jueves, 18 de junio de 2015

Jeanette MacDonald - San Francisco

JEANETTE MACDONALD (Philadelphia, Pennsylvania, US, 18-6-1903 / Houston, Texas, US, 14-1-1965): IN MEMORIAM

Hoy es aniversario natal de la actriz y cantante Jeanette MacDonald, una de las grandes leyendas del cine musical de Hollywood. Brilló especialmente en la dorada década de los años 30, época en la que formó pareja con nombres estelares como Maurice Chevalier o Nelson Eddy. El tiempo ha relegado su figura a icono del Hollywood más camp.
Desde temprana edad Jeanette Anna MacDonald recibió lecciones de baile y canto, actuando en el coro y en funciones de la escuela. Durante los años 20 participó en diversas comedias musicales en Broadway y a finales de la década realizó pruebas para la Paramount, que vistas por el cineasta Ernst Lubitsch, condujeron a su debut en el cine por la puerta grande: El desfile del amor (1929), comedia musical dirigida por el prestigioso director austriaco (y su primer film sonoro) con Maurice Chevalier como protagonista  principal, supuso un gran éxito internacional y convirtió a MacDonald en una estrella.
Su siguiente película fue la opereta El rey vagabundo (1930) de Ludwig Berger, junto a Dennis King, volviendo a ser dirigida por Lubitsch en otros dos musicales, Montecarlo (1930), con Jack Buchanan, y Una hora contigo (1932), con Maurice Chevalier. Su último trabajo en Paramount fue Ámame esta noche (1932), otro gran musical con la pareja Chevalier-MacDonald, con dirección de Rouben Mamoulian. Después Jeanette firmó contrato con Metro-Goldwyn-Mayer, estudio que produjo el resto de su filmografía. La viuda alegre (1934), costosa y espectacular adaptación de la famosa opereta de Franz Lehár, fue su última colaboración con Lubitsch y Chevalier y la mejor película de su carrera. A partir de ahí la productora decidió emparejarla con el barítono Nelson Eddy en una serie de musicales (ocho en total, por los que la pareja fue llamada 'America’s sweethearts') que, aun populares en su época, no tardarían en resultar demodées: Marietta la traviesa (1935) de W.S. Van Dyke, Rose Marie (1936) de W.S. Van Dyke, Primavera (1937) de Robert Z. Leonard, La ciudad de oro (1938) de Robert Z. Leonard, Enamorados (1938) de W.S. Van Dyke, Luna llena (1940) de Robert Z. Leonard, Bitter sweet (1940) W.S. Van Dyke, y I married an angel (1942) de W.S. Van Dyke. Además de los títulos junto a Nelson Eddy, MacDonald también protagonizó otros como San Francisco (1936) de W.S. Van Dyke, melodrama de gran éxito ambientado en los días previos al famoso terremoto que en 1906 asoló esa populosa ciudad californiana, con Clark Gable y Spencer Tracy, La espía de Castilla (1937) de Robert Z. Leonard, otro musical de época, en este caso acompañada del tenor Allan Jones, Se llevó mi corazón (1939) de Robert Z. Leonard, melodrama con Lew Ayres, Smilin' through (1941) de Frank Borzage, musical con Brian Aherne, o Cairo (1942) de W.S. Van Dyke, con Robert Young.
El estilo musical de MacDonald, que cantaba en todas sus películas, fue pasando de moda y, con la entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, su popularidad cayó en picado. Al final de la década, ya madura, apareció en dos últimas películas: Three daring daughters (1948) de Fred M. Wilcox y Nueva alborada (1949) de Richard Thorpe, su despedida del cine, donde compartió créditos con...¡la perra Lassie!
Con posterioridad, Jeanette protagonizó espectáculos musicales teatrales, grabó un disco con Nelson Eddy, actuó en televisión y vivió tranquilamente al lado de su esposo, el actor Gene Raymond, con quien se había casado en 1937 y al que dejó viudo cuando falleció a causa de un ataque al corazón a los 61 años.



En San Francisco (1936), una de sus películas más populares, Jeanette MacDonald estrenó una canción del mismo título que, compuesta por Bronislaw Kaper y Walter Jurmann (música) y Gus Kahn (letra) y cantada hasta seis veces a lo largo del metraje, llegó a ser legendaria. A partir de 1950, Judy Garland la incluyó en el repertorio de sus conciertos con la siguiente introducción: "I never will forget mmm Jeanette MacDonald; just to think of her it gives my heart a pang. I never will forget how that brave Jeanette just stood there in the ruins and sang, a-a-a-and sang..."



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