PAUL CÉZANNE (Aix-en-Provence, Francia, 19-1-1839 / Aix-en-Provence, 22-10-1906)
Tal día como hoy hace 176
 años nació el pintor  postimpresionista francés Paul Cézanne, a quien 
se considera el padre de la pintura moderna. Su obra actúa de puente 
entre el impresionismo del siglo XIX y los nuevos estilos pictóricos de 
principios del siglo XX. Cézanne consideraba inseparables forma y color. Su lenguaje pictórico se caracteriza por la 
utilización de áreas de color planas, aplicadas con pinceladas 
geométricas, que van configurando la superficie del cuadro. Sus 
paisajes, bodegones y retratos rompen con la concepción tradicional de 
profundidad, definida por planos sucesivos, e intentan captar 
pictóricamente la estructura interior de las cosas. Su obra
combinaba la impresión con la abstracción en un estilo estructurado, síntesis geométrica de representación y expresividad. Desarrolló su arte en soledad y fue
 casi toda su vida un pintor incomprendido; sólo logró alcanzar 
reconocimiento en sus últimos diez años de vida, cuando su obra comenzó a ser valorada y a influir en los jóvenes
 fauvistas y en los futuros cubistas. Su exposición póstuma, celebrada 
en París en 1907, fue toda una revelación y desencadenó el comienzo del 
cubismo. Picasso, luego de estudiar detenidamente su obra, declaró que Cézanne fue su único maestro.
Semblanza biográfica a partir de la página Biografías y Vidas:
Hijo de un banquero, comenzó sus estudios en el colegio Bourbon de su ciudad natal, donde entabló relación con Émile Zola.
 Prosiguió en la escuela de dibujo y posteriormente se matriculó, por 
influencia paterna, en la facultad de derecho, aunque pronto comprendió 
que su verdadera vocación era la pintura.
Instaló su primer estudio en la casa de campo de su 
padre, hasta que en 1861 su madre y su hermana le apoyaron para reunirse
 en París con su amigo Zola, que se había trasladado allí un año antes. 
Una vez en la capital francesa, se inscribió en la Academia Suiza para 
preparar el examen de ingreso en la Escuela de Bellas Artes. En el Museo del 
Louvre descubrió la obra de Caravaggio y de Velázquez, y este hallazgo marcó profundamente su evolución artística. 
Cézanne era un 
hombre de provincia, de aspecto tosco, de carácter solitario, huraño y 
desconfiado. Sintiéndose un forastero en París e incapaz de pintar, 
regresó a Aix y 
aceptó un empleo en el banco de su padre. Pero en 1862 decidió volver a 
París para consagrarse definitivamente a la pintura. Allí reanudó su 
amistad con Zola y continuó sus estudios en la Academia Suiza, donde 
conoció a Guillaumin y a Pissarro. Gracias al contacto con este último, a
 quien reverenciaba y tomó como maestro,
Cézanne daría un giro radical en su estilo, desligándose de toda norma 
académica y de la paleta sombría y fuertemente empastada que le 
caracterizaba. 
En 1864 
su obra fue rechazada por el 
Salón de Otoño por vez primera, lo que se repetiría una y otra vez hasta
 el final de sus días y provocó en él un profundo resquemor. En 1869 
conoció a la modelo Hortense Fiquet, de la que tendría un hijo tres años
 después, y se 
trasladó con ella el año siguiente a L'Estaque, localidad en la que 
pintó paisajes y 
bodegones en los que se aprecia una mayor fluidez y vivacidad de los 
colores merced a la influencia de los impresionistas.
Como
 sus coetáneos, se convenció de la importancia de pintar al aire libre, 
y, tras volver nuevamente a París en 1872, realizó una colección de 
paisajes en Louveciennes junto a Pissarro y otros artistas que 
inauguraron su denominado «período impresionista». Para Cezanne el Impresionismo era una práctica, una técnica que trataría
 de acomodar a sus intenciones, donde la pincelada pierde espesor y el 
contenido gana pureza. Con el tiempo advirtió que la pintura 
impresionista se fundaba demasiado en la sensación superficial y empieza
 a plantearse un modo de pintar que responda a la esencia de la 
realidad, pero a través de su propia experiencia. Reflexionando sobre el
 lenguaje pictórico y sobre las relaciones entre la forma y el color, 
concluye que es éste quien crea aquella. En 1878 se estableció
 casi permanentemente en Provenza, alcanzando progresivamente la madurez
 expresiva que iba a configurar uno de los estilos más representativos e
 influyentes del arte del siglo XX. 
En esa época se independizó de los impresionistas y llevó a cabo su actividad pictórica en una reclusión 
casi total, acentuada por la ruptura con su antiguo amigo Zola a raíz de
 la publicación de La obra, en la que Cézanne creyó reconocerse 
en el personaje de Lantier, un pintor fracasado. En 1886 murió su padre,
 quien le había mantenido hasta entonces, y
 Cézanne  por fin consiguió la independencia económica cuando  tenía 47 
años de edad, gracias a la gran herencia que recibió, y se casó con  
Hortense, pasando a instalarse en Aix en la finca heredada de su padre, 
donde pintaría la serie de cuadros 
de la montaña de Sainte-Victoire.  No obstante, su periodo idílico en su
 mansión  fue sólo temporal. En 1890, tras un viaje a Suiza, dejó a su 
esposa y a su hijo en París, regresando solo a Provenza, donde Cézanne 
continuó con su actividad 
prácticamente en el anonimato, hasta que en 1895 el marchante Ambroise 
Vollard organizó, con el apoyo de Pissarro, Renoir y Monet, la primera 
exposición sobre su obra, que fue bien recibida por la crítica, lo 
que le abrió las puertas del Salón de los Independientes cuatro años más
 tarde. En 1897 se reconcilió con su mujer, aunque su relación continuó 
siendo tormentosa, vendió su finca y alquiló un estudio. A partir de 
1899 su obra empieza a ser mejor aceptada y sube su cotización. En los 
albores del nuevo siglo ve reconocida su maestría.
El primer Salón de Otoño de 1904 le dedicó 
una sala de forma exclusiva, en lo que sería un acontecimiento 
fundamental para el devenir de las primeras vanguardias y una especie de
 reconocimiento casi póstumo, pues el artista moriría apenas dos años 
después de una neumonía. Dicha exposición confirmó a Cézanne como el padre de cubistas y
 fauvistas, y ejerció un gran impacto sobre artistas como Picasso, Braque o Dérain. 
La tendencia constructivista de Cézanne fue la 
semilla que germinó en el movimiento cubista, además de ser pionero en 
su concepción del color, que trató como elemento pictórico 
independientemente de la forma. Compaginó así el estilo directo y vivaz 
del impresionismo con la precisión en la composición, el ritmo y la 
cadencia en un intento de «solidificar el impresionismo», como él mismo 
declaró. Consagrado definitivamente en la retrospectiva que se le dedicó
 un año después de su muerte, Cézanne es considerado una de las figuras 
más influyentes del arte del siglo XX. 
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| Paul Cézanne, Selfportrait with palette (1885-1887) | 
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