lunes, 20 de octubre de 2014

Arthur Rimbaud (Charleville, Francia, 20-10-1854 / Marsella, Francia, 10-11-1891): In memoriam

LA TERRIBLE AVENTURA DE LA POESÍA

Tal día como hoy hace 160 años nació el poeta francés Arthur Rimbaud. Inmortal enfant terrible de las letras, en su Carta del vidente, escrita a los 17 años, estableció su credo estético definiendo al poeta del futuro como "un ladrón de fuego" que busca la alquimia verbal y lo desconocido: "El poeta se hace vidente mediante un largo, intenso y sistemático desarreglo de todos los sentidos". Rimbaud, que abandonó la Literatura a los 20 años, tuvo una vida azarosa y llena de vicisitudes. Obsesionado por escapar de la miseria, dejó atrás Europa, se alistó en el ejército colonial holandés, desertó, se instaló en Harar (Etiopía), dedicándose al comercio de marfil, oro, café, aceite, hachís o cualquier producto que consiguiera por el trueque de alguna mercancía europea; envió también informes a la Sociedad Francesa de Geografía y en Adén traficó con armas y esclavos. Rico al fin, volvió a Francia pero consumido por una sífilis que degeneró en cáncer en su rodilla derecha, por lo que su pierna hubo de ser amputada en un hospital de Marsella. Mientras sus versos triunfan en París, postrado y febril, Rimbaud padece una larga agonía que se prolonga por seis meses, hasta que fallece a los 37 años. Días después, su madre y su hermana lo entierran en Charleville. Hoy su tumba es una meca, su obra todavía destella, inspira y desconcierta, y el nombre de Rimbaud suena sacro por sobre todos los malditos.

Texto biográfico procedente de la página El poder de la palabra:

Poeta francés de la escuela simbolista. Nació y estudió en Charleville, en el departamento de Ardennes. Dió muestras de una gran precocidad intelectual y comenzó a escribir versos a los 10 años. A los 17 escribió un poema sorprendentemente original, El barco borracho (1871), y se lo llevó al poeta Paul Verlaine. Su obra está profundamente influida por Baudelaire, por sus lecturas sobre ocultismo y por su preocupación religiosa. Su exploración sobre el subconsciente individual y su experimentación con el ritmo y las palabras, que emplea únicamente por su valor evocativo, marcaron el tono del movimiento simbolista (decadente) e impresionaron tanto a Verlaine que animó al joven poeta a trasladarse a París. Se inició entre ellos una amistad que se transformó en una tormentosa e inestable relación que duró de 1872 a 1873. Viajaron juntos por Inglaterra y Bélgica. En este último país, Verlaine, intentó en dos ocasiones matar al joven poeta por sus infidelidades, y éste resultó gravemente herido en el segundo intento: Rimbaud acabó en el hospital y Verlaine en la cárcel. Rimbaud ofrece un relato alegórico sobre este asunto en Una temporada en el infierno (1873). A la salida del hospital viajó por Europa, se dedicó al comercio en el Norte de Africa y residió en Harar y Shoa, en la Abisinia central. Verlaine, convencido de que Rimbaud había muerto, recopiló sus poemas en Iluminaciones (1886). Esta obra contiene el famoso Soneto de las vocales, en el que a cada una de las cinco vocales se le asigna un color. En 1891 Rimbaud regresó a Francia para ser tratado de un tumor en la rodilla, a consecuencia del cual murió en el hospital de Marsella en noviembre de ese mismo año. La fuerza de sus poemas escritos entre los 10 y los 20 años le hace figurar entre los más originales poetas franceses de todos los tiempos y ha ejercido una profunda influencia en toda la poesía posterior a él.


Canción de la torre más alta

Juventud ociosa
a todo sujeta,
por delicadeza
yo perdí mi vida.
¡Ah, que el tiempo venga
en que los corazones prendan!

Yo me dije: deja,
que nadie te vea:
y sin la promesa
de dichas más altas,
augusto retiro,
nada te detenga.

Tuve tal paciencia,
que jamás olvido;
temores y penas
al cielo han partido.
Y la sed malsana
enturbia mis venas.

Así la pradera
librada al olvido,
crecida y florida
de incienso y cizaña,
al feroz zumbido
de cien sucias moscas.

¡Ah! Mil viudeces
de un alma tan pobre,
no tienen más preces
que a Nuestra Señora.
¿Acaso se reza
a la Virgen María?

Juventud ociosa
a todo sujeta,
por delicadeza
yo perdí mi vida.
¡Ah, que el tiempo venga
en que los corazones prendan!

1 comentario:

  1. Esta semblanza es una clase magistral sobre la poesía y los simbolistas franceses! Y muy detallada sobre Rimbaud!

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