domingo, 6 de enero de 2019

Victor Fleming (La Cañada, California, US, 23-2-1889 / Cottonwood, Arizona, US, 6-1-1949): In memoriam

COMPETENTE NARRADOR Y DIRECTOR DE ACTORES

Hoy se cumplen setenta años de la muerte del director cinematográfico estadounidense Victor Fleming. Comenzó su carrera en el cine silente trabajando para Douglas Fairbanks, luego la continuó en Paramount y, ya en el sonoro, en Metro-Goldwyn-Mayer, estudio donde logró sus mayores éxitos, sobre todo los grandes clásicos El mago de Oz y Lo que el viento se llevó, dos films que le llegaron de rebote y ambos estrenados en 1939. Por el segundo de los cuales consiguió Fleming el Oscar al mejor director. Filmando títulos de diferentes géneros, su fortuna se debió a su capacidad de adaptación al sistema productivo de los grandes estudios en los que trabajó, a su destreza narrativa de adaptaciones literarias y a su dirección de actores: impulsó decisivamente las carreras de Clara Bow, Gary Cooper, Clark Gable, Jean Harlow o Spencer Tracy. Más apreciado que en Europa, en su país se le considera un maestro artesano.
Nacido en el seno de una familia de campesinos, Victor Fleming se empleó de adolescente como mecánico de bicicletas y más adelante de automóviles. Fue vendedor de coches, corredor de carreras y chófer. En cierta ocasión reparó el coche del director Allan Dwan y éste le propuso entrar en el negocio del cine. En Hollywood comenzó en 1910 como especialista y conductor de vehículos y luego fue cameraman con Dwan y con D.W. Griffith. Durante la Segunda Guerra Mundial sirvió como fotógrafo y fue pionero en realizar películas militares. Tras ella, cuando se celebró la Conferencia de Paz en Versalles acompañó al Presidente Woodrow Wilson como fotógrafo personal. 
Como director comercial debutó en United Artists, la compañía de Douglas Fairbanks, con Pesadillas (1919), comedia producida y protagonizada por Fairbanks, a la sazón gran estrella del cine silente, a quien también dirigió en la comedia de aventuras Un gallina valeroso (1920). Entre su siguientes películas (la mayoría para los estudios Paramount) figuran No hay juegos con el amor (1921), comedia romántica con Constance Talmadge, Su propia novela (1922), drama con Alice Brady, Justicia gitana (1923), drama con Dorothy Dalton, El muladar de oro (1925), drama con Pauline Starke y Wallace Beery, Lord Jim (1925), apreciada adaptación de la novela de Joseph Conrad, con Percy Marmont y Shirley Mason, La diosa ciega (1926), drama de intriga con Jack Holt, Ernest Torrence, Esther Ralston y Louise Dresser, Flor de capricho (1926), comedia que confirmó el estrellato de Clara Bow, El destino de la carne (1927), uno de los dos dramas por los que Emil Jannings ganó el primer Oscar concedido al mejor actor, Hula (1927), comedia romántica con Clara Bow, El escuadrón de hierro (1927), drama bélico con Noah Beery y Charles Farrell, El despertar del amor (1928), drama romántico con Vilma Bánky, La rosa de Irlanda (1928), comedia dramática (parcialmente sonora) con Charles 'Buddy' Rogers y Nancy Carroll, o El canto del lobo (1929), western con Gary Cooper y Lupe Velez.
Su primer film totalmente sonoro (el último en Paramount) fue El virginiano (1929), western con Gary Cooper (quien, con su estilo lacónico, se afirmó aquí como estrella) y Walter Huston. Para Fox dirigió Hombre o diablo (1930), film de aventuras con Warner Baxter, Myrna Loy y Noah Beery, y después fue contratado por Metro-Goldwyn-Mayer, donde realizaría sus siguientes quince películas. La primera de ellas fue Alcohol prohibido (1932), drama con Dorothy Jordan, Walter Huston, Lewis Stone, Robert Young, Neil Hamilton y Jimmy Durante, seguida de Tierra de pasión (1932), drama de aventuras que estableció el estrellato de sus protagonistas Clark Gable y Jean Harlow (se dice que Gable formuló aquí el personaje de macho dominante pero caballeroso que repetiría a lo largo de su carrera), La hermana blanca (1933), drama romántico con Helen Hayes y Clark Gable, Polvorilla (1933), comedia con Jean Harlow y Lee Tracy, precedente de las comedias excéntricas de los años 30 y de notable acogida crítica, La isla del tesoro (1934), la mejor adaptación a la pantalla de la novela de Stevenson, con Wallace Beery y Jackie Cooper, La indómita (1935), comedia musical con Jean Harlow, William Powell, Franchot Tone y May Robson, Contrastes (1935), comedia romántica de época con Janet Gaynor y Henry Fonda, Capitanes intrépidos (1937), adaptación de una novela de aventuras de Rudyard Kipling, con Freddie Bartholomew, Spencer Tracy (ganador del Oscar al mejor actor), Lionel Barrymore y Melvyn Douglas, o Piloto de pruebas (1938), drama con Clark Gable, Myrna Loy y Spencer Tracy. A estas alturas de su carrera Fleming había demostrado su pericia como cineasta, en M.G.M era considerado como el hombre capaz de resolver cualquier problema de producción y en varias películas el estudio recorrió a él para sacar adelante un rodaje. Así sucedió con "El gran vals" (1938), cuando el director Julien Duvivier fue despedido y Fleming completó la filmación, aunque la cinta se estrenó acreditando sólo al director francés.
En sus dos películas siguientes ocurrió algo parecido. En el caso de El mago de Oz (1939), adaptación musical del cuento de L. Frank Baum, el productor Mervyn LeRoy encomendó en principio la dirección a Norman Taurog, pero, tras las primeras pruebas, cambió de criterio y designó a Richard Thorpe. Dos semanas después de comenzado el rodaje, el estudio no estaba satisfecho con los resultados, a pesar de haber recurrido a George Cukor como consejero creativo (él fue quien, por ejemplo, decidió el aspecto de Dorothy en el film). Así pues, Fleming asumió la responsabilidad de dirigir su primera película en Technicolor, siguiendo las directrices de Cukor (a la sazón comprometido con Selznick) con Judy Garland, Frank Morgan, Ray Bolger, Bert Lahr y Jack Haley en los papeles principales. Poco después M.G.M. y David O. Selznick comenzaron en producción compartida el ambicioso rodaje de Lo que el viento se llevó (1939), y aunque aún quedaban por rodar las secuencias en blanco y negro de El mago de Oz (finalmente filmadas por King Vidor) y otras tomas adicionales (en posproducción a cargo de Mervin LeRoy), no tardaron mucho en llamar a Fleming para dirigir la adaptación de la famosa novela de Margaret Mitchell. En ninguna de ambas películas Fleming había sido previsto inicialmente como director ni participado en la preproducción. En el caso del melodrama épico sudista, un proyecto que Selznick llevaba casi dos años preparando, se confió en principio la dirección a George Cukor. Los roles principales fueron adjudicados a Clark Gable, Leslie Howard, Olivia de Havilland y, en el últimísimo momento, Vivien Leigh. Para interpretar a Scarlett O'Hara se habían hecho pruebas a decenas de actrices, entre las que hasta poco antes del comienzo del rodaje fueron consideradas Jean Arthur, Joan Bennett y Paulette Goddad, siendo finalmente esta última la que casi se hizo con el papel, pero a última hora el departamento de publicidad de Selznick desaconsejó su elección por las controversias acerca del matrimonio de la actriz con Charles Chaplin. Así fue como, con el rodaje ya empezado, Selznick y Cukor acordaron escoger a Vivien Leigh, una actriz británica casi desconocida en los Estados Unidos. Aun con discrepancias entre Selznick y Cukor sobre el ritmo de filmación, este último dirigió durante casi tres semanas diversas escenas de la película. A Clark Gable no le gustaba nada ser dirigido por un homosexual (que además conocía su pasado de prostitución masculina) y utilizó su influencia para lograr el despido de Cukor. Cuando Selznick anunció su sustitución por Victor Fleming, amigo personal de Gable, tanto Vivien Leigh como Olivia de Havilland imploraron en vano a Selznick que reconsiderase su decisión (de hecho ambas continuaron encontrándose privadamente con Cukor para recibir instrucciones en la interpretación de sus respectivos roles). La relación entre Leigh y Fleming fue muy problemática y el director tuvo que imponerse a la temperamental actriz. Otro director, Sam Wood, dirigió escenas en la película durante dos semanas cuando Fleming dejó temporalmente el rodaje por agotamiento. William Cameron Menzies también filmó algunas secuencias. Tanto El mago de Oz como Lo que el viento se llevó se estrenaron acreditando exclusivamente a Victor Fleming como director. La primera, que no lograría amortizar sus costes de producción hasta su reestreno en 1949, fue candidata al Oscar en seis apartados (incluyendo el de mejor película), ganando en los de mejor banda sonora y mejor canción original ("Over the rainbow", no filmada por Fleming sino por Vidor y que estuvo a punto de ser eliminada del montaje final), además de uno honorífico para Judy Garland como estrella juvenil. La segunda batió records de taquilla y fue nominada al Oscar en trece categorías, ganando en ocho (entre ellas las de mejor película y director). Ambas películas se convirtieron en grandes clásicos y el American Film Institute las incluye hoy entre las diez mejores de todos los tiempos.
En los años 40 Fleming continuó proporcionando éxitos financieros al estudio del león, aunque con menor aclamación crítica: El extraño caso del Dr. Jekyll (1941), adaptación de la novela de Stevenson, con Spencer Tracy, Ingrid Bergman y Lana Turner, en cuyo rodaje Ingrid Bergman se enamoró de Fleming, entregándose ambos a un tórrido romance adúltero por ambas partes; La vida es así (1942), drama triangular adaptador de una novela de John Steinbeck, con Spencer Tracy, Hedy Lamarr y John Garfield; Dos en el cielo (1943), drama bélico con Spencer Tracy y Irene Dunne; y Aventura (1945), comedia dramática con Clark Gable y Greer Garson. Para Walter Wanger y RKO dirigió su último trabajo, Juana de Arco (1948), un empeño personal de Ingrid Bergman (quien incluso participó en la producción) por encarnar a la Doncella de Orleáns, que se saldó con un fracaso de público y crítica, pese a sus siete nominaciones al Oscar. Fleming  no pudo asumir este revés y falleció a los 59 años de un ataque al corazón poco después del estreno del film.
Entre 1909 y 1915 Fleming estuvo casado con Clara Winifred Strouse. Después sedujo y tuvo relaciones con muchas de las actrices a las que drigió, entre ellas, Clara Bow y Lupe Velez. Finalmente sentó cabeza al casarse en 1933 con Lucile Rosson, con quien tuvo dos hijas y que sería su viuda. En este periodo Ingrid Bergman fue su única aventura conocida. Fleming no vivió lo bastante para saborear el éxito tardío pero masivo de El mago de Oz.


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