lunes, 30 de octubre de 2017

Julien Duvivier (Lille, France, 8-10-1896 / Paris, France, 30-10-1967): In memoriam

CLÁSICO REALIZADOR DEL CINE FRANCÉS

Hoy se conmemora el cincuenta aniversario del fallecimiento del cineasta francés Julien Duvivier, quien en los años 30 dirigió algunos de los títulos más notables del llamado 'realismo poético' y, desde sus comienzos en el cine silente, tuvo una fecunda y muy diversa carrera que se prolongó durante casi cincuenta años. A pesar de que su nombre ha sido progresivamente olvidado con el paso del tiempo, fue un director que demostró en bastantes de sus obras fina sensibilidad, talento narrativo y capacidad para crear atmósferas en donde la violencia y la poesía se fundían con gran habilidad. Cineastas como Jean Renoir, Orson Welles e Ingmar Bergman lo tuvieron en alta estima y no se puede negar que su figura es imprescindible para una correcta comprensión del cine francés y europeo desde los años 30 hasta los 50.
Tras recibir una educación jesuítica, Julien Duvivier debutó como actor en 1916 en la compañía del Teatro Odeón. Esta vinculación sería el germen de su relación con el cine. Dos años después trabajó para la productora Gaumont como guionista y ayudante de dirección y en 1919 ya dirigió su primer largometraje. Sus siguientes películas fueron adaptaciones literarias, que demostraban la afición de este director por el teatro (a menudo adaptó personalmente los guiones de sus films). Curiosamente, sin ser creyente, dirigió por encargo varias obras de marcado carácter religioso, así El milagro de Lourdes (1924), El abate Constantin (1925), La agonía de Jerusalén (1926) o El milagro de santa Teresita (1929). También realizó dramas profanos: Siembra de dolor (1925), El hombre del Hispano (1926), El misterio de la torre Eiffel (1927), El torbellino de París (1928) o El paraíso de las damas (1930).
Ya en los albores del cine sonoro francés dirigió títulos como David Golder (1931), drama con Harry Baur, Los cinco caballeros malditos (1931), drama de intriga con Harry Baur, Pelirrojo (1932), versión parlante de una novela de Jules Renard, que el propio Duvivier ya adaptó en una versión anterior silente de 1925, también con Harry Baur encabezando el reparto, Aló, París (1932), comedia con Germaine Aussey y Josette Day, La cabeza de un hombre (1933), adaptación de una novela de Georges Simenon sobre el comisario Maigret, interpretado por Harry Baur, o El pequeño rey (1933), comedia dramática con Robert Lynen. El drama Maria Chapdelaine (1934), rodado en escenarios naturales canadienses, con Madeleine Renaud y Jean Gabin, supuso su primer éxito importante, seguido por otros como Gólgota (1935), drama bíblico con Harry Baur, Jean Gabin y Edwige Feuillère, La bandera (1935), drama según una novela de Pierre Mac Orlan ambientada en una unidad de la legión española, con Annabella y Jean Gabin, una de sus obras más destacadas, así como Pépé le Moko (1937), drama policiaco de éxito internacional ambientado en la Casbah argelina, con Jean Gabin y Mireille Balin, o Carnet de baile (1937), drama con reparto encabezado por Harry Baur, Marie Bell y Pierre Blanchar premiado en el Festival de Venecia. Llamado a Hollywood, Duvivier dirigió allí El gran vals (1938), drama biográfico sobre el compositor austriaco Johann Strauss, con Luise Rainer, Fernand Gravey y Miliza Korjus, que no obtuvo el éxito esperado. Después regresó a Francia, donde realizó Fin de jornada (1939), drama con Victor Francen y Louis Jouvet, y La carreta fantasma (1939), drama fantástico con Pierre Fresnay, Marie Bell, Louis Jouvet y Micheline Francey.
Durante la Segunda Guerra Mundial Duvivier marchó a los Estados Unidos, donde dirigió Lydia (1941), drama romántico con Merle Oberon, Seis destinos (1942), film de episodios donde aparecían Charles Boyer, Rita Hayworth, Ginger Rogers, Henry Fonda, Charles Laughton y Edward G. Robinson, Al margen de la vida (1943), otro film de episodios, con Charles Boyer, Barbara Stanwyck y Edward G. Robinson, y El falsario (1944), drama de propaganda bélica con Jean Gabin.
De vuelta a Francia realizó Pánico (1946), nueva adaptación de una novela de Georges Simenon, con Viviane Romance y Michel Simon, rodando a continuación en Inglaterra el drama romántico Anna Karenina (1948), según la novela de Tolstói, con Vivien Leigh, Ralph Richardson y Kieron Moore. Otro de sus títulos relevantes fue Bajo el cielo de París (1951), drama con Brigitte Auber, al que siguieron dos films comerciales que constituyeron las primeras adaptaciones de novelas de Giovanni Guareschi: Don Camilo (1952) y El retorno de Don Camilo (1953), que narran las cómicas aventuras de un párroco de pueblo italiano (Fernandel) y del alcalde comunista (Gino Cervi) del mismo. El tiempo de los asesinos (1956) fue un excelente drama policiaco con Jean Gabin y Danièle Delorme, como sus mejores obras, imbuido de sordidez y pesimismo, El hombre del impermeable (1957), una comedia de intriga protagonizada por Fernandel, y El puchero hierve (1957), notable adaptación de una novela de Emile Zola, con Gérard Philipe y Danielle Darrieux.
Entre los films de su última etapa figuran La femme et le pantin (1959), drama adaptador de la novela de Pierre Louÿs, con Brigitte Bardot y Antonio Vilar, Cena de acusados (1959), drama de intriga con Danielle Darrieux, Boulevard (1960), comedia dramática con Jean-Pierre Léaud, Magali Noël y Pierre Mondy, La cámara ardiente (1962), policiaco con Nadja Tiller y Jean-Claude Brialy, El diablo y los diez mandamientos (1962), comedia de episodios y reparto multiestelar, Carne de perdición (1963), drama criminal con Robert Hossein, Jean Sorel, Catherine Rouvel y Georges Wilson, y Diabólicamente tuyo (1967), thriller con Alain Delon y Senta Berger.   
Julien Duvivier se casó con Olga Nochimowsky a comienzos de 1927, naciendo a finales de ese año su hijo Christian. Su esposa murió en 1955 y el director pereció doce años después en un accidente automovilístico a los 71 años de edad.

  

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