lunes, 29 de junio de 2015

Bernard Herrmann - "Psycho" Suite Prelude / The murder / Finale (Spoilers)

BERNARD HERRMANN (New York City, US, 29-6-1911 / Los Angeles, California, US, 24-12-1975): IN MEMORIAM

Hoy es aniversario natal del compositor estadounidense Bernard Herrmann, definido como el nombre más insigne de toda la historia de la música cinematográfica. Llamado el impresionista del cine, comprendió mejor que nadie la imagen y su relación con la música en las películas, y fue creador de los temas líricos mas bellos y los más terroríficos. Nunca bastante reconocido por sus coetáneos, sólo ganó un Oscar al comienzo de su fértil carrera, siendo candidato al mismo por otras cuatro bandas sonoras. Independiente y rebelde, fue modelo para todos, con una sólida formación clásica que también le permitió una vida musical al margen de Hollywood gracias a sus sinfonías, cantatas y una ópera. El mismo orquestaba sus partituras dándole a su música un estilo propio definido e identificable.
Tras estudiar en la Universidad de Nueva York y en la Academia Juilliard, desarrolló su carrera profesional en la radio, y desde los años 30 compaginó su faceta de director de orquesta (que inició en 1938 en la orquesta de la CBS) con su labor como compositor, de la que se recuerdan especialmente sus magistrales creaciones para Hollywood.
Referencia indiscutible de la música para el cine, su nombre es indisociable del de dos cineastas de los que fue colaborador habitual, los realizadores Orson Welles y Alfred Hitchcock. Después de unos años dedicado a la creación de bandas sonoras radiofónicas, el primero, con quien en 1938 había trabajado en la adaptación de "La guerra de los mundos" de H. G. Wells, fue quien lo hizo debutar en el mundo de la composición cinematográfica con Ciudadano Kane (1941) y El cuarto mandamiento (1942). Por el primero de estos dos títulos Herrmann fue candidato al Premio de la Academia a la mejor banda sonora, aunque ganó su único Oscar ese mismo año por El hombre que vendió su alma (1941) de William Dieterle. En los años 40 compuso también la música de películas como Alma rebelde (1944) de Robert Stevenson, Concierto Macabro (1945) de John Brahm, Ana y el rey de Siam (1946) de John Cromwell, su tercera nominación al Oscar, El fantasma y la señora Muir (1947) de Joseph L. Mankiewicz, y Jennie (1948) de William Dieterle. En los años 50 las de Ultimátum a la Tierra (1951) de Robert Wise –una de las primeras bandas sonoras que incluyen instrumentos electrónicos–, La casa en la sombra (1951) de Nicholas Ray, Operación Cicerón (1952) de Joseph L. Mankiewicz, Las nieves del Kilimanjaro (1952) de Henry King, La hechicera blanca (1953) de Henry Hathaway, El jardín del diablo (1954) de Henry Hathaway, Sinuhé, el egipcio (1954) de Michael Curtiz -en la que compartió créditos con Alfred Newman-, El hombre de Kentucky (1955) de Burt Lancaster, El hombre del traje gris (1956) de Nunnally Johnson, Un sombrero lleno de lluvia (1957) de Fred Zinnemann, Los desnudos y los muertos (1958) de Raoul Walsh, Simbad y la princesa (1958) de Nathan H. Juran, o Viaje al centro de la Tierra (1959) de Henry Levin.
Mención aparte merecen sus bandas sonoras en películas de Alfred Hitchcock, para quien firmó algunas de las mejores partituras de la historia del séptimo arte: Pero ¿quién mató a Harry? (1955), El hombre que sabía demasiado (1956), Falso culpable (1957), Vértigo (1958), Con la muerte en los talones (1959), Psicosis (1960) y Marnie, la ladrona (1964). Su colaboración con el rey del suspense se prolongó a lo largo de once años y ocho películas; la última de ellas Cortina rasgada (1966), rechazada por Hitch, que le sustituyó por John Addison, supuso la ruptura entre compositor y cineata.
Posteriormente trabajó con François Truffaut en Farenheit 451 (1966) y La novia vestía de negro (1967) y con Brian De Palma en Hermanas (1972) y Fascinación (1976), por la que obtuvo su cuarta nominación al Oscar. Suya es también la música de Taxi driver (1976) de Martin Scorsese, su último trabajo, y quinta candidatura al Oscar, por el que se le concedió un BAFTA postumamente. Fuera del ámbito del cine, Bernard Herrmann compuso algunas interesantes e infravaloradas obras, entre las que se cuentan las Variaciones sobre “Deep River” (1933) para orquesta, todavía bajo el influjo de Aaron Copland, la cantata Moby Dick (1938) y la ópera Cumbres borrascosas (1950).
Bernard Herrmann estuvo casado con Lucille Fletcher (1939-1948), con quien tuvo dos hijos, Lucy Anderson (1949-1964) y Norma Shepherd (1967-1975), que fue su viuda. Falleció a consecuencia de una enfermedad cardiovascular a los 64 años mientras dormía en un hotel de Los Angeles.



En la banda sonora de Psicosis, una de sus obras maestras, Herrmann trató de reflejar el mundo oscuro y macabro del film y llego a una solución sin precedentes en la historia de la música de películas: utilizar únicamente una orquesta de cuerdas intentando, de esta manera, complementar la fotografía en blanco y negro del film con una música "en blanco y negro".

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