lunes, 21 de marzo de 2016

Michael Redgrave (Bristol, UK, 20-3-1908 / Denham, UK, 21-3-1985): In memoriam

ACTOR DE RAZA

Tal día como hoy hace treinta y un años falleció el actor inglés Michael Redgrave. Hijo, padre y abuelo de actores, fue uno de los más eminentes intérpretes del cine y teatro británicos del siglo XX. De trayectoria deslumbrante, capaz de interpretar cualquier tipo de papel, encantador o inquietante, autoritario o conmovedor, supo dotar siempre a sus personajes de un toque humorístico y, en ocasiones, melancólico. Trabajó con los más destacados directores de la cinematografía británica, fue candidato al Oscar al mejor actor en una ocasión y nombrado Comandante (1952) y Caballero (1959) de la orden del imperio Británico con el título de Sir.
Michael Scudamore Redgrave era hijo de los actores británicos Roy Redgrave y Margaret Scudamore. Cuando Michael tenía seis meses de edad su padre abandonó a la familia y marchó a Australia para hacer carrera en el cine mudo. Su madre se volvió a casar con el Capitán James Anderson, un plantador de té, pero al pequeño siempre le disgustó su padrastro. Cursó estudios con brillantez en el Clifton College y en el Magdalene College (Cambridge). Fue profesor en Surrey antes de hacerse actor en 1934, dirigiendo e interpretando obras de Shakespeare. Pasó dos años con la Compañía de Repertorio de Liverpool, para la que escribió las obras "The seventh man" y "Circus boy" y donde conoció a Rachel Kempson, actriz con la que se casó en 1935, madre de sus tres hijos, los futuros actores Vanessa (1937), Corin (1939) y Lynn (1943). El matrimonio duraría cincuenta años a pesar de la bisexualidad de Michael y sus relaciones con personas de ambos sexos.
Debutó profesionalmente en el teatro londinense con el Old Vic en 1936, donde interpretó "Trabajos de amor perdidos" de Shakespeare, "La bruja de Edmonton" de Thomas Dekker, "Como gustéis" de Shakespeare, o "La aldeana" de William Wycherley. Estas obras supusieron el comienzo de una espléndida carrera teatral. Su primer papel en el cine se lo proporcionó Alfred Hitchcock en El agente secreto (1936), film de espionaje con Madeleine Carroll, Peter Lorre, John Gielgud y Robert Young donde interpretó un papel de reparto. Dos años más tarde, Hitchcock volvió a confiar en él, esta vez para protagonizar Alarma en el expreso (1938), en la que Redgrave interpretó a un joven especialista en música folclórica que ayuda a Margaret Lockwood a investigar la extraña desaparición de una dama en un tren. Fue la primera gran película de Redgrave y supuso un enorme impulso a su carrera. Después actuó en Cuidado con lo que haces (1938) de Carol Reed, comedia con Jessie Matthews, Vida robada (1939) de Paul Czinner, drama romántico con Elisabeth Bergner, Las estrellas miran hacia abajo (1940) de Carol Reed, drama con Margaret Lockwood y Emlyn Williams, y otras películas y obras teatrales hasta que, durante la Segunda Guerra Mundial, en julio de 1941 se alistó en la Marina como soldado para ser licenciado por motivos médicos en noviembre de 1942 y pasar a la reserva. 
Ya en la posguerra fue uno de los actores más aclamados del Reino Unido. Protagonizó Más allá de las nubes (1945) de Anthony Asquith, drama bélico con John Mills y Jean Simmons, fue el escalofriante ventrílocuo del clásico Al caer la noche (1945), película de cinco episodios y cuatro directores, en la que Redgrave participó en uno de los dos dirigidos por Alberto Cavalcanti, y también se le vió en Corazón cautivo (1946) de Basil Dearden, drama bélico que supuso otro de los grandes éxitos de Redgrave con su extraordinaria interpretación de un oficial nazi infiltrado en un campo de prisioneros ingleses, o Buscando el éxito (1947) de Roy Boulting, drama de época con Rosamund John. Su posición de privilegio dentro de la industria británica le condujo a intervenir en dos films americanos: A Electra le sienta bien el luto (1947) de Dudley Nichols, adaptación de la obra homónima de Eugene O'Neill, con un excelente reparto que incluía a Rosalind Russell, Raymond Massey, Katina Paxinou, Leo Genn y Kirk Douglas, por la que tanto Redgrave como Russell fueron nominados al Oscar, y Secreto tras la puerta (1947) de Fritz Lang, thriller psicológico con Joan Bennett. En cuanto al teatro, representó obras como "Macbeth" de Shakespeare (1948), "El padre" de Strindberg (1948-1949), "Un mes en el campo" (1949-1950) de Turgenev, o "Hamlet" (1950) de Shakespeare.
Su más memorable interpretación cinematográfica llegó con La versión Browning (1951) de Anthony Asquith, conmovedora adaptación de gran densidad dramática de la obra de Terence Rattigan, con Jean Kent y Nigel Patrick, en la que su caracterización como un estricto profesor de lenguas clásicas, engañado por su mujer con un compañero de docencia, recibió el premio al mejor actor en el Festival de Cannes. La importancia de llamarse Ernesto (1952), tambén dirigida por Anthony Asquith, fue una de las mejores representaciones de una obra de Oscar Wilde en la gran pantalla y otro de sus más celebrados trabajos como actor, nombrado en 1952 Comandante de la Orden del Imperio Británico. Siguieron otros titulos como El solitario (1954) de George More O'Ferrall, film de intriga con Leo Genn y Ann Todd, Misión de valientes (1955) de Michael Anderson, drama bélico con Richard Todd, Mister Arkadin (1955), thriller psicológico producido, dirigido y protagonizado por Orson Welles, ¡Oh, Rosalinda! (1955) de Michael Powell y Emeric Pressburger, comedia con Ludmilla Tchérina, Anton Walbrook, Mel Ferrer y Anthony Quayle, 1984 (1956) de Michael Anderson, traslación de la distopía de George Orwell, con Edmond O'Brien y Jan Sterling, Tiempo sin piedad (1957) de Joseph Losey, thriller con Ann Todd y Leo McKern, El camino feliz (1957), comedia dirigida y protagonizada por Gene Kelly, El americano tranquilo (1958) de Joseph L. Mankiewicz, según la novela de Graham Greene, con Audie Murphy, Claude Dauphin y Giorgia Moll, Luces de rebeldía (1959) de Michael Anderson, drama con James Cagney, Don Murray, Dana Wynter y Glynis Johns, o Misterio en el barco perdido (1959) de Michael Anderson, thriller de aventuras marinas con Gary Cooper y Charlton Heston. Asímismo, en 1959 adaptó para los escenarios "Los papeles de Aspern", novela corta de Henry James, que también protagonizó en Londres. Además publicó el primer volumen de sus memorias, "Mask or face: Reflections in the actor's mirror", y una novela, "The mountebank's tale" y ese mismo año fue distinguido como Caballero del Imperio Británico.
En la década de los 60 apareció en Suspense (1961) de Jack Clayton, sobresaliente adaptación de "Otra vuelta de truerca" de Henry James, con Deborah Kerr como protagonista, No, mi querida hija (1961) de Ralph Thomas, comedia con Michael Craig y Juliet Mills, La soledad del corredor de fondo (1962) de Tony Richardson, título emblemático del free cinema con el protagonismo de Tom Courtenay, Tio Vania (1963) de Stuart Burge, adaptación del drama de Chekhov que un año antes había dirigido e interpretado Laurence Olivier en los escenarios junto a Redgrave, Joan Plowright, Rosemary Harris y Sybil Thorndike, La colina (1965) de Sidney Lumet, drama bélico carcelario con Sean Connery como protagonista, Los héroes de Telemark (1965) de Anthony Mann, film bélico con Kirk Douglas y Richard Harris, La hora 25 (1967) de Henri Verneuil, drama bélico con Anthony Quinn y Virna Lisi, Enviado especial K (1968) de Val Guest, thriller de espionaje con Stephen Boyd y Camilla Sparv, ¡Oh, qué guerra tan bonita! (1969) de Richard Attenborough, musical bélico con reparto multestelar, La batalla de Inglaterra (1969) de Guy Hamilton, otro film bélico con reparto multiestelar, y Adiós, Mr. Chips (1969) de Herbert Ross, drama musical con Peter O'Toole y Petula Clark.
Entre sus últimas películas figuran El mensajero (1970) de Joseph Losey, drama de época con Julie Christie y Alan Bates, o Nicolás y Alejandra (1971) de Franklin J. Schaffner, drama histórico con Michael Jayston y Janet Suzman. Hasta 1979 actuó también en teatro y televisión. En 1983 publicó "In my mind's I: An actor's autobiography".
Diagnosticado de la enfermedad de Parkinson desde 1976, Sir Michael Redgrave falleció en una residencia de ancianos un día después de su 77 cumpleaños.


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