viernes, 20 de febrero de 2015

Tribute to Sidney Poitier (Miami, Florida, US, 20-2-1927)

ABRIENDO CAMINOS

El actor estadounidense Sidney Poitier cumple hoy 88 años. Recordado por ser la primera gran estrella masculina de raza negra, que abrió caminos a otros actores afroamericanos, fue ganador de un Oscar al mejor actor y otro honorífico y honrado con otros premios como el BAFTA, el Globo de Oro y el homenaje del AFI. Asímismo fue nombrado Caballero de la Orden del Imperio Británico en 1974, y recibió la Medalla Presidencial de la Libertad de manos de Barack Obama en 2009.
Nacido en Miami, mientras sus padres, de ascendencia bahameña, estaban de visita, pasó su infancia en Cat Island, en las Bahamas, donde su familia tenía una granja. Aquel era un lugar marcado por la pobreza y la delincuencia, por lo que su infancia fue dura. A los 15 años, sus padres decidieron mandarlo con su hermano mayor Cyril a Miami, donde tendría la oportunidad de labrarse una vida mejor. Pero en Miami, Potier se sintió por primera vez víctima del racismo, desconocido para él, porque hasta entonces casi no había salido de su isla, donde la población era mayoritariamente negra. Para escapar de la discriminación acabó estableciéndose en Nueva York, donde el ambiente era más abierto, y consiguió salir adelante con humildes trabajos. Durante la II Guerra Mundial se alistó en el ejército y estuvo destinado en un hospital militar como ayudante médico. Acabada ésta, decidió convertirse en actor. Haciendo gala de una enorme tenacidad, consiguió que le ficharan en el grupo American Negro Theatre. Después de que en la primera audición le rechazaran por su acento caribeño, Poitier trabajó duramente para mejorar su dicción. Ya incorporado, poco a poco fue adquiriendo experiencia sobre los escenarios hasta terminar en Broadway, en donde tuvo un papel protagonista en la obra “Lisístrata”, una adaptación con intérpretes negros del conocido texto de Aristófanes. Finalmente logró que el productor Darryl F. Zanuck le eligiese para intervenir en la película Un rayo de luz (1950) de Joseph L. Mankiewicz, drama social protagonizado por Richard Widmark y Linda Darnell.
Este inicio en la pantalla grande fue continuado con papeles secundarios pero significativos en películas como Tierra prometida (1951) de Zoltan Korda o Hermanos ante el peligro (1952) (1952), film bélico dirigido por Budd Boetticher y protagonizado por Jeff Chandler. En 1955 y trabajando al lado de Glenn Ford logró su primer papel importante en Semilla de maldad (1955), drama social de Richard Brooks que ponía de manifiesto el clima violento de un colegio público de Nueva York. Con posterioridad pudo ser visto en títulos como El niño y el perro (1956) de William A. Wellman, Donde la ciudad termina (1957) de Martin Ritt, con John Cassavetes, Sangre sobre la tierra (1957) de Richard Brooks, con Rock Hudson y Dana Wynter, o La esclava libre (1957) de Raoul Walsh, con Clark Gable e Yvonne De Carlo. Alcanzó el estrellato con Fugitivos (1958), película antirracista dirigida por Stanley Kramer en la que Poitier compartía protagonismo con Tony Curtis. Por este título ganó un Oso de Plata en Berlín, un premio  BAFTA y consiguió ser nominado al Oscar en la categoría de mejor actor principal.
Los siguientes años convirtieron a Sidney Poitier en el actor negro más importante de la historia, ya que su talento interpretativo logró que todo tipo de audiencias se acercasen al cine para ver sus películas: Porgy y Bess (1959) de Otto Preminger, con Dorothy Dandridge, El paso de la muerte (1960) de Hall Bartlett, con Alan Ladd, Un lunar en el sol (1961) de Daniel Petrie, Un día volveré (1961) de Martin Ritt, con Paul Newman y Joanne Woodward, La clave de la cuestión (1962) de Hubert Cornfield, con Bobby Darin y Peter Falk, Los invasores (1963) de Jack Cardiff, con Richard Widmark y Los lirios del valle (1963) de Ralph Nelson, por la que consiguió otro Oso de Plata en Berlín, el Globo de Oro y el Oscar, siendo el primer actor negro en conseguir el premio de la Academia en la categoría de mejor actor principal. Siguieron títulos como Estado de alarma (1965) de James B. Harris, con Richard Widmark, Un retazo de azul (1965) de Guy Green, con Shelley Winters y Elizabeth Hartman, La vida vale más (1965) de Sydney Pollack, con Anne Bancroft o Duelo en Diablo (1966) de Ralph Nelson, con James Garner. En 1967 tuvo tres consecutivos e importantes éxitos de taquilla: Rebelión en las aulas (1967) de James Clavell, En el calor de la noche (1967) de Norman Jewison, con Rod Steiger, que ganó el Oscar a la mejor película, y Adivina quién viene esta noche (1967) de Stanley Kramer, con Spencer Tracy,  Katharine Hepburn y Katharine Houghton, comedia entonces novedosa por plantear el tema del matrimonio interracial. Curiosamente, convertido en la estrella del año tras esas tres películas, Poitier no volvió a conocer ni remotamente un triunfo semejante en la pantalla. Por Un hombre para Ivy (1968), comedia romántica de Daniel Mann, ganó el premio al mejor actor en San Sebastián, concluyendo la década con El hombre perdido (1969) de Robert Alan Arthur. Sus trabajos en esos años le habían convertido en uno de los actores más destacados.
Sin embargo, los años 70 conocieron el declive como actor de Poitier, principalmente por el menor número de producciones en las que apareció y por la escasa trascendencia de éstas: Ahora me llaman Señor Tibbs (1970), secuela de En el calor de la noche dirigida por Gordon Douglas, Como el viento (1971) de James Goldstone, El inspector Tibbs contra la organización (1971) de Don Medford, último título de la trilogía con el policía detective Virgil Tibbs y La conspiración (1975) de Ralph Nelson. En esta década también comenzó su carrera como director, iniciada con el western Buck y el farsante (1972), que el propio Poitier co-protagonizó junto a Harry Belafonte y Ruby Dee y continuada con Un cálido diciembre (1973), Sucedió un sábado (1974), Dos tramposos con suerte (1975) y A piece of the action (1977), títulos fundamentalmente enfocados a público de color. Sin un éxito en toda la década de los 70, se aparta del cine, volviendo sólo como director de Locos de remate (1980), comedia protagonizada por Gene Wilder y Richard Pryor, con la que por fin triunfa en taquilla, Hanky panky (1982), colaborando de nuevo con Wilder, Fast forward (1985), un modesto musical y Ghost Dad (1990), comedia con Bill Cosby. Como actor aún tardaría años en volver a la pantalla en Dispara a matar (1988) de Roger Spottiswoode y Espías sin identidad (1988) de Richard Benjamin y, ya en papeles menores, en Los fisgones (1992) de Phil Alden Robinson y Chacal (1997) de Michael Caton-Jones. Entre 1991 y 2001 trabajó en televisión y en 2002 recibió un segundo Oscar, en este caso honorífico.
Sidney Poitier se casó en dos ocasiones. La primera con la bailarina Juanita Hardy, con quien tuvo cuatro hijas y permaneció entre 1950 y 1965. Tras romper con su primera esposa, mantuvo una breve relación con la actriz y cantante Diahann Carroll para finalmente contraer matrimonio en 1976 con la rubia intérprete canadiense Joanna Shimkus, a la que Poitier conoció durante el rodaje de El hombre perdido (1969), con la que tuvo otras dos hijas y con quien permanece en la actualidad.


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