miércoles, 15 de febrero de 2017

Totò (Napoli, Italia, 15-2-1898 / Roma, Italia, 15-4-1967): In memoriam

IL PRINCIPE DELLA RISATA

Hoy es aniversario natal del mítico actor teatral y cinenatográfico italiano Totò, nombre artístico de Antonio Griffo Focas Flavio Angelo Ducas Comneno Porfiro-genito Gagliardi De Curtis di Bisanzio, o, más brevemente, Antonio De Curtis. De muy peculiares rasgos físicos, talento para la improvisación y un poderoso carisma, inició su carrera en los escenarios como comediante inspirado en Charles Chaplin, Buster Keaton y, más adelante, en los Hermanos Marx, aunque no tardó en desarrollar un estilo humorístico propio y distintivo. Después de la Segunda Guerra Mundial y hasta el final de su vida, su popularidad fue inmensa y completó una prolífica filmografía de noventa y siete películas. Aún hoy se le considera el más amado por el público de todos los cómicos italianos.
Nacido Antonio Vincenzo Stefano Clemente, fue fruto de una relación clandestina entre la proletaria Anna Clemente y el arruinado marqués Giuseppe De Curtis, quien en principio no lo reconoció como hijo suyo. Desde pequeño mostró fuerte vocación artística, vivacidad y dotes de observación hacia los personajes excéntricos, lo que le distrajo de sus estudios, entreteniendo a sus compañeros de clase con chistes, muecas e imitaciones. De la escuela elemental pasó a otro colegio, donde, por un incidente banal con uno de sus preceptores, quien lo golpeó involuntariamente con un puño, su tabique nasal quedó desviado; de tal modo, su rostro adquirió una particular conformación asimétrica en la nariz y el mentón, un episodio que contribuyó decisivamente a su característica e inconfundible 'máscara' de actor. Aunque su madre quería que fuese sacerdote, a los quince años Antonio colgó los libros e inició su trayectoria escénica como cómico en pequeños teatros de variedades, donde conoció a actores como los hermanos Eduardo y Peppino De Filippo. En principio sus caricaturas y parodias fueron acogidas con poco entusiasmo por el público, por lo que el joven comediante tuvo la amarga impresión de que sus aptitudes no encontrarían una salida significativa profesionalmente.
Durante la Primera Guerra Mundial se enroló voluntario en el ejército y fue destinado a combatir en Francia. Dispuesto a tomar el tren, fue advertido en la estación por un superior jerárquico de que en su compartimento viajarían soldados marroquíes de extrañas y temibles costumbres sexuales. Aterrorizado, Totò fingió un ataque epiléptico, evitando así la partida. Tras permanecer brevemente en observación hospitalaria, fue enviado a Livorno, población de la Toscana donde cumplió su servicio militar, habiendo así logrado escamotear el frente de batalla.
Ya licenciado regresó a Nápoles, donde, a comienzos de los años 20, fue al fin reconocido por el marqués De Curtis, que asímismo se casó con su madre para regularizar la situación familiar. Desplazados todos ellos a Roma, Totò reemprendió su actividad teatral por muy pocas liras en compañías que practicaban la 'commedia dell'arte'. En un breve periodo de desocupación decidió presentarse en solitario en espectáculos de variedades y así fue como empezó a lograr la aceptación del público. Entre 1923 y 1927 se exhibió en los principales cafés-concierto italianos, haciéndose conocido a nivel nacional, elevando su caché y convirtiéndose en aventurero seductor de cantantes y bailarinas de music-hall. Después pasó a formar parte de importantes compañías teatrales. A finales de 1929 entabló con la actriz genovesa Liliana Castagnola una apasionada relación, que, a causa de los celos, Totò decidió dar por concluída apenas dos meses después, lo que indujo a que ella, a comienzos de marzo de 1930, se suicidase con una sobredosis de somníferos en la habitación de la pensión donde se alojaba. Dejó una carta de despedida a su amado Antonio, encontrada por éste al día siguiente junto al cuerpo exánime de su ex novia. Los remordimientos por este hecho acompañaron el resto de su vida a Totò, quien guardó un pañuelo manchado de rimmel con el que Liliana probablemente enjugó sus lágrimas mientras esperaba la muerte. En 1933, a cambio de una renta vitalicia, el artista se hizo adoptar por el marqués Francesco Maria Gagliardi Focas con el fin de heredar una larga serie de títulos nobiliarios; ese mismo año, de su unión con la joven florentina de diecisiete años Diana Rogiani, nació una hija a la que bautizó como Liliana en memoria de su difunta amante. Totò y Diana se casaron posteriormente en 1935, aunque el matrimonio sólo duraría cuatro años. Puesto que en Italia no existía la posibilidad de divorcio, lo solicitaron en Hungría, a fin de conseguir la posterior anulación en su país. Obtenida ésta, no obstante, la pareja continuó viviendo bajo el mismo techo (aunque libres de tener otras relaciones) para así conservar la estabilidad familiar en atención a la pequeña Liliana.
A partir de los años 30 se sucedieron los éxitos escénicos para Totò en las dos décadas siguientes: en la primera triunfó con sus 'avantspettacoli' (variedades que precedían a la proyeccion de una película), y, ya en los 40, con grandes revistas en compañías por él encabezadas (entre 1943 y 1945 compartiría espectáculos con Anna Magnani). Su debut cinematográfico se produjo con la película Fermo con le mani (1937) de Gero Zambuto, que proponía al público italiano una alternativa del personaje chaplinesco de Charlot y no tuvo demasiada repercusión. En 1938 el actor sufrió un desprendimiento de retina y perdió la vista del ojo izquierdo pero continuó con su trabajo en la escena y la pantalla.  Su popularidad se consolidó en los años de la posguerra italiana con comedias como Los dos huerfanitos (1947) de Mario Mattoli, Totò el matador (1948) de Mario Mattoli, Totò busca piso (1949) de Steno y Mario Monicelli, Nápoles millonaria (1950) de Eduardo De Filippo, El hijo del jeque (1950) de Mario Mattoli, o El fantasma es un vivo (1950) de Carlo Ludovico Bragaglia, con Silvana Pampanini.
Sucesivamente su fama se amplió y extendió internacionalmente con una larga serie de populares películas, hechas la mayoría a su medida, entre las que figuran:  Guardias y ladrones (1951) de Steno y Mario Monicelli, con Aldo Fabrizi, por la que ganó un Nastro d'Argento al mejor actor y uno de sus mayores éxitos, Un turco napolitano (1953) de Mario Mattoli, con Aldo Giuffrè, Nuestros tiempos (1954) de Alessandro Blasetti, con Vittorio De Sica, Miseria y nobleza (1954) de Mario Mattoli, con Sophia Loren, Médico de locos (1954) de Mario Mattoli, con Franca Marzi, El oro de Nápoles (1954) de Vittorio De Sica, con Sophia Loren y Eduardo De Filippo, Cuentos de Roma (1955) de Gianni Franciolini, con Vittorio De Sica y Silvana Pampanini, El valor (1955) de Domenico Paolella, con Gino Cervi, La banda de los honrados (1956) de Camillo Mastrocinque, con Peppino De Filippo, Totò, Peppino y la mala mujer (1956) de Camillo Mastrocinque, con Peppino De Filippo, Dorian Gray y Teddy Reno, Totò, Peppino y los forajidos (1956) de Camillo Mastrocinque, con Peppino De Filippo, Mi mujer es doctor (1957) de Camillo Mastrocinque, con Abbe Lane y Vittorio De Sica, Totò y Pablito (1958) de Antonio Musu, con Pablito Calvo, Rufufú (1958) de Mario Monicelli, magnífica comedia con Vittorio Gassman, Renato Salvatori, Memmo Carotenuto y Marcello Mastroianni, La ley es la ley (1958) de Christian-Jaque, con Fernandel, Totò en París (1958) de Camillo Mastrocinque, con Sylva Koscina, La culpa fue de Eva (1959) de Steno, con Louis de Funès, Los defraudadores (1959) de Steno, con Aldo Fabrizi, Contrabando en Nápoles (1959) de Lucio Fulci, con Giovanna Ralli y Armando Calvo, La letra (1959) de Camillo Mastrocinque, con Vittorio Gassman, Ugo Tognazzi, Sylva Koscina y Peppino De Filippo, Totó, Fabrizi y los jóvenes de hoy (1960) de Mario Mattoli, con Aldo Fabrizi, Cama para tres (1960) de Steno, con Peppino De Filippo y Nadia Gray, Llegan los bribones (1960) de Mario Monicelli, con Anna Magnani y Ben Gazzara, Su excelencia se queda a comer (1961) de Mario Mattoli, con Ugo Tognazzi y Virna Lisi, Los dos oficiales (1961) de Sergio Corbucci, con Vittorio De Sica, Totò contra Maciste (1962) de Fernando Cerchio, con Nino Taranto y Samson Burke, Totó contra los cuatro (1963) de Steno, con Peppino De Filippo, Aldo Fabrizi, Nino Taranto y Erminio Macario, El monje de Monza (1963) de Sergio Corbucci, con Nino Taranto, Erminio Macario, Lisa Gastoni y Adriano Celentano, Peligro, mujeres al volante (1963) de Marino Girolami, con Walter Chiari, El comandante (1963) de  Paolo Heusch, con Franco Fabrizi, Totó contra el pirata negro (1964) de Fernando Cerchio, con Mario Petri, o Totò de Arabia (1965) de José Antonio de la Loma, con Nieves Navarro.
Finalmente enaltecido por la crítica, que tantas veces antes había tachado su humor de bufonesco, vulgar y repetitivo, participó en La mandrágora (1965) de Alberto Lattuada, deliciosa comedia medieval basada en la obra homónima de Niccolò Machiavelli, con Rosanna Schiaffino, Philippe Leroy y Jean-Claude Brialy, Pajaritos y pajarracos (1966) de Pier Paolo Pasolini, fábula entre la política y la religión con Ninetto Davoli, por la que Totò recibió una Mención Especial en el Festival de Cannes y un Segundo Nastro d'Argento, o Arreglo de cuentas en San Genaro (1966) de Dino Risi, comedia criminal con Nino Manfredi y Senta Berger. Cerró su carrera con un testamento cinematográfico digno de su nobleza: el episodio "La tierra vista desde la luna" de Pasolini, uno de los cinco que componían el film colectivo La brujas (1967), y "El monstruo del domingo" de Steno y "¿Qué son las nubes?" de Pasolini, dos de los seis episodios de otro film colectivo, Capricho a la italiana (1968).
En 1951 su ex-mujer Diana Rogiani abandonó el hogar familiar para casarse con otro hombre y su hija Liliana hizo lo mismo para casarse con un productor cinematográfico. En esa época la prensa aireó un supuesto affair de Totò con la actriz Silvana Pampanini, que no prosperó. En su soledad, el artista, que venía componiendo canciones desde mucho tiempo atrás, escribió entonces en dialecto napolitano Malafemmena, su más conocida melodía (supuestamente dedicada a Diana). Con te, otra canción suya, llegaría a competir en la final del Festival de Sanremo de 1954 en las voces de Achille Togliani y el dúo formado por Natalino Otto y Flo Sandon's. El tema estaba dedicado a Franca Faldini, una actriz romana treinta y tres años más joven que él, de la que se enamoró en 1952 y con quien compartiría (no sin escándalo mediático) el resto de su vida, aunque nunca la desposó (la pareja fingió en 1954 un matrimonio en Lugano, Suiza). El único hijo habido de esta unión, Massenzio, murió ese mismo año a las pocas horas de nacer tras un parto dramático. Su propia salud le dio serios problemas a Totò: su ojo derecho (el único con el que veía, aun de forma precaria), se había ido dañando con las luces de los potentes focos que le alumbraban en platós y escenarios; en 1957, después de apenas reponerse de una bronconeumonía, una grave hemorragia ocular le dejó ciego en pleno proscenio donde actuaba. Aunque posteriormente mejoró en parte, ya nunca recuperó la visión integral y no volvió a actuar sobre las tablas. Pese a todo, su pasión por la actuación le mantuvo activo durante otros diez años en el cine y la televisión hasta casi el final. El actor también publicó poemas y una autobiografía; asímismo se distinguió por la gran cantidad de donaciones benéficas que hizo a toda clase de personas necesitadas y por mantener un refugio para perros abandonados.
Aún con pleitos en marcha para acumular más títulos, Totò falleció a los 69 años tras una larga agonía sobrevenida a un infarto. Su muerte conmocionó a Italia y dió lugar a hasta tres funerales, uno en Roma y dos en Nápoles. Al segundo asistió una multitud de más de 250.000 personas. Desde entonces, su gloria póstuma no hizo sino aumentar con el tiempo.


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