miércoles, 25 de noviembre de 2015

Jeffrey Hunter (New Orleans, Louisiana, US, 25-11-1926 / Los Angeles, California, US, 27-5-1969): In memoriam

ÍDOLO JUVENIL DE LOS 50

Hoy es aniversario natal del actor estadounidense Jeffrey Hunter, prematuramente desaparecido tras un accidente doméstico a los 42 años. Joven galán de gran atractivo físico y penetrantes ojos azules, en los años 50 adquirió estatus de popular icono de adolescentes. En su no muy distinguida filmografía sobresalen sus tres películas con John Ford y dos con Nicholas Ray, directores que le ofrecieron los papeles con mayor carga dramática de su carrera. Cuando falleció, ésta estaba en franca decadencia.
Jeffrey Hunter (de nombre real Henry Herman McKinnies Jr.) se trasladó de muy pequeño con su familia a Milwaukee, Wisconsin, donde se graduó y comenzó a actuar representando obras en el teatro y en la radio locales. En 1945 se enroló en la marina estadounidense, en la que sirvió durante un año, y luego estudió interpretación en la Univeridad de Evanston, Illinois y en la UCLA californiana, prosiguiendo sus actuaciones en el teatro. Tras debutar sin acreditación en la producción independiente Julio César (1950) de David Bradley, con Charlton Heston como protagonista, fue contratado por 20th Century Fox, estudio al que estuvo ligado hasta 1959.
Su nombre comenzó a destacar sucesivamente en los créditos de títulos como 14 horas (1951) de Henry Hathaway, noir con Paul Douglas, Richard Basehart, Barbara Bel Geddes y Debra Paget como protagonistas, Luchas submarinas (1951) de Lloyd Bacon, bélico con Richard Widmark y Dana Andrews, Cielo rojo de Montana (1952) de Joseph M. Newman, drama aventurero con Richard Widmark, Bellezas por casar (1952) de Henry Levin, comedia familiar con Jeanne Crain, Myrna Loy, Debra Paget y Edward Arnold, Un grito en el pantano (1952) de Jean Negulesco, remake de "Aguas pantanosas" (1941) de Jean Renoir, con Jean Peters, Tres jóvenes de Texas (1954) de Henry Levin, western con Mitzi Gaynor y Keefe Brasselle, La princesa del Nilo (1954) de Harmon Jones, aventuras con Debra Paget y Michael Rennie, Pluma blanca (1955) de Robert D. Web, western con Robert Wagner, John Lund y Debra Paget, o Siete ciudades de oro (1955) de Robert D. Web, aventuras históricas con Richard Egan, Anthony Quinn, Michael Rennie y Rita Moreno. 
Su mejor oportunidad le llegó al participar en el mítico western Centauros del desierto (1956) de John Ford, junto a John Wayne, Vera Miles, Ward Bond y Natalie Wood, sin duda la película más importante de su filmografía, y su director el que mejor partido le sacó en éste y otros dos títulos más adelante. Después apareció en Tierra de violencia (1956) de Robert D. Web, western con Robert Ryan y Virginia Mayo, Héroes de hierro (1956) de Francis D. Lyon, producción Disney ambientada en  la Guerra de Secesión estadounidense, con Fess Parker, Un beso antes de morir (1956) de Gerd Oswald, thriller con Robert Wagner, Virginia Leith y Joanne Woodward, Una pistola para un cobarde (1957) de Abner Biberman, western con Fred MacMurray, La verdadera historia de Jesse James (1957) de Nicholas Ray, western biográfico con Robert Wagner y Hope Lange, otro de sus mejores films, Más fuerte que la vida (1957) de Martin Ritt, drama de historias cruzadas con Joanne Woodward, Sheree North y Tony Randall, El último hurra (1958) de John Ford, drama político con Spencer Tracy, Amor y guerra (1958) de Philip Dunne, drama bélico con Robert Wagner, Dana Wynter y Hope Lange, El sargento negro (1960) de John Ford, western con Constance Towers, Billie Burke y Woody Strode, Del infierno a la eternidad (1960) de Phil Karlson, drama bélico con David Janssen, Vic Damone y Patricia Owens, Cuando el hampa dicta su ley (1960) de Phil Karlson, drama criminal con Pat Crowley y Dennis Hopper, o La última fuga (1961) de Edmond O'Brien, drama criminal con David Janssen y Stella Stevens.
Nuevamente recomendado por John Ford a Nicholas Ray para el papel de Jesucristo en la producción bíblica de Samuel Bronston Rey de reyes (1961) dirigida por el segundo, fue elegido por su mirada, pero su interpretación fue acogida con críticas dispares, sobre todo por quienes aún le seguían viendo como ídolo juvenil de matinées, a pesar de que cuando rodó la película Hunter tenía 34 años. Perjudicado como tantas otras estrellas por la desaparición a comienzos de la década del sistema de contratos de larga duración con los estudios de Hollywood, que se hacían cargo de sus carreras, el caso es que la de Hunter inició un declive inexorable con títulos (la mayoría films de bajo presupuesto rodados en Europa) como El último superviviente (1962) de Richard Goldstone y John Monks Jr., El día más largo (1962) de Ken Annakin, Andrew Marton y Bernhard Wicki, producción bélica de amplio reparto estelar, Oro para el César (1963) de André De Toth y Sabatino Ciuffini, péplum italiano con  Mylène Demongeot, Joaquín Murrieta (1965) de George Sherman, spaghetti-western rodado en España, Desafío al destino (1965) de William Conrad, thriller con Anne Francis, Dana Andrews y Viveca Lindfors, Dimension 5 (1966) de Franklin Adreon, ciencia-ficción con France Nuyen, Una bruja sin escoba (1967) de José María Elorrieta, comedia sobrenatural de producción española, con  Maria Perschy, La gran aventura (1967) de Robert Siodmak, western con Robert Shaw, Mary Ure y Robert Ryan, Cerveza para todos (1968) de Frank Tashlin, comedia bélica con Gina Lollobrigida y Bob Hope, o ¡Viva América! (1969) de Javier Setó, thriller criminal de producción hispano-italiana, con Pier Angeli. En esos años también intervino en varias series televisivas.
Jeffrey Hunter estuvo casado entre 1950 y 1955 con la actriz Barbara Rush, con quien tuvo un hijo. Tras el divorcio contrajo matrimonio en 1957 con la modelo Dusty Bartlett, con la que adoptó otro hijo y tuvo otros dos, divorciándose en 1967. Su tercera y última esposa fue la actriz Emily McLaughlin, que en 1969 se convertiría en su viuda tres meses después de la boda. Afectado por una explosión durante el rodaje de su última película en España, que le produjo conmoción cerebral y desplazamiento vertebral, fue transportado a su país, donde ya no pudo recuperarse, sufriendo fuertes dolores de cabeza y mareos. Meses después, una hemorragia cerebral sufrida en una escalera de su casa californiana, le hizo desplomarse, golpearse la cabeza contra la barandilla y fracturarse el cráneo. Encontrado inconsciente por su esposa, fue llevado a un hospital para ser intervenido quirúrgicamente, falleciendo durante la operación sin haber llegado a recuperar la consciencia.

   

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