INTENSIDAD Y SUTILEZA
Hoy se cumplen diez años de la muerte de la actriz inglesa de cine, televisión y teatro Anna Massey. Hija de actores, triunfó muy joven sobre la escena merced a su magníficas voz y dicción. Pero a pesar de la capacidad expresiva de sus grandes ojos, capaces de mostrar tanto fortaleza como vulnerabilidad, su apecto menudo y falta de atractivo físico condicionó su carrera en la gran pantalla, donde en la mayoría de los casos se vio relegada a papeles de reparto, con excepciones como los thrillers El fotógrafo del pánico (1960) de Michael Powell o Frenesí (1972) de Alfred Hitchcock. En todo caso su constante y esforzado empeño por construir sus personajes con marcada intensidad y sutileza y convertirse en una consumada profesional, llegaría a ser muy apreciado, sobre todo en la televisión, medio en el que llegó a ganar un BAFTA a la mejor actriz por el telefilm "Hotel du Lac" (1986). Entre otros reconocimientos figura su designación en 2005 como Comendadora de la Orden del Imperio Británico por sus servicios al drama.
Anna Raymond Massey era hija de los actores Raymond Massey y Adrianne Allen y fue apadrinada por el director John Ford. Su hermano mayor Daniel Massey también sería actor. A pocos meses del nacimiento de Anna su padre abandonó a la familia y antes de que ella cumpliese dos años los Massey se divorciaron. Curiosamente tanto Raymond como Adrianne volvieron a casarse respectivamente poco después (ambos en 1939) con la abogada y abogado que los habían representado en los procesos de divorcio, quienes a su vez habían estado previamente casados entre sí. Alejada de ambos, Anna se crió con una niñera y se educó en Londres, Nueva York, Suiza, Francia e Italia. El hecho de formar parte de una familia disfuncional dejó profundas huellas psicológicas en su personalidad.
A los diecisiete años Anna dejó los estudios y, sin preparación dramática específica, decidió convertirse en actriz. En 1955 debutó en Brighton con la obra "La debutante renuente" del dramaturgo británico William Douglas Home, que subsiguientemente interpretó en el West End londinense. El éxito fue tal que al año siguiente repitió su actuación en Nueva York, llegando a obtener una nominación al premio Tony. Durante los años venideros su presencia sería habitual en el West End con obras como "Querido delincuente" (1957), "La escuela del escándalo" (1962), "El zoo de cristal" (1965) o "Los mejores años de Miss Brodie" (1966), en la que interpretó el rol titular.
Al cine accedió de la mano de su padrino John Ford, quien le dio un papel en Un crimen por hora (1958), comedia dramática protagonizada por Jack Hawkins y Dianne Foster, y después tuvo un rol importante en El fotógrafo del pánico (1960) de Michael Powell, impactante y perturbador thriller de terror sobre un asesino en serie de mujeres, con Carl Boehm, Moira Shearer y Maxine Audley, film destinado a convertirse en un clásico del género. Entre sus siguientes películas figuran El rapto de Bunny Lake (1965) de Otto Preminger, inquietante thriller psicológico con Laurence Olivier, Carol Lynley, Keir Dullea, Martita Hunt y Noël Coward, De Sade (1969) de Cy Endfield, drama de época con Keir Dullea, Senta Berger, Lilli Palmer y John Huston, El espejo de los espías (1970) de Frank Pierson, adaptación de una novela de John Le Carré sobre la Guerra Fría, con Christopher Jones, Ralph Richardson, Paul Rogers, Anthony Hopkins y Pia Degermark, Frenesí (1972) de Alfred Hitchcock, thriller de intriga con Jon Finch, Alec McCowen, Barry Foster, Billie Whitelaw, Barbara Leigh-Hunt, Bernard Cribbins y Vivien Merchant, La bóveda de los horrores (1973) de Roy Ward Baker, film de terror en episodios, con Dawn Addams, Tom Baker, Michael Craig, Denholm Elliott, Glynis Johns, Edward Judd, Kurt Jürgens, Daniel Massey y Terry-Thomas, o Casa de muñecas (1973) de Patrick Garland, adaptación del drama de Henrik Ibsen, con Claire Bloom, Anthony Hopkins y Ralph Richardson.
En adelante compatibilizó su actividad en el cine y teatro con la televisión, especializándose en papeles de solteronas o damas excéntricas en producciones dramáticas de época. En la gran pantalla pudo ser vista como actriz de carácter en Un pequeño romance (1979) de George Roy Hill, comedia romántica con Laurence Olivier, Arthur Hill, Sally Kellerman, Diane Lane y Thelonious Bernard, Dulce William (1980) de Claude Whatham, drama con Sam Waterston y Jenny Agutter, Cinco dias, un verano (1982) de Fred Zinnemann, drama sobre alpinismo con Sean Connery, Betsy Brantley y Lambert Wilson, Otro país (1984) de Marek Kanievska, drama sobre homosexualidad entre universitarios en los años 30, con Rupert Everett y Colin Firth, La cadena (1984) de Jack Gold, comedia dramática con Warren Mitchell, Nigel Hawthorne, Denis Lawson y Bernard Hill, La chica del tambor (1984) de George Roy Hill, adaptación de una novela de John Le Carré, con Diane Keaton, Yorgo Voyagis y Klaus Kinski, Un tipo raro (1986) de Ronald Neame, comedia con Victor Banerjee, Trevor Howard, Warren Mitchell, Geraldine McEwan y Denis Quilley, Un tipo de altura (1989) de Mel Smith, comedia con Jeff Goldblum, Emma Thompson y Rowan Atkinson, Las montañas de la luna (1990) de Bob Rafelson, film de aventuras africanas en el siglo XIX, con Patrick Bergin y Iain Glen, Pasiones privadas de una mujer (1991) de James Lapine, drama de época sobre los amores de George Sand y Frédéric Chopin, con Judy Davis, Hugh Grant, Mandy Patinkin, Bernadette Peters y Julian Sands, Angeles e insectos (1995) de Philip Haas, drama de época con Mark Rylance, Kristin Scott Thomas, Patsy Kensit, Jeremy Kemp y Douglas Henshall, Perverso (1995) de John-Paul Davidson, drama de intriga con Alan Bates, Theresa Russell y Sting, Hechizados (1995) de Lewis Gilbert, drama con Aidan Quinn, Kate Beckinsale, John Gielgud y Anthony Andrews, Driftwood (1997) de Ronald O'Leary, thriller con James Spader y Anne Brochet, Déjà vu (1997) de Henry Jaglom, drama con Victoria Foyt, Stephen Dillane y Vanessa Redgrave, Capitán Jack (1999) de Robert Young, drama de aventuras con Bob Hoskins y Gemma Jones, Locas (1999) de Sara Sugarman, comedia con Anna Friel y Joanna Lumley, Una cama a cualquier precio (2000) de Khaled El Hagar, comedia con Saïd Taghmaoui, Juliette Lewis, Rupert Graves y Clémentine Célarié, Un mundo azul oscuro (2001) de Jan Svérak, drama bélico checo con Ondrej Vetchý, Krystof Hádek, Tara Fitzgerald, Oldrich Kaiser y Charles Dance, La importancia de llamarse Ernesto (2002) de Oliver Parker, traslación a la pantalla de la comedia de Oscar Wilde, con Rupert Everett, Colin Firth, Frances O'Connor, Reese Witherspoon, Judi Dench y Tom Wilkinson, Posesión (2002) de Neil LaBute, drama romántico con Gwyneth Paltrow, Aaron Eckhart, Jeremy Northam y Jennifer Ehle, El maquinista (2004) de Brad Anderson, impactante thriller psicológico con Christian Bale, Jennifer Jason Leigh, Aitana Sánchez-Gijón, John Sharian y Michel Ironside, Una dama digna (2005) de Dan Ireland, comedia dramática con Joan Plowright y Rupert Friend, The gigolos (2006) de Richard Bracewell, comedia con Sacha Alexander, Trevor Sather, Susannah York, Angela Pleasence y Siân Phillips, o Los crímenes de Oxford (2008) de Alex de la Iglesia, thriller de producción española, con Elijah Wood, John Hurt, Leonor Watling y Julie Cox.
Anna Massey se casó en 1958 con el actor Jeremy Brett. La pareja tuvo en 1959 un hijo, David Huggins, futuro escritor e ilustrador, y se divorció en 1962. Ella permaneció soltera durante los veintiséis años siguientes hasta que en 1988 contrajo matrimonio con el científico de procedencia rusa Uri Andres, quien la sobreviría tras su muerte. En 2006 la actriz publicó su autobiografía, en la que reveló que su marido Jeremy Brett la dejó por otro hombre. También comentó su lucha contra el pánico escénico, agudizado tras la muerte en 1965 de la niñera que la crió a ella y a su hijo. Aquello fue seguido por una aguda depresión nerviosa y anoxeria, y en poco tiempo su cabello se tornó blanco. Un cáncer de pulmón acabó con su vida a la edad de 73 años.
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