miércoles, 11 de mayo de 2016

Margaret Rutherford (London, UK, 11-5-1892 / Chalfont St Peter, Buckinghamshire, UK, 22-5-1972): In memoriam

ADORABLE CARACTERÍSTICA DEL CINE INGLÉS

Hoy es aniversario natal de la actriz inglesa de cine y teatro Margaret Rutherford. Su peculiar físico y sentido del humor condicionaron su trayectoria, destacando en el cine de su país como actriz de carácter ya bien entrada en la cincuentena. Sin trabajar nunca en Hollywood, ya septuagenaria ganó un Oscar y un Globo de Oro. Por sus méritos artísticos fue nombrada Oficial (1961) y Dama Comandante (1967) del Imperio Británico.
La infancia de Margaret Taylor Rutherford estuvo marcada por la tragedia. Nueve años antes de nacer ella, su padre, que sufría graves disturbios mentales, había matado a su propio padre, por lo que fue recluido en un centro psiquiátrico durante siete años. A poco del nacimiento de su hija, los Rutherford emigraron a la India intentando comenzar una nueva vida. Cuando Margaret tenía tres años fue devuelta a Inglaterra, después de que su madre se suicidase colgándose de un árbol. En Wimbledon creció al cuidado de una tía. A los once años, la niña supo que su padre había vuelto a ser internado en el mismo centro psiquiátrico, donde permaneció hasta su muerte. Mientras fue estudiante, Margaret desarrolló interés por el teatro y participó en funciones de aficionados. Antes de morir, su tía le costeó lecciones de arte dramático y la herencia de la misma le permitió asegurar su ingreso en la Old Vic School.
Margaret fue profesora de piano y declamación hasta su debut escénico profesional con el Old Vic en 1925. En su carrera teatral se especializó en papeles cómicos y ya tenía cuarenta y cuatro años cuando debutó como secundaria en una película en 1936. La aclamación de la crítica teatral le llegó con las obras "La importancia de llamarse Ernesto" de Oscar Wilde (1939) y "Un espíritu burlón" de Noël Coward (1941). Esta última, convertida en la película Un espíritu burlón (1945) de David Lean, comedia sobrenatural con Rex Harrison, Constance Cummings y Kay Hammond en la que Rutherford interpretó a la excéntrica medium Madame Arcati, impulsó la carrera de la actriz en la pantalla. En adelante el cine contó con su presencia en títulos como Encuentro al amanecer (1947) de Thornton Freeland, Miranda (1948) de Ken Annakin, Pasaporte para Pimlico (1949) de Henry Cornelius, ¡Aquellos días tan felices! (1950) de Frank Launder, La importancia de llamarse Ernesto (1952) de Anthony Asquith, Inocentes en París (1953) de Gordon Parry, Héroe por accidente (1953) de John Paddy Carstairs, Loca por los hombres (1954) de Ralph Thomas, Norman al galope (1957) de John Paddy Carstairs, Estoy bien, Jack (1959) de John Boulting, o Plan 402: El doble del general (1961) de Melville Shavelson.
Muy popular fue su encarnación de la detective Miss Jane Marple en cuatro películas basadas en novelas de
Agatha Christie dirigidas por George Pollock: El tren de las 4:50 (1961), Después del funeral (1963), Asesinato a bordo (1964) y La señora McGinty ha muerto (1964). También fue protagonista de la comedia Un ratón en la luna (1963) de Richard Lester, y ganó el Globo de Oro y el Oscar a la mejor actriz secundaria por su composición de una duquesa arruinada en Hotel Internacional (1963) de Anthony Asquith, drama con reparto multiestelar encabezado por Elizabeth Taylor y Richard Burton. Otras películas en las que intervino fueron Campanadas a medianoche (1965) de Orson Welles, drama medieval basado en varias obras de Shakespeare, con Welles, Jeanne Moreau y John Gielgud, La condesa de Hong Kong (1967) de Charles Chaplin, comedia con Marlon Brando y Sophia Loren, y Arabella (1967) de Mauro Bolognini, comedia italiana con Virna Lisi y James Fox.
Margaret Rutherford estuvo casada desde 1945 hasta que murió con el actor Stringer Davis. Ambos adoptaron al escritor Gordon Langley Hall, ya en su veintena, quien más tarde pasó por cirugía de reasignación de sexo y cambió su nombre a Dawn Langley Simmons. La actriz nunca pudo olvidar las aflicciones mentales de sus padres, que toda su vida temió heredar, y fue propensa a episodios intermitentes de ansiedad y depresión. Ya retirada, sufrió de la enfermedad de Alzheimer en su últimos años de vida, que finalizó a los 80 años.

  

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