miércoles, 1 de marzo de 2017

Gregory La Cava (Towanda, Pennsylvania, US, 10-3-1892 / Malibu, California, US, 1-3-1952): In memoriam

ESTILIZADA DICOTOMÍA CÓMICO-DRAMÁTICA

Hoy se cumplen sesenta y cinco años del fallecimiento a los 59 del director cinematográfico estadounidense Gregory La Cava. Uno de los mejores directores de comedias en los años 30, a la altura de sus coetáneos Frank Capra, Leo McCarey, George Cukor o Preston Sturges, su obra, como en el caso de Mitchell Leisen, ha sido infravalorada y, sólo en tiempos más recientes, parcialmente redescubierta y reivindicada. Procedente del mundo de la animación (para el que dirigió gran número de cortos), ya desde sus películas silentes se especializó en el género cómico (aunque también realizó dramas), al que aportaría sus dotes instintivas, su estilizada técnica narrativa y su talento para las situaciones extravagantes, con brillantes diálogos satíricos. Ya en comedias o dramas, su mirada fílmica es humanista, con trasfondo social y, al mismo tiermpo, cáustica e irónica, dejando sus películas, en ocasiones, un poso de amargura. Dirigió con pericia a bastantes de las principales figuras de la pantalla de su época y hasta ocho intérpretes en sus películas fueron candidatos al Oscar. Él mismo fue nominado al Premio de la Academia al mejor director en dos ocasiones. Su carácter independiente e indisciplinado, su costumbre de improvisar sobre el guión (incluso cuando había colaborado en su redacción en varios de sus títulos) y su comportamiento excéntrico e impredecible le ocasionaron no pocos problemas con los estudios para los que trabajó (principalmente RKO y Universal), que terminaron por prescindir de él cuando sus films dejaron de ser rentables.
Gregory La Cava era hijo de emigrantes procedentes de Calabria, una de las regiones más pobres de Italia. Su padre fue un zapatero que un día abandonó a su familia para irse a Alaska en busca de oro. En su primera juventud, Gregory pensaba convertirse en boxeador hasta que una lesión en su mano derecha le hizo cambiar de idea. Muy aficionado a dibujar, estudió arte en Chicago y en Nueva York. Entre 1913 y 1915 se inició profesionalmente trabajando ocasionalmente en el estudio de Raoul Barré, dibujante pionero de la animación con fines publicitarios. El poderoso multimillonario y magnate periodístico William Randolph Hearst abrió en 1916 otro estudio de ese tipo para introducir tiras de cómics en los periódicos de su cadena de prensa y contrató a la mayoría de los empleados de su rival. Así fue como La Cava comenzó a trabajar para la compañía de Hearst, donde colaboró con Walter Lantz (el futuro creador del Pájaro Loco).
A comienzos de los años 20 decidió trasladarse a Hollywood. Allí encontró acomodo como creador de gags y fue ascendiendo hasta convertirse en realizador, dirigiendo su primer mediometraje en 1921. Entre sus películas de la etapa silente figuran Juguete de las mujeres (1925), comedia con Richard Dix, Casémonos (1926), comedia con Richard Dix y Lois Wilson, Paraíso para dos (1927), comedia romántica con Richard Dix y Betty Bronson (hoy perdida), Loco de atar (1927), comedia con W. C. Fields, A toda máquina (1927), comedia con Chester Conklin y George Bancroft, Joaquín Murrieta (1927), drama romántico con Richard Dix y Thelma Todd (hoy perdido), Tómeme el pulso, doctor (1928), comedia con Bebe Daniels, Richard Arlen y William Powell, Solos en una isla (1928), film romántico con Esther Ralston y Gary Cooper, o Cariño de hermana (1929), comedia con Corinne Griffith y Grant Withers. Varios de los que aún se conservan de estos films han pasado a formar parte de la Biblioteca del Congreso norteamericano.
En todo caso, La Cava es hoy recordado por sus películas sonoras. Entre las primeras que dirigió se cuentan Risa y dinero (1931), comedia con Dorothy Lee y Edna May Oliver, y Astucia de mujer (1931), comedia dramática con Mary Astor y Robert Ames. Luego consiguió sus mejores obras a partir de La melodía de la vida (1932), drama que adaptaba una historia de Fannie Hurst, con Irene Dunne y Ricardo Cortez, al que siguieron Mayoría de edad (1932), drama con Dorothy Wilson, Arline Judge y Richard Cromwell, American bluff (1932), comedia con Lee Tracy y Lupe Vélez, El despertar de una nación (1933), fantasía política con Walter Huston, Karen Morley y Franchot Tone, Lecho de rosas (1933), drama romántico con Constance Bennett, Joel McCrea y John Halliday, Toda una mujer (1934), drama con Ann Harding y Clive Brook, El burlador de Florencia (1934), comedia dramática sobre la vida del escultor y orfebre Benvenuto Cellini, con Constance Bennett y Fredric March, Mundos privados (1935), drama con  Claudette Colbert, Charles BoyerJoan Bennett, Helen Vinson y Joel McCrea, o Sucedió una vez (1935), comedia con Claudette Colbert y Melvyn Douglas. 
Con Al servicio de las damas (1936) consiguió su obra maestra en el género de la comedia sofisticada: una de las más ácidas, ingeniosas y brillantes sátiras de la alta sociedad jamás filmada, que, protagonizada por William Powell y Carole Lombard, fue candidata al Oscar en seis categorías, incluyendo la de mejor director. Algo semejante ocurrió con su más destacada obra dramática, Damas del teatro (1937), protagonizada por Katharine Hepburn, Ginger Rogers y Adolphe Menjou, que muestra los anhelos y afanes de un grupo de chicas en una residencia para aspirantes a actrices, nominada al Oscar en cuatro apartados, incluyendo mejor película y director. Tambien fueron notables La muchacha de la Quinta Avenida (1939), comedia dramática con Ginger Rogers y Walter Connolly, Una nueva primavera (1940), drama con Ginger Rogers y Joel McCrea, Ansia de amor (1941), comedia romántica con Irene Dunne y Robert Montgomery, o Una dama en apuros (1942), comedia romántica con Irene Dunne y Patric Knowles. Tras un lapso de cinco años dirigió su última película, Vivir a lo grande (1947), comedia musical con Gene Kelly y Marie McDonald cuyo fracaso comercial lo apartó de la dirección y lo condenó al ostracismo profesional.
Gregory La Cava se casó en 1924 con Beryl Morse Greene, con la que tuvo un hijo y de la que se divorció en 1930. Un segundo matrimonio con Grace Nicholls (1940-1945), también finalizó en divorcio. Desdeñado por la industria del cine en sus cinco últimos años de vida, su alcoholismo se acentuó y aceleró su final, falleciendo de un ataque cardiaco acontecido nueve días antes de cumplir 60 años.

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