domingo, 25 de enero de 2015

William Somerset Maugham (París, Francia, 25-1-1874 / Niza, Francia, 16-12-1965): In memoriam

UN ESCRITOR DE PELÍCULA

Hoy es aniversario natal de William Somerset Maugham, narrador y dramaturgo británico, considerado un especialista del cuento corto. Fue médico, viajero, escritor profesional y agente secreto. Comenzó su carrera como novelista, prosiguió como dramaturgo y luego alternó el relato y la novela. En su época fue el escritor más exitoso, popular y mejor pagado del mundo: escribió veinte novelas, más de veinte piezas de teatro influidas la mayoría por Oscar Wilde y alrededor de cien cuentos cortos.
Nacido en la Embajada de Gran Bretaña en París, era el menor de los seis hijos de un diplomático inglés. A los ocho años perdió a su madre y a los diez a su padre, haciéndose cargo de él un clérigo tío suyo, vicario en una población de Kent, con quien mantuvo una relación fría y distante. Muy unido a su madre, William guardaría una foto de ella en su mesilla de noche el resto de su vida. 
En la escuela, el pequeño Willie fue acosado por sus compañeros. Se burlaban de su acento francés, de su baja estatura y de una tartamudez que empezó a desarrollar en aquel pueblo oscuro y melancólico y que ya no se quitaría de encima. Esta inadaptación e incomprensión, combinado con sus inseguridades y con la añoranza aún tierna de su madre, le hicieron encerrarse en sí mismo. Frecuentó la King's School de Canterbury y la Universidad de Heidelberg. Estudiaba Medicina en el S. Thomas's Hospital de Londres (en diversos textos suyos, singularmente en su obra maestra Servidumbre humana, 1915, se hallan recuerdos de tal experiencia) cuando el éxito de su primera novela, Liza de Lambeth (1897) le reveló su vocación de narrador. Tras licenciarse brillantemente en Medicina en Londres se convirtió en un escritor talentoso y prolífico. Su éxito comercial como novelista y más tarde como dramaturgo le permitiría vivir de acuerdo con sus propios gustos; y así, pudo viajar no sólo por Europa, sino también a través de Oriente y de América.
En 1906 inició una relación amorosa con la actriz Sue Jones, finalizada en 1913 al rechazar ella las proposiciones de matrimonio de Maugham. Durante la primera Guerra Mundial llevó a cabo una misión secreta en Rusia para el gobierno de su país. Homosexual encubierto, por esa época conoció a Frederick Gerald Haxton, un joven de San Francisco, que se convertiría en su amante hasta su muerte en Nueva York en 1944. En 1917 Maugham se casó con Syrie Wellcome, una mujer con quien dos años antes, estando ella casada, había tenido a su única hija, Liza. El matrimonio fue infeliz y el divorcio llegaría en 1929. Durante muchos años (salvo durante el paréntesis del segundo gran conflicto bélico, que Maugham pasó en los Estados Unidos) vivió con Haxton, su compañero y secretario, en Villa Mauresque, una finca que adquirió en St. Jean-Cap Ferrat, en la Costa Azul. Tras la muerte de Haxton, vivió con Alan Searle, un joven londinense de clase baja que había conocido en 1928 y a quien en sus últimos años adoptó como hijo, con el propósito de asegurarle la herencia de la villa, una decisión que no acogieron bien su hija Liza y su esposo, Lord Glendevon, y que dió pábulo a encarnizadas disputas por la fortuna del escritor y a muchas habladurías sobre su vida privada. A lo largo de su vida tuvo amantes ilustres como H.G. Wells, W.H. Auden, Lyton Strachey o Thomas Mann.
La ficción de Maugham se sustenta en un agudo poder de observación y en el interés de las tramas cosmopolitas, lo que le valió tantos halagos como críticas feroces: unos lo calificaron como el más grande cuentista inglés del siglo XX mientras otros lo acusaron de escribir por dinero. Con sencillez estilística dió una visión del mundo entre irónica y desencantada. Servidumbre humana (1915) es la narración con elementos autobiográficos de su aprendizaje juvenil, y en La luna y seis peniques (1919) relató la vida del pintor Paul Gauguin. Entre sus novelas, caracterizadas por su agilidad narrativa, riqueza descriptiva y un miramiento cínico a las relaciones humanas, destacan La señora Craddock (1902), El mago (1908), Soberbia (1919), El velo pintado (1925), Pasteles y cerveza (1930), Vacaciones de Navidad (1939) o Antes del amanecer (1942). Su obra novelística culminó con El filo de la navaja (1944), el más célebre de sus títulos.
La crítica opina no obstante que el Maugham cuentista es superior al novelista y, por supuesto, al dramaturgo. La mayoría de sus cuentos poseen cierta extensión, algo mayor que un cuento corto usual, lo que favorece la preparación gradual de los acontecimientos que por lo general terminan con un final relevante. Cuando se leen sus narraciones da la impresión de que no tenía prisa, y el lector puede intuir que el ambiente creado por el autor es casi sobrenatural o al menos extraño, pese a que su prosa es la de un cronista objetivo. Entre sus colecciones de relatos destacan El temblor de una hoja (1921), que incluye el relato Miss Thompson, del que más tarde se realizó una versión teatral titulada Lluvia (1928), Primera persona del singular (1931), El rey (1933) y Cuarteto (1948). Los ambientes que recreó recuerdan a la obra de Joseph Conrad y de Robert Louis Stevenson, aunque formalmente está más cerca de Guy de Maupassant y de Antón Chejov por la claridad, la neutralidad y la sencillez narrativa de las tramas. Escribió varios ensayos interesantes sobre la vida y obra de algunos escritores y un Cuaderno de escritor (1949), donde dejó constancia de sus teorías acerca de la ficción y sus opiniones sobre la época que le tocó vivir. En su faceta teatral logró reconocimiento por títulos como El círculo (1921), Al este de Suez (1922), Nuestros superiores (1923), La esposa constante (1927), La carta (1927) o La llama sagrada (1928). Muchos de sus escritos han sido adaptados al cine.
Maugham falleció a los  91 años. Otros escritores posteriores como George Orwell o Anthony Burguess reconocieron la influencia de Maugham en sus obras.

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