miércoles, 27 de febrero de 2019

Concierto Voces para la paz 2014 - Danzas Polovtsianas de "El Príncipe Igor" (Borodin)

ALEKSANDR BORODIN (San Petersburgo, Imperio Ruso, 12-11-1833 / Ibid, 27-2-1887): IN MEMORIAM

Tal día como hoy en 1887 falleció el compositor ruso Aleksandr Borodin. Como la mayoría de sus compañeros del Grupo de los Cinco (Mily Balakirev, Cesar Cui, Modest Musorgski, Rimski-Korsakov y él mismo) no fue un músico profesional. Químico de reconocido prestigio internacional en su día y autor de importantes tratados sobre esa disciplina, su dedicación al arte de los sonidos se vio siempre supeditada a su labor científica, lo que explica su no demasiado extensa producción musical. Familiarizado desde su infancia con las obras de los clásicos vieneses, enfocó su obra hacia un estilo específicamente ruso inspirado en el folklore de su país. De formación casi autodidacta, se consideraba a sí mismo un simple aficionado a la música con cierto talento. Sin embargo, hoy es recordado por sus tres sinfonías, sus cuartetos de cuerda y, sobre todo, por su ópera El Príncipe Igor, que forman parte del repertorio universal de la música clásica.
Aleksandr Porfírievich Borodin era hijo bastardo de Luka Gedianov, un príncipe de Georgia, y de su amante Avodotya Antonova. Como era costumbre en aquella época, cuando ocurrían estas situaciones, el niño fue inscrito a nombre de uno de los vasallos del noble, Porfiri Borodin, de quién tomó el nombre y condición social. Aleksandr vivió con sus padres adoptivos hasta que pronto se separaron, pasando a vivir con su madre al casarse ella con un médico militar retirado. Poco antes de la muerte del príncipe, Borodin fue liberado de su condición de siervo.
Recibió una educación esmerada, en la que se incluía la música, para la cual mostraba una buena predisposición, y llegó a tocar el piano, el violonchelo, el oboe y la flauta. En 1842 compuso su primera pieza, una polka, y a los catorce años hablaba con soltura alemán, francés, inglés e italiano. Quizá por influencia de su padrastro también sintió la llamada de la ciencia. A los dieciséis ingresó en la Academia Médico-Quirúrgica de San Petersburgo, donde estudió botánica, zoología, cristalografía, anatomía y química, interesándose especialmente por esta última. En 1856 terminó los estudios de Medicina y fue nombrado profesor ayudante de Patología General, logrando el grado de Doctor en 1858. Trabajó en un hospital pero pronto marchó a Alemania con una beca estatal para profundizar sus estudios en la Universidad de Heidelberg. Sus trabajos se especializaron en el campo de la Química Orgánica y en 1860 participó en el Congreso de Karlsruhe, la primera conferencia internacional de química del mundo. Borodin realizó diversos viajes profesionales con sus amigos químicos, visitando entre otros lugares París e Italia.
En mayo de 1961 conoció a una pianista rusa de 29 años, Ekaterina Sergeyevna Protopopova, enviada a Alemania para un tratamiento curativo de la tuberculosis. A su lado descubrió el repertorio de Chopin, Schumann y Liszt. La amistad entre ambos se transformó en amor y durante una visita a Baden Baden se comprometieron. En el mes de octubre realizaron un viaje a Italia, aconsejado para mejorar la salud de la muchacha. La idea inicial era dejar a Ekaterina en Pisa, pero la separación resultaba demasiado dolorosa. Por suerte conoció a dos químicos italianos que le ofrecieron trabajar en su laboratorio. Esto le resultaba doblemente beneficioso, estar junto a su amada y poder realizar sus experimentos científicos. Aleksandr y Ekaterina permanecieron en Italia durante el invierno y la primavera siguiente. Pero Borodin no olvidó la música, empleando su tiempo libre en la composición y las relaciones con otros músicos. Su prometida mejoró y ambos pudieron regresar a Rusia, llegando a su patria a finales del verano de 1862. Ekaterina volvió a su hogar en Moscú, pero el trabajo de Borodin, que es nombrado asistente de la cátedra de Química Orgánica de la Academia Militar de San Petersburgo, los separa, aunque su relación no se apaga con la distancia.
Un acontecimiento importante para Borodin es su encuentro en el otoño de 1862 con Mily Balakirev, mediante el cual entra en contacto con el famoso Grupo de los Cinco. Balakirev lo impulsa hacia la composición de más obras, entre ellas la de una sinfonía. Pero su trabajo como investigador en el campo de la Química no le permite dedicar demasiado tiempo al papel pautado. Su sinfonía se desarrollará lentamente. En abril de 1863 Borodin se casa con Ekaterina. Un feliz matrimonio que produjo tres hijos y sólo la muerte del compositor separaría.
La Sinfonía nº 1 en mi bemol mayor no fue completada hasta mediados de 1967. A comienzos del año siguiente Balakirev dirigió una audición semiprivada de la obra, que no convenció demasiado. Pero en enero de 1869 es interpretada con éxito en un concierto de la Sociedad Musical Rusa. Entretanto, la actividad de Borodin es intensa en el campo de la Química, trabajando en la síntesis de los aldehidos. A partir de 1869 empieza a dedicar más tiempo a la composición. Tras el éxito de su primera sinfonía, piensa en la escritura de una nueva, terminando el primer movimiento de la segunda en 1871. Pero se encuentra frenado por la ilusión de componer una ópera, empezada también en 1869 y en la que trabajó hasta su muerte: El Príncipe Igor.
En 1876 la Sociedad Musical Rusa le pide una nueva obra sinfónica. Entonces intenta recuperar la sinfonía que había dejado inacabada, pero no consigue encontrar los movimientos primero y cuarto. Debe reescribirlos nuevamente. Por suerte encuentra los bocetos de los movimientos centrales. La obra contiene fragmentos pensados en un principio para El Príncipe Igor, que como se ha dicho estaba escribiendo conjuntamente. En marzo de 1877 se estrena la Sinfonía nº 2 en si menor con poca fortuna. La obra fue revisada, interpretándose en 1879 con gran éxito bajo la dirección de Rimsky-Korsakov. Ese año finalizó su Cuarteto de Cuerda nº 1 y al siguiente su obra comenzó a trascender fronteras a partir de que su amigo, el compositor híngaro Franz Liszt, hiciese un arreglo de la Sinfonía nº 1 y la difundiese en varios países europeos.
En 1880 compuso el poema sinfónico En las estepas de Asia Central; en 1881 el Cuarteto de Cuerda nº 2, célebre por su nostálgico Nocturno; en 1885 la Pequeña suite y el pequeño Scherzo en la bemol mayor, ambas composiciones para piano; en 1886 la Serenata alla spagnola para cuarteto de cuerdas e inició la composición de una tercera sinfonía, que dejaría inacabada. Postumamente la Sinfonía nº 3 en la menor sería completada en 1887 por Aleksandr Glazunov. Este y Rimsky-Korsakov se encargarían también de terminar el mismo año El Príncipe Igor.
En sus últimos años de vida Borodin sufrió de mala salud. En 1884 se le diagnosticó el cólera, que superó. Tras dos fallos cardiacos murió repentinamente de un infarto durante un baile en la Academia de San Petersburgo del que él mismo había sido uno de los organizadores. Contaba 53 años de edad. Su esposa le sobrevivió cinco meses. 
La apasionada música y riqueza armónica de Borodin influyó en los jóvenes compositores franceses  Debussy y Ravel. El musical americano "Kismet" (1953) adaptó piezas del compositor ruso, como las canciones "Stranger in paradise" o "This is my beloved".



La ópera en cuatro actos y un prólogo El Príncipe Igor es considerada la primera epopeya nacional rusa y la obra más importante de Borodin, autor de su música y libreto. Basada en un poema épico ruso del siglo XII, fue estrenada postumamente en 1890 en San Petersburgo. Esta ópera contiene las ampliamente conocidas Danzas polovtsianas, siendo éste un fragmento comúnmente interpretado por sí mismo, tanto en su versión coral como orquestal. El video reproduce su ejecución en un concierto de Voces para la Paz en 2014, con dirección de Andrés Salado.

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