SUTIL PSICOLOGÍA
Hoy se cumplen once años del fallecimiento de la actriz estadounidense Teresa Wright. Intérprete muy preparada, de formación teatral, accedió al cine de forma fulgurante y fue candidata al Oscar por sus tres primeras películas (dos como actriz secundaria y una como actriz protagonista), ganándolo en el primer apartado. Trabajó con importantes directores y logró una notable reputación desarrollando personajes de sutil psicología.
Hija de un agente de seguros, Muriel Teresa Wright nació en Harlem. Sus padres se separaron y ella creció en Maplewood, New Jersey, donde asistió a la Universidad de Columbia, actuando en obras estudiantiles. Tras graduarse en 1938 debutó en Broadway (ya como Teresa Wright) con la obra "Nuestra ciudad" de Thornton Wilder. Descubierta por el productor Samuel Goldwyn, firmó con él un contrato por cinco años para trabajar en Hollywood.
Su comienzo no pudo ser mejor. La participación de Teresa Wright en La loba (1941) de
William Wyler, interpretando a la hija de Bette Davis, le supuso ser candidata al Oscar como mejor actriz
secundaria. Si en su primera película había sido nominada por su actuación, al
siguiente año lo sería dos veces en sendas categorías: como mejor actriz
secundaria por La señora Miniver (1942) de William Wyler, drama en tiempos de guerra con Greer Garson y Walter Pidgeon, Oscar que ganó, y como actriz principal por El orgullo de los Yanquis (1942) de Sam Wood, drama deportivo junto a Gary Cooper. La frágil y delicada presencia de Wright se haría notar, aunque no muy profusamente, en grandes títulos de los años cuarenta, entre ellos La sombra de una duda (1943) de Alfred Hitchcock, aclamado thriller con Joseph Cotten, Casanova Brown (1944) de Sam Wood, comedia con Gary Cooper, Los mejores años de nuestra vida (1946) de William Wyler, drama sobre la reinserción en la vida civil de tres veteranos de la Segunda Guerra Mundial que ganó siete Oscars, con Myrna Loy, Fredric March, Dana Andrews y Virginia Mayo, Perseguido (1947) de Raoul Walsh, interesante combinación de western, thriller y melodrama, con Robert Mitchum. Diferencias con Goldwyn hicieron que el contrato de Wright con su estudio fuese cancelado, siendo Hechizo (1948) de Irving Reis, drama romántico con David Niven, Evelyn Keyes y Farley Granger, su última película para The Samuel Goldwyn Company.
En la siguiente década intervino en Hombres (1950) de Fred Zinnemann, drama
posbélico que supuso el debut en la pantalla de uno de los grandes monstruos del cine, Marlon
Brando. A partir de ahí, sus títulos serían en su mayor parte mucho menos destacados: Una razón para vivir (1952) de George Stevens, drama con Joan Fontaine y Ray Milland, El hidalgo (1952) de Lew Landers, western con Cornel Wilde, Trampa de acero (1952) de Andrew L. Stone, thriller con Joseph Cotten, Cuenta las horas (1953) de Don Siegel, drama criminal con Macdonald Carey, La actriz (1953) de George Cukor, comedia dramática con Spencer Tracy y Jean Simmons, El rastro de la pantera (1954) de William A. Wellman, western con Robert Mitchum, o Escapada en Japón (1957) de Arthur Lubin, título de aventuras con Cameron Mitchell. Aunque ella solía obtener buenas críticas, la mayoría de estas películas dieron pobres dividendos, por lo que, por esa época, la televisión y el teatro fueron los medios artísticos más habituales para Wright.
Al cine volvió en contadas ocasiones: Héroes (1969) de David Miller, drama social con Michael Douglas y Arthur Kennedy, Con los ojos cerrados (1969) de Richard Brooks, drama con Jean Simmons y John Forsythe, Roseland (1977) de James Ivory, drama romántico en tres episodios, con Geraldine Chaplin y Lilia Skala, En algún lugar del tiempo (1980) de Jeannot Szwarc, drama fantástico con Christopher Reeve, Jane Seymour y Christopher Plummer, El precio de la pasión (1988) de Leonard Nimoy, drama con Diane Keaton y Liam Neeson, y Legítima defensa (1997) de Francis Ford Coppola, drama judicial con Matt Damon, Mickey Rourke y Danny DeVito.
Teresa Wright estuvo casada entre 1942 y 1952 con el guionista Niven Busch, con quien tuvo un hijo y una hija. Su segundo marido fue el dramaturgo Robert Anderson, desde 1959 hasta su divorcio en 1978. La actriz falleció de un ataque cardiaco a los 86 años.
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