miércoles, 29 de junio de 2016

Antoine de Saint-Exupéry (Lyon, France, 29-6-1900 / au large de Marseille, France, 31-7-1944): In memoriam

VOLAR Y ESCRIBIR

Hoy es aniversario natal del escritor, poeta, periodista y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry. Sus experiencias como piloto pionero fueron a menudo fuente de inspiración para sus novelas. Entre todas ellas sobresale El principito ("Le petit prince", 1943), breve pero imaginativo y simbólico tratado sobre la naturaleza humana, publicado un año antes de la desaparición en el mar del avión pilotado por su autor, y con mucho, la más célebre a escala planetaria de sus obras. "Lo esencial es invisible para los ojos" es una de sus frases más citadas. En 1930 Saint-Exupéry fue nombrado Caballero de la Legión de Honor francesa y en 1939 promovido a Oficial de la misma. Se le concedió la Cruz de Guerra en 1944 y en 1975 le fue otorgado su nombre a un asteroide. Aun hoy sigue sin esclarecerse la causa de su muerte.
Antoine Marie de Saint-Exupéry nació en el seno de una familia aristocrática. Su padre, ejecutivo de una compañía de seguros, murió cuando él tenia cuatro años, lo que provocó que se trasladase junto a su madre y cuatro hermanos a Le Mans en el año 1909. Residió en el castillo de su tía, ubicado en la localidad de Saint-Maurice-de-Remens. En esta gran casa el pequeño Antoine vivió una infancia feliz rodeado del cariño de su familia, en especial de su adorada madre, cuya sensibilidad y cultura lo marcaron profundamente, y con la que mantuvo una voluminosa correspondencia durante toda su vida. Más tarde se trasladó de nuevo a Le Mans para estudiar con los jesuitas en Villefranche y luego en Suiza en un colegio marianista en Villa Saint-Jean (Fribourg) entre 1915 y 1917. Posteriormente fracasó en el examen de ingreso para la Escuela Naval y decidió matricularse en Arquitectura en la Escuela de Bellas Artes en París. En 1921 cumplió el servicio militar destinado en Strasbourg como mecánico en la aviación y comenzó a sentirse fuertemente atraído por esa actividad, determinando firmemente su propósito de ser piloto. En este período había iniciado un noviazgo con Louise de Vilmorin, a quien dedicó poemas románticos; consiguió el título de piloto pero no ejerció profesionalmente hasta su ruptura con Louise, cuya familia no deseaba que Antoine se dedicase a la aviación, por lo que se resignó a ejercer diversos oficios, al tiempo que frecuentaba los medios literarios.
En 1926 comenzó su etapa como piloto comercial trabajando para Aéropostale y volando regularmente entre Toulouse y Rabat, Toulouse y Dakar o Dakar y Casablanca. Ese mismo año publicó su primer título literario, El aviador (1926), un relato aparecido en la revista Navire d’Argent, publicación en la que trabajaba su buen amigo Jean Prévost. Su pasión por el desierto procede de su etapa como director del campo de aviación de Cap Juby, en el Sahara suroccidental, iniciada a finales del año 1928. Correo del sur (1929), su primera novela, ensalza la profesionalidad y camaradería de los pilotos de línea postal. El año de publicación de este libro se trasladó a Argentina, siendo nombrado en Buenos Aires director de la Aeroposta Argentina, que realizaba vuelos en la Patagonia. Allí tuvo la misión de organizar la red aérea de América Latina. Tal es el marco de su segunda novela, Vuelo nocturno (1931), prologada por André Gide, que obtuvo un gran éxito comercial y crítico. También en 1931 se casó con la escritora y artista Consuelo Carrillo, viuda de nacionalidad salvadoreña, un matrimonio que resultaría tormentoso a causa de las ausencias e infidelidades de Antoine. La bancarrota de Aéropostale ese mismo año puso término a la era de los pioneros, aunque Saint-Exupéry no dejó de volar como piloto de pruebas y efectuaría varios intentos de récords, algunos de los cuales se saldaron con graves accidentes: en el desierto egipcio en 1935, y en Guatemala en 1938. 
En los años 30 multiplicó sus actividades: además de sus vuelos, se empleó en el servicio de propaganda de Air France y firmó como reportero artículos desde Vietnam y Moscú para Paris Soir, llegando también a cubrir el conflicto de la Guerra Civil española para L'Intransigeant. Durante su convalecencia en Nueva York, después del accidente de Guatemala, reunió por consejo de André Gide los textos (en su mayor parte, artículos ya publicados) que se convirtieron en Tierra de hombres (1939), novela nutrida por su actividad como piloto y reivindicativa de la dignidad del ser humano más allá de toda limitación de cualquier índole, que recibió el Gran Premio de la Academia Francesa. Durante la Segunda Guerra Mundial, el aventurero Saint-Exupéry se prodigó en acciones. A pesar de que sus lesiones no recomendaban su participación en el conflicto, consiguió, tras muchas insistencias, formar parte del ejército activo en la lucha contra los nazis y efectuó misiones peligrosas. Cuando Alemania ocupó Francia, Antoine se marchó a los Estados Unidos para intentar encontrar ayuda contra esta invasión. En América y estimulado por el contexto bélico del momento escribió Piloto de guerra (1942) y Carta a un rehén (1943).
Su obra más famosa, El principito (1943), fue publicada en Nueva York antes que en Francia. Se trata de una breve pero muy imaginativa fábula poética en la que, de manera alegórica, exponía su filosofía existencial y su concepción sobre el género humano. Tratados con gran delicadeza y perspicacia, temas como el sentido de la acción, el valor de la amistad, el heroísmo como meta, la felicidad como cumplimiento del deber y la responsabilidad como motor de una vida idealista, parecen encontrar su raíz y su meta en el mundo de la infancia, el añorado 'planeta' del que todos los humanos han sido exiliados y al que sólo pueden regresar por medio de la fabulación. El libro, ilustrado por el propio Antoine de Saint-Exupéry, alcanzó una inmensa fama mundial, se convirtió en el cuarto más traducido de cualquier época (más de 250 lenguas y dialectos), el preferido de la literatura francesa de todo el siglo XX y uno de los mayores best-sellers de todos los tiempos.
A partir de 1943, pese al deterioro físico causado por sus anteriores fracturas y a su edad, pidió incorporarse a las fuerzas francesas libres en África del Norte y retomó las misiones desde Cerdeña y Córcega. En el transcurso de una de ellas, el 31 de julio de 1944, su avión desapareció en el Mediterráneo. Hasta el año 2003 no se recuperaron parte de los restos de la aeronave siniestrada, cerca de la isla de Riou. La causa de su caída al mar aún no ha sido aclarada.
En general, la prosa de Saint-Exupéry impresiona por un rigor en el que la desnudez retórica asegura la eficacia del relato. Cercano a André Malraux por su conciencia de la aventura humana, a Jean Giono por su lirismo cósmico, a Georges Bernanos por su búsqueda del absoluto, Saint-Exupéry, predecesor del existencialismo, mostró siempre que el hombre no es más que lo que hace. Entre las obras postumamente publicadas del escritor, desaparecido a los 44 años, figuran Ciudadela (1948), Notas de juventud (1953), Cartas a su madre (1955), Escritos de guerra (1982), Manon, bailarina (2007) o Cartas a lo desconocido (2008).

(Semblanza a partir de las páginas AlohaCriticón y Biografías y Vidas)


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