Queta Claver, Héctor Alterio y Rosario García Ortega, La Raulito en libertad (1977) de Lautaro Murúa, drama de coproducción hispano-argentina, con Marilina Ross, Charo López, María Asquerino y Lautaro Murúa, El transexual (1977) de José Jara, drama con Ágata Lys y Paul Naschy, El último guateque (1978) de Juan José Porto, comedia dramática con Cristina Galbó, Miguel Ayones, Nadia Morales, Miguel Arribas y Jaime Gamboa, El hombre que yo quiero (1978) de Juan José Porto, comedia romántica con Arturo Fernández y María Luisa San José, Cariño mío, ¿qué me has hecho? (1979) de Enrique Guevara, drama erótico con Raquel Evans y Lynn Endersson, Semilla de muerte (1980) de Jaime Bayarri, thriller con Simón Andreu, Silvia Tortosa y Alma Muriel, La leyenda del tambor (1982) de Jorge Grau, remake del film "El tambor del Bruch" (1948) de Ignacio F. Iquino, con Andrés García, Mercedes Sampietro y Jorge Sanz, Cuando Almanzor perdió el tambor (1984) de Luis María Delgado, comedia medieval con Antonio Ozores, Rafaela Aparicio y Quique Camoiras, y El último penalty (1984) de Martín Garrido Ramis, comedia con Paca Gabaldón. Ninguna de estas últimas películas resultó exitosa y su carrera cinematográfica concluiría años después con roles de reparto en dos películas dirigidas por José Luis García Sánchez: Suspiros de España (y Portugal) (1994), comedia con Juan Echanove y Juan Luis Galiardo, y Tranvía a la Malvarrosa (1994), drama basado en la novela homónima de Manuel Vicent, con Liberto Rabal, Juan Luis Galiardo, Antonio Resines, Fernando Fernán Gómez y Ariadna Gil.
Paralelamente a su actividad en el cine desarrolló una recurrente carrera teatral (llegó a formar compañía propia) con obras como "Cheri" (1960) de Colette, "Rebelde" (1962) de Alfonso Paso, "Cita en Senlis" (1963) de Jean Anouilh, "Tan alegre y tan extraño" (1966) de Alfonso Paso, "Cara de plata (1967) de Valle-Inclán, "El amante complaciente" (1969) de Graham Greene, "Aplausos" (1975) de Betty Comden y Adolph Green, "La jaula de las locas" (1977) de Jean Poiret, "Isabelita la Miracielos" (1978) de Ricardo López Aranda, "Vamos a contar mentiras" (1979) de Alfonso Paso, "Isabel, reina de corazones" (1983) de Ricardo López Aranda, "La barca sin pescador" (1984) de Alejandro Casona, "El cianuro ¿solo o con leche?" (1985) de Juan Jose Alonso Millán, "Capullito de alhelí" (1985) de Juan Jose Alonso Millán, "Los ladrones somos gente honrada" (1985) de Jardiel Poncela, "Miau" (1986) de Benito Pérez Galdós, "La decente" (1988) de Miguel Mihura, "Con la mosca en la oreja" (1988), de Georges Feydeau, "La noche del sábado" (1991) de Jacinto Benavente, o "Los padres terribles" (1996) de Jean Cocteau. También efectuó algunos trabajos televisivos e incluso grabó algunos discos como cantante.
Vicente Parra, según diversos testimonios de compañeros de profesión, vivió atormentado por su homosexualidad, que siempre trató de ocultar y, temiendo que descubrieran sus preferencias amorosas, reprimió su verdadera personalidad y nunca llegó a aceptarse como era. Tan sólo se sabe que fue pareja secreta de su representante Luis Sanz, quien también impulsó las carreras de varias de las llamadas 'folclóricas' y de Rocío Dúrcal. Gran amigo de la actriz Sara Montiel, pasó por dificultades financieras por culpa de varios negocios ruinosos. El actor falleció de cáncer a los 66 años de edad.