lunes, 28 de mayo de 2018

Ensemble DEVA - Terzo Movimento Quintetto per archi Op. 11 nº 5 in mi maggiore (Minuetto, Boccherini)

LUIGI BOCCHERINI (Lucca, Toscana, Italia, 19-2-1743 / Madrid, España, 28-5-1805): IN MEMORIAM

Hoy es aniversario del fallecimiento del compositor clásico y violonchelista italiano Luigi Boccherini, importante impulsor de la música de cámara (comparable en ella a Haydn y Mozart) y acaso el más importante autor italiano de obras instrumentales del siglo XVIII. Músico extraordinariamente fecundo, produjo más de quinientas composiciones (la mayor parte residiendo en España, país donde vivió desde los veinticinco años hasta su muerte), entre las cuales figuran cincuenta y cuatro sonatas, veintidós duetos, ochenta tríos, más de cien cuartetos, cerca de doscientos quintetos, seis sextetos, casi treinta sinfonías, un Stabat Mater, una Misa solemne y la zarzuela "La Clementina". Enclavado en el estilo galante, el compositor sobresale en sus obras por la riqueza de la invención melódica y por la fluidez del diálogo instrumental, llevado con gracia y equilibrio a través de una sucesión de jubilosas exquisiteces, entre las que se insinúan algunas veces acentos levemente patéticos. Otras piezas suyas destilan la nostalgia por la villa y corte de Madrid, donde pasó su primeros años en España.
Luigi Rodolfo Benito Boccherini vino al mundo en una población de la Toscana en el seno de una familia de músicos. Después de recibir de su padre nociones de violonchelo, amplió sus conocimientos del mismo en el seminario de su ciudad y en ella ya daba conciertos en su primera adolescencia.  Ante tal destreza, su padre le envió a Roma a continuar sus estudios musicales, que incluían el aprendizaje de composición. Sus dotes prodigiosas hicieron que con catorce años acompañase a su progenitor e iniciase su carrera concertística nada menos que en el Teatro Imperial de Viena. Allí pronto asimiló las nuevas formas musicales nacientes, el cuarteto y el quinteto, en las que rivalizaría con Joseph Haydn. En 1764 regresó a su ciudad natal y poco después se estableció en Milán donde formó un cuarteto de cuerda con tres amigos. Entre 1761 y 1766 compuso sus primeros seis cuartetos, los oratorios Giuseppe riconosciuto y Gioas, re di Giudea y la cantata profana La confederazione dei Sabini a Roma.
En 1767 dejó Italia para ya nunca volver en vida y se instaló en París, donde empezó a adquirir notoriedad ofreciendo conciertos junto a su amigo violinista Filippo Manfredi. Su estancia en la capital francesa tampoco fue duradera, pues a los veinticinco años viajó a España persiguiendo un amor, el de la soprano romana Clementina Pelliccia, quien a la sazón actuaba en una compañía de ópera en gira española (a la que se adhirió Boccherini) durante 1768  y con la que acabó casándose. Al año siguiente fue nombrado violonchelista y compositor de la capilla real del infante Luis Antonio, sexto hijo de Felipe V y de su segunda esposa, Isabel de Farnesio, hermanastro del rey Fernando VI (que murió ese mismo año) y hermano del nuevo rey Carlos III. Fue entonces cuando Boccherini comenzó a componer sus obras de cámara más importantes.
El infante Luis Antonio de Borbón y Farnesio era un hombre ilustrado e interesado en la música y las artes, pero también un consumado mujeriego que había abandonado una carrera eclesiástica y llevaba una vida licenciosa, gastando a placer la fortuna heredada de su madre. El rey Carlos III, decidió poner coto a los escandalosos excesos de su hermano, alejándolo de la Corte y obligándole a contraer matrimonio morganático en 1776 (a los 49 años) con  María Teresa de Vallabriga (32 años más joven), una aristócrata  ajena a la realeza, para así apartarlo de la línea sucesoria. A Luis de Borbón esta circunstancia no le importó demasiado, pues contaba con la considerable herencia de Isabel de Farnesio y ante todo ansiaba libertad. Convertido en conde de Chinchón organizó a su medida una pequeña corte rural en el hermoso Palacio de la Mosquera que construyó en Arenas de San Pedro (Ávila), repleto de obras de arte, libros y valiosos objetos. Allí se entregó con pasión a sus mundanas aficiones, la música, la danza, la lectura, el tiro, la caza, la esgrima y... el sexo. Y a su lugar de exilio se llevó en 1777 a su orquesta y maestro de cámara. También a un joven pintor que por entonces apuntaba maneras, Francisco de Goya, a quien además de encargarle muchos trabajos lograría introducir en la corte de su hermano Carlos III. En su retrato "La familia del Infante Don Luis", Goya incluyó a Boccherini.
En ese ambiente híbrido se movía un poco a su pesar el músico Luigi Boccherini para ganarse la vida, rodeado de bosques, montañas, refinamiento algo impostado y muchas pasiones. El aislamiento en ese entorno natural y algo salvaje mantenía el recuerdo nostálgico de la ciudad de Madrid y de la música más profunda que había conocido al comienzo de su carrera en Viena y París. Además estaba muy al tanto de lo que se hacía en Europa gracias al contacto que mantenía con las grandes casas editoriales que publicaban sus composiciones
Su vida cambió radicalmente en 1785 con el fallecimiento de su esposa Clementina y poco después de su patrón Don Luis. Subsiguientemente, Boccherini regresó con sus seis hijos a Madrid, pero no a la Corte. Aunque disfrutaba de una pensión real, necesitaba de la ayuda de algún mecenas que le asegurara una paga más sustanciosa con la que subsistir. Lo encontró en el diletante rey Federico Guillermo II de Prusia, quien le permitió seguir viviendo en Madrid a cambio de enviar composiciones nuevas a Berlín. En 1787 Boccherini contrajo segundas nupcias con Maria del Pilar Porreti y entre ese año y 1797 escribió música solamente para el rey prusiano o para otra mecenas, María Josefa Pimentel, duquesa de Osuna y Condesa de Benavente. Pero ambos mecenazgos concluyeron con la muerte de Federico Guillermo y el abandono de la Pimentel y su situación económica se hizo más precaria. Momentáneamente, en 1799, encontró ayuda en el embajador francés Luciano Bonaparte, hermano del futuro emperador y para quien escribió sus últimas partituras. Sus últimos años transcurrieron en el madrileño barrio de Lavapiés bajo la aflicción por la pérdida de tres de sus hijas, de un hijo y de su segunda esposa y el padecimiento de una dolorosa artrosis, problemas circulatorios y una tuberculosis que acabó con su vida a los 62 años. En aquel momento era más reconocido y difundido por músicos e instituciones francesas que por las españolas.
Entre las obras más conocidas de Boccherini figuran el Quinteto op. 11 nº 5, la Sinfonía op. 12 nº 4 ("La casa del diavolo"), el Quinteto para guitarra nº 4 ("Fandango"), el Quinteto de cuerda op. 30 nº 6 ("La música nocturna de las calles de Madrid"), colorista reflejo de su nostalgia por el bullicio de las noches de la corte madrileña, o los Conciertos para violonchelo nº 4, 5, 6 y 7.
En 1927 Benito Mussolini ordenó trasladar los restos de Boccherini a Lucca, su ciudad natal. Los descendientes del compositor continúan viviendo en España.



Sin duda el célebre Minuetto de Boccherini, tercer movimiento de su Quinteto de cuerda op. 11 nº 5, dedicado al infante Don Luis de Borbón y cuya composición data de 1771 (publicado en París en 1775), es la pieza más difundida internacionalmente del ilustre músico italiano establecido en España.

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