jueves, 5 de diciembre de 2019

Pietro Germi (Genova, Italia, 14-9-1914 / Roma, Italia, 5-12-1974): In memoriam

DESTACADO EXPONENTE DE LA COMEDIA ITALIANA

Hoy se cumplen cuarenta y cinco años del fallecimiento del cineasta y actor italiano Pietro Germi. Coguionista de casi todas las películas que dirigió, se distinguen dos etapas en su carrrera: una primera de fuerte crítica social y política con un molde dramático, y una segunda (la más exitosa) en la que se decanta por la comedia satírica de costumbres. En ambos casos su visión es popular, inteligente y amarga. Varias de sus películas lograron éxito internacional, fueron premiadas en diversos festivales y Germi consiguió un Oscar como guionista y una nominación al mismo como director. Hoy se le considera uno de los más importantes directores de la comedia italiana.
Pietro Germi era hijo de un portero de hotel y una ama de casa. En 1927 murió su padre y Pietro permaneció con su madre y sus tres hermanas, que trabajaban en una sastrería. A causa de las estrecheces económicas familiares, hubo de ponerse a trabajar en los más diversos oficios, al tiempo que intentaba proseguir con enorme esfuerzo personal los estudios de enseñanza básica. Indeciso ante cuál sería el mejor modo de ganarse la vida y ayudar a su familia, se matriculó en el Instituto Náutico con el objetivo de hacerse marino profesional, pero la dureza de la disciplina castrense le llevó a un pronto abandono. 
Tras un viaje a Roma optó por ingresar en el prestigioso Centro Sperimentale di Cinematografia, donde cursó la especialidad de interpretación, y el título le acabó abriendo las puertas de entrada a la industria de cine italiana. Así, empezó desempeñando múltiples oficios, como figurante, actor, escenógrafo, guionista o ayudante de dirección, lo cual le permitió conocer desde distintos ángulos cómo se hace una película.
Siete años después de su modesta irrupción en la industria cinematográfica consiguió al fin debutar como director con Il testimone (1946), drama policiaco con Roldano Lupi y Marina Berti. Este film, que se insertaría dentro del movimiento neorrealista, tuvo en Juventud perdida (1948) una especie de secuela, que protagonizaron Carla Del Poggio, Massimo Girotti y Jacques Sernas. Después rodó En nombre de la ley (1949), drama protagonizado por Massimo Girotti que abordaba el fenómeno criminal de la Mafia siciliana y sus tensiones con la justicia, El camino de la esperanza (1950), drama con Raf Vallone y Elena Varzi sobre el conflictivo asunto de la emigración ilegal de los italianos a Francia. Estos dos largometrajes, marcadamente corales, iniciarían una serie de films donde los problemas individuales se multiplican como consecuencia de un drama general, caso de La ciudad se defiende (1951), policiaco sobre la delincuencia urbana con reparto encabezado por Gina Lollobrigida y Renato Baldini, o Il brigante di Tacca del Lupo (1952), drama histórico con Amedeo Nazzari
Su cine dio un primer giro a la comedia con La presidenta (1952), que protagonizaron Silvana Pampanini y Carlo Dapporto, volviendo al drama con Gelosia (1953), protagonizado por Erno Crisa y Marisa Belli. Son éstas películas de transición que después cederían paso al mejor Germi: así El ferroviario (1956), drama social sobre la disgregación familiar que él mismo protagonizó junto a Luisa Della Noce y que en el Festival de San Sebastián ganó la Concha de Oro a la mejor película, la Concha de Plata al mejor director y la Concha de Plata a la mejor actriz; El hombre de paja (1958), otro sólido drama que protagonizó junto a Luisa Della Noce; y Un maldito embrollo (1959), interesantísimo drama policiaco donde Germi volvió a ser protagonista, secundado por Claudia Cardinale, Franco Fabrizi y Eleonora Rossi Drago.
La cúspide de su carrera la alcanzó con Divorcio a la italiana (1961), comedia negra con Marcello Mastroianni, Daniela Rocca, Stefania Sandrelli, Lando Buzzanca y Leopoldo Trieste. Tomando partido en favor de una ley para el divorcio, que entonces no existía en Italia, este film satirizaba hasta el absurdo lo que puede suponer un matrimonio en crisis sin la legislación adecuada: el asesinato de la esposa alegando infidelidad, un delito de honor que estaba penado con sólo dieciocho meses de cárcel. El éxito del film fue internacional: ganó un premio en Cannes como mejor comedia, sendos Globos de Oro a la mejor película y al mejor actor de comedia, un BAFTA al mejor actor extranjero y un Oscar al mejor guión original (coescrito por Germi junto a Ennio De Concini y Alfredo Giannetti), además de otras dos nominaciones de la Academia al mejor director y actor protagonista respectivamente para Pietro Germi y Marcello Mastroianni.
Siguiendo esta línea de sátiras moralizadoras dirigió Seducida y abandonada (1964), sarcástica comedia sobre el honor, con Stefania Sandrelli, Saro Urzì, Aldo Puglisi, Lando Buzzanca y Leopoldo Trieste, film ganador del David di Donatello al mejor director y al mejor productor (Franco Cristaldi); Señoras y señores (1966), comedia en tres episodios que criticaba la hipocresía de la burguesía de provincias con reparto encabezado por Virna Lisi, film que recibió el Grand Prix en Cannes y nuevamente el David di Donatello al mejor director y al mejor productor; y Muchas cuerdas para un violín (1967), comedia con Ugo Tognazzi y Stefania Sandrelli sobre un violinista que tiene tres hijos con su mujer, dos con su amante y va a ser padre por sexta vez con otra mujer. Junto a Divorcio a la italiana, estas tres películas componen una especie de tetralogía sobre la mediocridad y la bajeza de las pasiones humanas.
Menor relieve artístico lograron sus tres últimas películas: Serafino (1968), comedia al servicio de Adriano Celentano, a la sazón gran ídolo de Italia, que supuso un gran éxito de público; Vidas opuestas (1970), comedia con Gianni Morandi y Stefania Casini; y El divorcio es cosa de tres (1972), retorno a la comedia grotesca con Dustin Hoffman, Stefania Sandrelli y Carla Gravina.
Además de en los títulos propios ya mencionados, Germi actuó en películas dirigidas por otros, como Cinco mujeres marcadas (1960) de Martin Ritt, El lápiz de labios (1960) y El sicario (1961), ambas de Damiano Damiani, o La calle del vicio (1961) de Mauro Bolognini.
Enfermo de cirrosis hepática, hubo de ceder su último proyecto, "Habitación para cuatro" a su amigo y colega Mario Monicelli, film estrenado después de la muerte de Germi a la edad de 60 años. 
Puesto que la ley del divorcio en Italia no se aprobó hasta diciembre de 1970, no se explica que Pietro Germi tuviese dos esposas: Anna Bancio, con la que se casó en 1941 y tuvo a su hija Marialinda en 1947; y Olga D'Aiello, con la que contrajo segundas nupcias en 1966 y que le dio tres hijos: Francesco, Francesca y Armellina.
   

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