viernes, 13 de marzo de 2020

Tribute to André Téchiné (Valence-d'Agen, France, 13-3-1943)

SENSIBLE CINEASTA ESTUDIOSO DE LA CONDICIÓN HUMANA

El director y guionista cinematográfco francés André Téchiné cumple hoy 77 años. Perteneciente a una segunda generación de críticos de la revista Cahiers du cinéma, adquirió notoriedad internacional como cineasta creador de complejos y sensibles dramas  intimistas, románticos y antinaturalistas, que estudian emociones, comportamientos y relaciones interpersonales sin asomo de sentimentalismo, pero sin rehuir elementos melodramáticos. Su filmografía aglutina influencias de la nouvelle vague, Roland Barthes, Bertolt Brecht, Ingmar Bergman o William Faulkner. Temas como el tránsito de la juventud a la edad adulta, la exploración de la identidad sexual (a menudo homosexual), la diferencia de clases, la relación entre el centralismo parisino y la periferia francesa del sur, la influencia norteafricana en la cultura contemporánea, la desintegración familiar, el adulterio, la prostitución, la delincuencia, las drogas o recuerdos autobiográficos, entre otros, figuran entre los más recurrentes en sus películas (de cuyos guiones siempre es autor o coautor). En ellas prevalece el interés por los personajes por encima de la trama y se ha distinguido por su excepcional dirección de actores, ya sean éstos desconocidos o grandes estrellas (Catherine Deneuve ha participado en ocho de sus títulos, los más exitosos Mi estación preferida y Los ladrones).  Entre sus reconocimientos figuran el premio a la mejor dirección en el Festival de Cannes 1985 por La cita y el premio César en 1995 a la mejor película, director y guión por Los juncos salvajes.
Nacido en una pequeña población de los Pirineos franceses, André Téchiné creció en contacto con el campo. Su familia, de ancestros españoles, poseía un pequeño negocio de equipamiento agrícola. Entre los nueve y los dieciséis años estudió en un severo internado católico en Montauban, donde sólo le permitían salir los domingos por la tarde. André empleaba sus salidas en ir al cine, aunque a veces tenía que volver al internado antes de finalizar la proyección de la película. En 1959 fue transferido a una escuela estatal laica, con profesores marxistas, un cine-club y una revista de cine, a la que contribuyó. En su adolescencia, las películas supusieron su única apertura al mundo, la única posibilidad de escapar del entorno familiar y la disciplina escolar. En el futuro explicaría que a través de ellas aprendió el funcionamiento del mundo y las relaciones humanas y que la magia que había en ellas fue determinante para su vocación de cineasta.
A los diecinueve años se trasladó a París para estudiar realización, pero suspendió el examen de ingreso en la escuela de cine más prominente de Francia. Finalmente consiguió trabajo como crítico de cine en la revista Cahiers du cinéma, en la que escribió entre 1964 y 1967 y de la que llegó a ser redactor jefe. En 1968 la abandona debido al creciente tono maoista de la publicación. Después trabajó como ayudante de dirección de otros cineastas como Jacques Rivette.
Su primer film, Paulina s'en va (1969), un drama experimental protagonizado por Bulle Ogier, en principio concebido como un cortometraje, presenta a una joven que abandona la casa en la que vive con su hermano y un amigo en un recorrido sin rumbo y a la deriva, luchando para encontrar su lugar en la vida. Exhibido ese año en el Festival de Venecia, desconcertó al público y no fue distribuido hasta 1975. En los años siguientes escribió guiones para otros y trabajó en teatro y televisión. Mucho mejor acogido fue Recuerdos de nuestra Francia (1975), mezcla de comedia negra y drama romántico con un aura nostálgica que protagonizaron Jeanne Moreau, Michel Auclair y Marie-France Pisier. Filmado en su ciudad natal, resume varias décadas de la historia de una familia burguesa descendiente de españoles, desde principios del siglo XX hasta mayo de 1968, con un intervalo en los años de la Resistencia. En Barrocco (1976), thriller criminal enraizado en el surrealismo expresionista con los entonces emergentes Isabelle Adjani y Gérard Depardieu, mostró su acertado instinto para crear estilizadas atmósferas y, pese a su confusa historia, consiguió el reconocimiento del público y de la crítica internacional. Las hermanas Brontë (1979), drama biográfico con Isabelle Adjani, Marie-France Pisier e Isabelle Huppert encarnando respectivamente a Emily, Charlotte y Anne Brontë, y Pascal Gregory a su hermano Branwell, perfila un retrato de las escritoras y las duras y adversas condiciones en que vivieron, utilizando dramáticamente colores oscuros para enfatizar la frialdad y la melancolía de una vidas sólo apasionadas en la literatura. En Biarritz rodó El hotel de las Américas (1981), drama con Catherine Deneuve y Patrick Dewaere que explora la tensa y enfermiza relación entre una mujer de mediana edad y un hombre frustrado más joven y de clase inferior. Esta película marca una nueva tendencia en el cine de Téchiné, continuada después: su inmmersión en un universo más realista, permitiendo por primera vez improvisar a sus actores y acomodando el guión a medida del rodaje. Con La cita (1985), oscuro y pasional melodrama con Lambert Wilson y Juliette Binoche (quien se convirtió en estrella con esta película), Téchiné logró el premio a la mejor dirección en el Festival de Cannes en un film, que ambientado en el mundo del teatro, muestra la violenta intensidad de ciertas fijaciones emocionales y su facultad de derivar una vida en distintas direcciones. El lugar del crimen (1986), drama rural con Catherine Deneuve, Danielle Darrieux, Wadeck Stanczak y Victor Lanoux, cuenta una historia de amor y muerte que liga a una mujer, su hijo y un joven criminal. Les innocents (1987), drama con  Sandrine Bonnaire, Simon de La Brosse, Abdel Kechiche y Jean-Claude Brialy, muestra las líneas difusas entre el amor, el sexo y la política presentando a una mujer que se debate entre su atracción por un francés y un norteafricano, ambos vinculados a turbios acontecimientos pasados; un film que evidencia la confusión y el malestar social francés ante la creciente población árabe procedente de sus antiguas colonias. En la boca, no (1991), drama con  Manuel Blanc, Emmanuelle Béart y Philippe Noiret, es el desolador retrato de un idealista adolescente de 17 años que deja su pueblo al sur de Francia y viaja a París para ser actor, pero cae en la prostitución callejera masculina.
A estas alturas de su carrera, Téchiné ya es un director consagrado. Mi estación preferida (1993), drama con Catherine Deneuve y Daniel Auteuil, muestra el encuentro de dos distanciados hermanos de mediana edad: una abogada de provincias y un cirujano, haciendo balance de sus sombrías vidas mientras se ven obligados a ocuparse de su anciana madre enferma. Este film resultó el más taquillero en Francia de toda la carrera de su director y también el más elogiado por la crítica. Los juncos salvajes (1994), drama con Élodie Bouchez, Gaël Morel, Stéphane Rideau y Frédéric Gorny, es un bucólico y sensual relato sobre el despertar sexual de cuatro adolescentes en Aquitania, región al suroeste de Francia, con la guerra de Argelia como telón de fondo. Se trata del film más autobiográfico de Téchiné: el personaje principal, François, estudia en un internado masculino, donde descubre su inclinación homosexual y adquiere conciencia política. Nominado a los Premios César en ocho categorías, ganó en cuatro, entre ellas, mejor película, director y guión, siendo también su film más aclamado internacionalmente. Los ladrones (1996) es un complejo e intenso drama criminal protagonizado por Catherine Deneuve y Daniel Auteuil que, con estructura de puzzle, cuenta la historia a través de una serie de flashbacks desde cuatro perspectivas diferentes. En Alice y Martin (1998), drama psicológico con Juliette Binoche y Alexis Loret, el romance entre un modelo y una violinista se rompe cuando sale a relucir el pasado de él. Rodada en video digital, Lejos (2001) es un drama con Stéphane Rideau, Lubna Azabal y Mohamed Hamaidi que muestra a tres personajes tomando decisiones críticas acerca de su incierto futuro. Fugitivos (2003), drama con Emmanuelle Béart y Gaspard Ulliel, reúne a cuatro personajes en una casa abandonada donde se refugian en plena II Guerra Mundial. Otros tiempos (2004), drama con Catherine Deneuve y Gérard Depardieu, cuenta la historia de un ingeniero que viaja a Marruecos para encontrarse con la mujer que amó treinta años atrás. Los testigos (2007), drama con Michel Blanc, Emmanuelle Béart, Sami Bouajila, Julie Depardieu y Johan Libéreau, muestra el impacto de la irrupción de la epidemia del sida en un grupo de cinco personajes en el París de 1984. La chica del tren (2009), drama basado en hechos reales con Emilie Dequenne, Catherine Deneuve, Michel Blanc, Ronit Elkabetz, Mathieu Demy  y Nicolas Duvauchelle, centra su historia en una joven que inventa una historia falsa de haber sido atacada en el metro por musulmanes que supuestamente la tomaron por judía. Impardonnables (2011), drama con André Dussollier, Carole Bouquet, Mélanie Thierry, Adriana Asti y Mauro Conte, sigue las peripecias en Venecia de un veterano escritor bloqueado. Riviera francesa (2014), drama con Catherine Deneuve, Guillaume Canet y Adèle Haenel, se basa en hechos reales acaecidos en los años 70 sobre las relaciones entre casinos y la mafia. Combinando violencia y sensualidad, Cuando tienes 17 años (2016), drama con Sandrine Kiberlain, Kacey Mottet Klein y Corentin Fila, muestra el autodescubrimiento sexual y romántico de dos chicos adolescentes del mismo sexo. Golden years (2017), drama con Pierre Deladonchamps y Céline Sallette basado en hechos reales, cuenta la historia de un soldado que en la Primera Guerra Mundial desertó vestido de mujer con la ropa de su novia. L'adieu à la nuit (2019), drama con Catherine Deneuve, Kacey Mottet Klein y Oulaya Amamra, trata sobre el descubrimiento de una abuela de que su nieto le ha mentido diciéndole que se va a trabajar a Canadá, cuando en realidad planea alistarse en un grupo de terroristas en Siria. 
Hombre tímido, ascético y homosexual discreto, reside en París. Raramente aparece en la televisión y es poco dado a manifestar opiniones políticas.
 
 

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