miércoles, 14 de octubre de 2015

Mary Carrillo (Toledo, España, 14-10-1919 / Madrid, España, 31-7-2009): In memoriam

GRAN DAMA DE LA ESCENA ESPAÑOLA

Hoy es aniversario natal de la actriz española Mary Carrillo, toda una gran señora dentro y fuera de la escena. Durante décadas brilló sobre las tablas de los teatros españoles a lo largo de una dilatada carrera, además de haber tenido presencia destacada en diversas películas. Finalizó su carrera recibiendo el premio Goya.
Aunque comenzó a actuar con apenas diez años, María Carrillo Moreno debutó en 1936 en la compañía de Hortensia Gelabert, con un papel en El juramento de la primorosa de Pilar Millán Astray y después trabajó en la de Pepita Díaz representando Nuestra Natacha de Alejandro Casona. Poco después del inicio de la Guerra Civil española se trasladó a México, donde estrenó Prohibido suicidarse en primavera, también de Alejandro Casona, padrino de su boda con el actor Diego Hurtado. De regreso a España, retoma su carrera teatral y hace su primera incursión en el cine con uno de los grandes títulos del cine de posguerra, Marianela (1940), de Benito Perojo, basada en la novela de Pérez Galdós.
En teatro, se incorpora primero a la compañía de María Bassó y Nicolás Navarro y, en 1940, a la del María Guerrero, para acabar fundando la suya propia en 1948. En los años 50 continuó en el teatro bajo la dirección de José Tamayo en la Compañía del Teatro Español, con obras como Diálogos de Carmelitas (1954), de Georges Bernanos, La alondra (1954) de Jean Anouilh, La vida es sueño (1955), de Calderón de la Barca, o Julio César (1955), de William Shakespeare. Vuelve al cine con El pisito (1958) de Marco Ferreri e Isidoro M. Ferry, junto a José Luis López Vázquez,  magnífica película cercana al neorrealismo, una humorada negra donde daba vida a la eterna novia de un oficinista, la cual debe aceptar que su prometido se case antes con una anciana, con la esperanza de que su previsible fallecimiento les permita heredar su piso y así poder disfrutar de una vida en común.
En los años 60 continúa su actividad tetral, entre la que destacan obras como ¿Quién quiere una copla del Arcipreste de Hita? (1965), de José Martín Recuerda, dirigida por Adolfo Marsillach, o ¿Quién teme a Virginia Woolf? (1966), de Edward Albee. El autor de la obra original estuvo en el estreno de la versión dirigida por Enrique Diosdado, y al parecer se quedó tan prendado por la actuación de Carrillo que quería que la Metro la contratara para su adaptación al cine, papel que acabaría asumiendo Elizabeth Taylor, que tenía dos ventajas: era mucho más mediática y hablaba inglés. En la pantalla, Carrillo también intervino en Nueve cartas a Berta (1966), meritorio debut en la dirección de Basilio Martín Patino, con Emilio Gutiérrez Caba y Elsa Baeza. No faltan en su filmografía comedias ligeras: Los chicos del Preu (1967), No le busques tres pies... (1968) o Las secretarias (1968), las tres de Pedro Lazaga o ¿Es usted mi padre...? (1969) de Antonio Giménez-Rico. En teatro representa Divinas palabras (1969), de Ramón María del Valle-Inclán y Madre Coraje y sus hijos (1969) de Bertolt Brecht.
Ya consolidada como primera gran actriz de la escena española, estrena sucesivamente Los buenos días perdidos (1972), ¿Por qué corres, Ulises? (1975) y La vieja señorita del paraíso (1980), las tres de Antonio Gala, La enemiga (1982), de Dario Niccomedi, Buenas noches, madre (1984) de Marsha Norman, junto a Concha Velasco, o La casa de los siete balcones (1989), de Alejandro Casona. Tambien participa en películas como El love feroz (1976) y Colorín colorado (1976), las dos de José Luis García Sánchez, Al fin solos, pero... (1977) de Antonio Giménez-Rico, Hasta que el matrimonio nos separe (1977) de Pedro Lazaga, Al servicio de la mujer española (1978) de Jaime de Armiñán, La Sabina (1979), El crimen de Cuenca (1979) de Pilar Miró, F.E.N. (1980) de Antonio Hernández, La mano negra (1980) de Fernando Colomo, Gary Cooper, que estás en los cielos (1981) de Pilar Miró, La colmena (1982) de Mario Camus, Entre tinieblas (1983) de Pedro Almodóvar, Akelarre (1984) de Pedro Olea, Los santos inocentes (1984) de Mario Camus, o El niño de la luna (1988) de Agustí Villaronga. Asímismo colaboró con Mario Camus en la serie televisiva "Fortunata y Jacinta" (1980), basada en la novela de Benito Pérez Galdós. 
Se despidió del teatro con Hora de visita (1994-1995) de José Luis Alonso de Santos y del cine con Más allá del jardín (1996), de Pedro Olea, drama junto a Concha Velasco y Fernando Guillén que le valió el Goya a la mejor actriz de reparto. Además, a lo largo de su carrera recibió, entre otros, el Premio Nacional de Teatro en dos ocasiones (1949 y 1961), la medalla del Círculo de Bellas Artes (también por dos veces, en 1948 y 1982), el premio Ondas en 1969 como mejor actriz de televisión, o el premio de la Unión de Actores en 1995 por su trayectoria profesional. En 1991 su ciudad natal le dedicó una calle y en 1995 el Ayuntamiento de Madrid le entregó la Medalla de Oro al Mérito Artístico. La actriz plasmó sus memorias a los 81 años en "Sobre la vida y el escenario". Mary Carrillo era madre de las populares humoristas Paloma, Teresa y Fernanda Hurtado, conocidas como Las Hermanas Hurtado, y tuvo otra hija, Alicia, ya fallecida. Durante sus últimos años de vida fue diagnosticada de la enfermedad de Alzheimer, falleciendo a los 89 años.

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