domingo, 27 de agosto de 2017

Man Ray (Philadelphia, Pennsylvania, US, 27-8-1890 / Paris, France, 18-11-1976): In memoriam

EL SURREALISTA QUE CONVIRTIÓ LA FOTOGRAFÍA EN ARTE

Hoy es aniversario natal del polifacético artista visual estadounidense Man Ray. Aunque se consideraba a sí mismo un pintor, alcanzó celebridad mundial como fotógrafo, actividad en la que abrió caminos como artista conceptual. Contribuyó a la fundación del dadaismo en su país y fue el primer americano en participar en el movimiento surrealista parisino. También hizo esculturas, películas de vanguardia, fotografías de moda y multitud de retratos y, asímismo, destacó por su insólito trabajo con fotogramas, a los que llamó "rayogramas" en referencia a sí mismo, e inventó el método conocido como solarización, técnica donde la luz entra en el negativo durante el proceso del revelado, provocando fuertes contrastes en los contornos y mostrando las figuras como siluetas. Man Ray liberó a la fotografía de sus funciones netamente documentales, y la elevó a la categoría de arte.

Reseña biográfica fundamentalmente basada en la página xatacafoto:

Si hoy podemos disfrutar cada vez más de la fotografía en los espacios de arte, en parte se lo debemos a uno de esos genios que aplicó el dadaísmo y el surrealismo como vanguardias también en la disciplina fotográfica. Emmanuel Radnitzky, o Man Ray como se le conoce mundialmente, jugó un papel importantísimo en el arte fotográfico: primero porque descubrió que no hace falta una cámara como herramienta para crear fotografías, y segundo porque, gracias a la psicología del retrato y a las connotaciones más allá de la imagen propias del surrealismo, estatuyó que detrás de una estampa puede existir algo más que un bello encuadre.
Primogénito de una pareja de inmigrantes judíos rusos, Emmanuel Radnitzky tenía un hermano y dos hermanas. La familia se estableció en 1897 en Brooklyn, Nueva York, donde el padre ejerció como sastre y en 1912 cambió su apellido a Ray como reacción al antisemitismo imperante en la época. Emmanuel, a quien llamaban Manny, adoptó poco después, el nombre de Man Ray y, mientras estudiaba, aprendió diseño artístico. Tras graduarse decidió, pese a la desaprobación de sus padres, dedicarse a la pintura y ganó dinero como artista e ilustrador comercial mientras esporádicamente recibía clases en la National Academy of Design, comenzando también a frecuentar la galería de Alfred Stieglitz y a asistir a tertulias artísticas de la vanguardia neoyorquina.
En un principio adquirió una cámara fotográfica para reproducir sus obras plásticas, pero su inquietud le conduciría por derroteros que derivaron en que hoy en día tenga su especial hueco en la historia de la fotografía. Con Duchamp y Picabia creó el Dadá neoyorquino, realizando obras experimentales que coqueteaban con todo tipo de soportes para la creación de obra artística. Así es como, tras su instalación en París en 1921, al ver que su obra no encontraba mercado, empezó a crear sus famosos "rayogramas". Son estos creaciones fotográficas realizadas sin la intervención de una cámara. Paradójico el hecho de que adquiriese una cámara para documentar sus otras obras y terminase siendo valorado por una serie de fotografías fruto de esas composiciones abstractas (muy estudiadas, eso sí), donde situaba objetos por contacto en papel sensible a la luz que después era revelado.
En un mundo donde la técnica fotográfica es muy relevante a la hora de valorar a un fotógrafo, que con un simple papel se pueda jugar y crear composiciones que después se han paseado por las galerías y museos más importantes del globo, hace ver la importancia de la idea, del concepto, de la transmisión artística visceral, creativa, imperfecta, despreocupada tal vez como el propio Man Ray, aunque siempre realizada con un sentido.
Ese reconocimiento como artista fotográfico le dio oportunidad de realizar retratos a los personajes más relevantes de la cultura de su época. Al mismo tiempo sigue con sus naturalezas muertas y sus pinturas y esculturas surrealistas cuando el Dadá se fractura y comienza su andadura por el maravilloso mundo del Surrealismo:  "La búsqueda de la libertad y el placer; eso ocupa todo mi arte".
Las mujeres fatales y sus desnudos son recurrentes en su obra. De hecho gracias a la inspiración de su modelo y amante Alice Prin (conocida como Kiki de Montparnasse), nació una de sus obras más emblemáticas, "Le Violon d'Ingres" (1924), que refleja en una sola imagen todo lo que este creador es para el arte. Porque se respira pintura por esa pose que nos traslada inmediatamente al pintor Ingres, tan admirado por Man Ray, pero a su vez nos mete de lleno en ese juego de dobles lecturas, convirtiendo el cuerpo de la mujer en un gran violonchelo por medio de esas dos ranuras añadidas -a semejanza de los oídos o repiraderos del intrumento musical- porteriomente en edición. Idea, inspiración, creación, diseño, fotografía, pintura. 
Fundamentalmente su aportación nos lleva de forma directa a pensar que tras una imagen hay una idea detrás. Man Ray no fue un documentalista, fue un creador, y como tal, su legado nos hace reflexionar en torno a lo que debemos ver más allá de una imagen. "Le Violon d'Ingres" podría haberse quedado en un simple y bonito retrato de desnudo si no llega a jugar con el concepto de elevarlo a otro nivel.
Esa es la gran aportación de Man Ray, amén de sus solarizaciones y rayogramas: la figura del fotógrafo como creador de composiciones inventadas. Elocuencia, humor, sensibilidad, estos son sus personales ingredientes en la práctica de ese tipo de imágenes, en las que, dando vueltas a la inspiración, el artista creó estampas surgidas de sí mismo.
Man Ray se casó en 1913 por primera vez con la poetisa belga Adon Lacroix, de quien se separó en 1919, si bien el divorcio no se formalizó hasta 1937. Después de sus amores con Alice Prin durante casi toda la década de los años 20, en 1929 inició un relación sentimental con la fotógrafa Lee Miller, que le dejó en 1932. A causa de la II Guerra Mundial vivió de 1940 a 1951 en Los Angeles, California, donde conoció a la profesora de danza Juliet Browner, su segunda esposa desde 1946 hasta que él falleció a los 86 años a consecuencia de una infección pulmonar. Ambos residieron en París los veinticinco últimos años de vida del artista. En su tumba en el Cementerio de Montparnasse puede leerse el epitafio "Despreocupado, pero no indiferente".




El siguiente documental breve da cuenta de la trayectoria artística de Man Ray.




"Crear es divino, reproducir es humano" (Man Ray)


Seguidilla, 1919, airbrushed gouache

Kiki de Montparnasse (1920)

Untitled rayograph, 1922

Indestructible object (1923-1933)

Le violon d'Ingres (Kiki de Montparnasse), 1924

Place de la Concorde, Paris, 1926

Noir et blanche (Kiki de Montparnasse), 1926

Femme aux cheveux longs, 1929

Lee Miller (Solarized, 1930)

Le baiser (Lee Miller and Belbourne), 1930

Sleeping woman (Solarization, 1930)

La robe noire, 1930

Legs and garters, 1931

 Composition avec l'oeuf, 1931

Man Ray solarized self-portrait with surreal object, 1932

Larmes de verre, 1932

A l'heure de l'observatoire, les amoureux (1936)

 Two models for Harper's Bazaar, 1937. Dresses by Chanel

Peinture de chevalet, 1938

La fortune, 1938



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