Museo LoPiù: Jacques Tourneur (París, Francia, 12-11-1904 / Bergerac, Francia, 19-12-1977): In memoriam

MAESTRO DE LO INSONDABLE

Hoy se cumplen 110 años del nacimiento del director francés (nacionalizado estadounidense en 1919) Jacques Tourneur, maestro del cine de terror de bajo presupuesto, que brilló también en otros géneros diversos, legando a la posteridad al menos media docena de clásicos. Cineasta de lo oscuro, tenebroso o inconsciente no formulado, la melancolía y el fatalismo envuelve sus películas, aun en sus títulos de aventuras o westerns, poblados de héroes defendiendo causas perdidas. Para el secreto y taciturno Jacques Tourneur, el corazón humano oculta tantos misterios como la vida del más allá.

Reseña biográfica (retocada) procedente de la página El Criticón:

Jacques Tourneur era hijo del director Maurice Tourneur, con quien el joven Jacques dió inicio su trayectoria cinematográfica al colaborar en la década de los años 20 como montador y director de segunda unidad en varios títulos galos. A comienzos de la siguiente década, Tourneur, quien en 1930 contrajo matrimonio con la actriz Christiane Virideau, debutó como director realizando cortos y seis largometrajes en Francia. A mediados de los años 30 se trasladó a Hollywood y, además de trabajar como asistente del director en la obra maestra de Jack Conway “Historia de dos ciudades” (1935), comenzó, empleando en ocasiones el seudónimo americanizado de Jack Tourneur, a rodar sus primeras cintas, generalmente cortos, con capital estadounidense.

Su mejor momento llegó en los años 40 cuando se alió con el fenomenal productor Val Lewton para realizar en la RKO una serie de fascinantes proyectos de terror y suspense de bajo presupuesto y alto talento, con unas hipnóticas y sugerentes atmósferas, en donde se destacaba el valor de la sugerencia, el evocador aspecto estético y el clima psicológico sobre la explotación fácil de otros cauces más triviales para causar efectismos simplones. Auténticas gemas fílmicas fueron La mujer pantera (1942), con Simone Simon, Yo anduve con un zombie (1943), con Frances Dee o El hombre leopardo (1943), con el protagonismo de Dennis O’Keefe, refinadas ficciones que, sugiriendo lo terrorífico sin mostrarlo nunca, renovaron el cine fantástico. Todas ellas estaban montadas por el luego también director Mark Robson.

Al margen de estos títulos de suspense, Tourner en la década de los 40 nos regaló magníficos ejemplos de otros géneros, como el melodrama psicológico Noche en el alma (1944) con Hedy Lamarr, el western Tierra generosa (1946), con Dana Andrews, Brian Donlevy y Susan Hayward, la obra maestra del cine negro Retorno al pasado (1947), película con un reparto extraordinario en el que aparecían Robert Mitchum, Jane Greer, Kirk Douglas y Rhonda Fleming o el thriller bélico Berlín Express (1948), protagonizado por la pareja formada por Robert Ryan y Merle Oberon.

En los años 50 Jacques Tourneur continuó filmando como freelance algunos de sus mejores trabajos, como El halcón y la flecha (1950), popular y enérgico título de aventuras con Burt Lancaster y Virginia Mayo, La mujer pirata (1951), disfrutable título de piratas con Jean Peters y Louis Jourdan, los westerns Martín el Gaucho (1952), con Gene Tierney y Rory Calhoun, Wichita (1955) con Joel McCrea y Vera Miles y Una pistola al amanecer (1956), con Virginia Mayo, Robert Stack y Ruth Roman, el espléndido noir Al caer la noche (1956) con Aldo Ray, Brian Keith y Anne Bancroft o La noche del demonio (1957), magistral película británica de terror con Dana Andrews, Peggy Cummings y Niall MacGinnis. La década concluiría con el éxito comercial La batalla de Maratón (1959), peplum rodado en Italia con el protagonismo de Steve Reeves y Mylène Demongeot.

Al margen del cine, Tourneur dirigió también episodios de conocidas series de televisión, como “Bonanza” o “En los límites de la realidad". En los años 60 aún rodaría las apreciables La comedia de los horrores (1964) y La ciudad sumergida (1965), ambas protagonizadas por Vincent Price. Ya retirado volvió a Francia.

Este fantástico director, un hechicero de la narración cinematográfica a reinvidicar sin reservas (en especial sus cautivadores trabajos con el genial Val Lewton, además de Retorno al pasado y La noche del demonio), murió en la localidad francesa de Bergerac a los 73 años.