jueves, 8 de diciembre de 2016

Richard Fleischer (New York City, US, 8-12-1916 / Woodland Hills, California, US, 25-3-2006): In memoriam

VIGOROSO NARRADOR

Hoy se cumple el centenario del nacimiento del director cinematográfico estadounidense Richard Fleischer. Especializado en un principio en películas de cine negro de serie B, se convirtió en uno de los cineastas más versátiles de Hollywood. Con mirada propia y estilo narrativo ágil y directo, destacó como autor de poderosos dramas, thrillers y films de acción, aventura o ciencia-ficción, aunque a lo largo de su trayectoria rodó títulos de casi todos los géneros, dejando varios clásicos a la posteridad.
Richard Fleischer era hijo del prestigioso Max Fleischer, quien, considerado uno de los pioneros de la animación, creó con su hermano Dave a la celebérrima Betty Boop y llevó al cine a Popeye el marino, personaje procedente de la publicidad. Richard quiso continuar la vocación paterna y seguir una carrera cinematográfica; para ello estudió interpretación en la Universidad de Yale después de abandonar una primera opción de convertirse en psicólogo. Allí conoció a su futura esposa, Mary Dickson, con la que se casaría en 1943, que le daría tres hijos y sería su viuda.
Fleischer empezó filmando cortometrajes y noticiarios documentales para la filial neoyorquina de RKO, dejando tan buen sabor de boca que rápidamente le reclamaron en la sede central de la productora de Hollywood. Allí, le encargaron una serie de producciones de serie B. Su primer largometraje de ficción fue el drama Hija del divorcio (1946), un título familiar que fue continuado por otro del mismo estilo, Banjo (1947), film, al igual que el previo, protagonizado por la actriz infantil Sharyn Moffett. A continuación rodó el mediometraje de tema bélico Design for death (1947) que ganó el Oscar al mejor documental. Entre sus siguientes películas figuran Así es Nueva York (1948), comedia protagonizada por Henry Morgan, Atrapado (1948), noir con Lloyd Bridges, Barbara Payton y John HoytAcusado a traición (1949), noir con Bill Williams y Barbara Hale, Ven tras de mí (1949), noir con William Lundigan y Dorothy Patrick, Atraco al furgón blindado (1950), noir con Charles McGraw, Adele Jergens y William Talman, Testigo accidental (1952), noir con  Charles McGraw, Marie Windsor y Jacqueline White que hoy se considera un modelo de film de serie B, The happy time (1952), comedia dramática con Charles Boyer y Louis Jourdan, o Arena (1953), western en 3-D con Gig Young y Jean Hagen.
Su buen hacer, unido al éxito creciente de sus películas, propició que Walt Disney lo contratase para dirigir el ambicioso proyecto que suponía la adaptación cinematográfica de 20.000 leguas de viaje submarino (1954), según la novela homónima de Jules Verne, en cuyo reparto contó con Kirk Douglas, James Mason, Paul Lukas y Peter Lorre. Aprovechando esta gran oportunidad, Fleischer dio en esta cinta, la primera de ciencia-ficción en formato CinemaScope y hoy un gran clásico del cine de aventuras, toda una lección de sabiduría visual y capacidad creativa. El éxito no se hizo esperar y Flesischer contaría después con mejores presupuestos para sus rodajes. En su haber siguieron títulos como Sábado trágico (1955), magnífico thriller con Victor Mature, Richard Egan y Stephen McNally, La muchacha del trapecio rojo (1955), drama con Ray MillandJoan Collins y Farley Granger, Bandido (1956), trepidante western con Robert Mitchum, Ursula Thiess y Gilbert Roland, Los diablos del Pacífico (1956), film bélico con Robert Wagner, Terry Moore y Broderick Crawford, Los vikingos (1958), superproducción de aventuras en el siglo IX con Kirk Douglas, Tony Curtis, Ernest Borgnine y Janet Leigh, Duelo en el barro (1959), western con Don Murray, Richard Egan, Lee Remick, Patricia Owens y Stuart Whitman, Impulso criminal (1959), febril y desasosegante drama criminal con Orson Welles, Diane Varsi, Dean Stockwell y Bradford Dillman, una de las mejores obras de su autor, contundente alegato contra la pena de muerte devenido un clásico, Una grieta en el espejo (1960), drama criminal con Orson Welles, Juliette Gréco y Bradford Dillman, La gran apuesta (1961), film de aventuras africanas con Stephen Boyd, Juliette Gréco y David Wayne, o Barrabás (1961), superproducción sobre la historia bíblica del criminal que fue indultado por Poncio Pilatos en lugar de Jesucristo, con Anthony Quinn, Silvana Mangano, Vittorio Gassman, Jack Palance, Arthur Kennedy y  Ernest Borgnine.
Tras un lapso de cinco años sin rodar, dirigió sucesivamente Viaje alucinante (1966), título de ciencia-ficción con  Stephen Boyd, Raquel Welch, Edmond O'Brien y Arthur Kennedy que narraba el asombroso recorrido de un grupo de científicos en miniatura por el interior de un cuerpo humano, otro clásico del género, El extravagante doctor Dolittle (1967), comedia musical con Rex Harrison, Samantha Eggar, Anthony Newley y Richard Attenborough en la que un hombre puede comunicarse con los animales, un sonado fiasco de taquilla pese a sus nueve candidaturas al Oscar, El estrangulador de Boston (1968), thriller con Tony Curtis, Henry Fonda, George Kennedy que le resarció del fracaso anterior y una de sus obras de mejor acogida crítica, y Che! (1969), reconstrucción de la relación mantenida por Che Guevara y Fidel Castro, respectivamente encarnados por Omar Sharif y Jack Palance, revisión de la historia desde una perspectiva estadounidense con pésima acogida crítica.
Aun con altibajos, en los años 70 prosiguió su andadura de forma más prolífica con Tora! Tora! Tora! (1970), costoso, espectacular y pormenorizado relato del imprevisto ataque japonés a Pearl Harbour, que determinó la entrada de los Estados Unidos en la II Guerra Mundial; Fleischer dirigió las secuencias relativas al bando estadounidense, mientras que dos directores japoneses se ocuparon de lo relativo a su país. Otros films suyos de la década fueron El estrangulador de Rillington Place (1971), interesante thriller británico con  Richard Attenborough, Judy Geeson y John Hurt, Fuga sin fin (1971), thriller de acción con George C. Scott, Tony Musante y Trish Van Devere, Terror ciego (1971), thriller con una invidente Mia Farrow aterrorizada por un  psicópata, Los nuevos centuriones (1972), drama policiaco con George C. Scott y Stacy Keach, Cuando el destino nos alcance (1973) thriller futurista con  Charlton Heston, Leigh Taylor-Young y Edward G. Robinson en el que la humanidad tiene como alimento unas galletas verdes denominadas Soylent Green, otro clásico de culto del género de la ciencia-ficción, El Don ha muerto (1973), drama criminal sobre la mafia, con Anthony Quinn, Frederic Forrest y Robert Forster, Tres forajidos y un pistolero (1974), western con Lee Marvin, Gary Grimes, Ron Howard y Charles Martin Smith, Mr. Majestyk (1974), film de acción con  Charles Bronson, Mandingo (1975), drama sureño de época sobre la esclavitud, con James Mason, Susan George y Perry King, Sara (1976), drama biográfico sobre la actriz Sarah Bernhardt, encarnada por  Glenda Jackson, El príncipe y el mendigo (1977), adaptación de la novela de Mark Twain, con  Oliver Reed, Raquel Welch, Mark Lester, Ernest Borgnine, George C. Scott, Rex Harrison, David Hemmings y Charlton Heston, y Ashanti (Ébano) (1979), film de aventuras que adaptaba una novela de Alberto Vázquez-Figueroa, con Michael Caine, Peter Ustinov, Kabir Bedi, Beverly Johnson, Omar Sharif, Rex Harrison y William Holden.
Con el paso de los años sus peliculas fueron resultando menos convincentes. En los 80 dirigió El cantor de jazz (1980), desafortunado remake del clásico de Al Jolson de 1927, con Neil Diamond y Laurence Olivier, El hombre más duro (1982), drama boxístico con Dennis Quaid, El pozo del infierno (1983), deslucido thriller de terror con  Tony Roberts, Tess Harper, Robert Joy y Candy Clark, Conan, el destructor (1984), fantasía medieval secuela de "Conan el bárbaro", con Arnold Schwarzenegger y Grace Jones, El guerrero rojo (1985), film de espada y brujeria  con  Arnold Schwarzenegger y Brigitte Nielsen, y ¡Pasta gansa! (1987), comedia itinerante de intriga con actores desconocidos que resultó ser su última película  y la peor valorada de su carrera. 
Víctima de una afección respiratoria, Richard Fleischer falleció mientras dormía en su residencia a los 89 años.

  

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