viernes, 18 de marzo de 2016

Edward Everett Horton (New York City, US, 18-3-1886 / Encino, California, US, 29-9-1970): In memoriam

SECUNDARIO IMPRESCINDIBLE

Hoy es aniversario natal del actor estadounidense Edward Everett Horton. Intérprete de larga carrera, apareció en más de 120 películas, principalmente en papeles cómicos. Dotado de un inigualable y peculiarísimo sentido del humor, solía representar a hombres de mundo ligeramente ridículos o despistados, el contrapunto perfecto de grandes caballeros y protagonistas. La calidad de su filmografía es asombrosa y, particularmente en los años 30, fue el secundario imprescindible en muchas de las mejores comedias de la década, trabajando en algunas de las más importantes obras de directores como Lubitsch, Sandrich, Capra o Cukor.
Edward Everett Horton, hijo de un impresor del periódico New York Times, estudió en las universidades Brooklyn Polytechnic y Columbia University. Desde sus tiempos universitarios apareció en producciones teatrales, muchas de ellas comedias musicales. Profesionalmente comenzó su carrera cantando y bailando en pequeños papeles en producciones de vaudeville y en Broadway. En 1919 se trasladó a Los Angeles, donde actuó en películas de Hollywood acreditado como Edward Horton e incorporando su primer protagonista en Too much business (1922), una comedia dirigida por Jesse Robbins. Entre las películas en que se le vió en la etapa del cine silente figuran Vida bohemia (1926) de King Vidor, Qué escándalo (1926) de Edward Laemmle, Taxi! Taxi! (1927) de Melville W. Brown, The terror (1928) de Roy Del Ruth o Sonny Boy (1929) de Archie Mayo.
Con su voz crepitante se adaptó perfectamente al sonoro y apareció sucesivamente en Un cajero afortunado (1930) de Archie Mayo, Holiday (1930) de Edward H. Griffith, Para alcanzar la luna (1930) de Edmund Goulding, Esposas solitarias (1931) de Russell Mack, Un gran reportaje (1931) de Lewis Milestone, Astucia de mujer (1931) de Gregory LaCava o El conquistador irresistible (1932) de Jack Conway. Los años 30 fueron los mejores de su carrera y el primer gran clásico en que participó fue Un ladrón en la alcoba (1932), la primera de sus cinco colaboraciones con Ernst Lubitsch, comedia protagonizada por Miriam Hopkins, Kay Francis y Herbert Marshall. Luego intervino en El soltero inocente (1933) y El modo de amar (1933), ambas de Norman Taurog, comedias musicales protagonizadas por Maurice Chevalier, Alicia en el país de las maravillas (1933) de Norman Z. McLeod, adaptación de la novela de Lewis Carroll, con Charlotte Henry como Alicia, Una mujer para dos (1933) de Ernst Lubitsch, brillante comedia sofisticada con Fredric March, Gary Cooper y Miriam Hopkins, Caprichos (1934) de Robert Florey, comedia con Joan Blondell y Warren William, El templo de las hermosas (1934) de Harlan Thompson, comedia romántica con Cary Grant, Atención, señoras (1934) de Frank Tuttle, comedia con Cary Grant y Frances Drake, La alegre divorciada (1934) de Mark Sandrich, comedia musical con Fred Astaire y Ginger Rogers, La viuda alegre (1934) de Ernst Lubitsch, musical con Maurice Chevalier y Jeanette MacDonald, El diablo es una mujer (1935) de Josef von Sternberg, drama romántico con Marlene Dietrich, Lionel Atwill y César Romero, Por unos ojos negros (1935) de Lloyd Bacon, comedia musical con Dolores del Rio y Pat O'Brien, Sombrero de copa (1935) de Mark Sandrich, comedia musical con Fred Astaire y Ginger Rogers, Corazones divididos (1936) de Frank Borzage, drama histórico con Marion Davies, Dick Powell, Charlie Ruggles y Claude Rains, Como tú quisieras ser (1936) de Maurice Elvey, comedia británica con Genevieve Tobin, Horizontes perdidos (1937) de Frank Capra, drama fantástico con Ronald Colman, Una chica con suerte (1937) de Mervyn LeRoy, comedia romántica con Fernand Gravey y Joan Blondell, Ritmo loco (1937) de Mark Sandrich, comedia musical con Fred Astaire y Ginger Rogers, Amor en la oficina (1937) de Otto Preminger, comedia con Ann Sothern, Jack Haley y Mary Boland, Angel (1937) de Ernst Lubitsch, comedia dramática con Marlene Dietrich, Herbert Marshall y Melvyn Douglas, El perfecto ejemplar (1937) de Michael Curtiz, comedia con Errol Flynn y Joan Blondell, La diosa de la selva (1937) de Raoul Walsh, musical con Lily Pons, La octava mujer de Barba Azul (1938), otra comedia maestra de Ernst Lubitsch, con Gary Cooper y Claudette Colbert, o Vivir para gozar (1938) de George Cukor, comedia con Cary Grant y Katharine Hepburn.
Compaginando el cine con el teatro, Horton redujo sus apariciones en la pantalla grande en los años 40, en especial en su segunda mitad. Sus películas más destacadas de este decenio son Las chicas de Ziegfeld (1941) de Robert Z. Leonard, musical con James Stewart, Judy Garland, Hedy Lamarr y Lana Turner, El difunto protesta (1941) de Alexander Hall, comedia fantástica protagonizada por Robert Montgomery, Así vivo yo (1942) de Walter Lang, comedia con Henry Fonda, Lynn Bari y Don Ameche, Me casé con un ángel (1942) de W. S. Van Dyke, musical con Jeanette MacDonald y Nelson Eddy, Secretaria brasileña (1942) de Irving Cummings, musical con Betty Grable, Carmen Miranda, John Payne y Cesar Romero, Toda la banda está aquí (1943) de Busby Berkeley, musical con Alice Faye y Carmen Miranda,
Extraña confesión (1944) de Douglas Sirk, drama con George Sanders y Linda Darnell, Arsénico por compasión (1944) de Frank Capra, comedia negra con Cary Grant como protagonista, La dama del tren (1945) de Charles David, film de misterio con Deanna Durbin y Ralph Bellamy, y La diosa de la danza (1947) de Alexander Hall, musical con Rita Hayworth y Larry Parks.
En 1947 dejó el cine y a partir de los años 50 intervino con asiduidad en el medio televisivo. Historia de la humanidad (1957) de Irwin Allen, donde encarnaba a Sir Walter Raleigh, fue su única aparición en la gran pantalla en esta década. Con posterioridad retornó para colaborar de nuevo con Frank Capra en Un gangster para un milagro (1961), comedia con Glenn Ford y Bette Davis, a la que siguieron El mundo está loco, loco, loco (1963) de Stanley Kramer, comedia disparatada con Spencer Tracy encabezando el reparto, o La pícara asoltera (1964) de Richard Quine, comedia con Tony Curtis, Natalie Wood, Henry Fonda, Lauren Bacall y Mel Ferrer. Su última película fue Un mes de abstinencia (1971) de Norman Lear, comedia  protagonizada por Dick Van Dyke, estrenada postumamente.
A pesar de su longeva carrera y ofrecer inolvidables caracterizaciones, jamás fue nominado al Oscar. Su compañero sentimental durante décadas fue el actor Gavin Gordon, quince años más joven que él. Edward Everett Horton murió soltero a los 84 años a causa de un cáncer.

 

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