jueves, 18 de septiembre de 2014

Greta Garbo (Estocolmo, Suecia, 18-9-1905 / New York, US, 15-4-1990): In memoriam

LA DIVINA SOLITARIA

Tal día como hoy hace 109 años vino al mundo la actriz sueca nacionalizada estadounidense Greta Garbo, uno de los mayores mitos de toda la historia del cine. Tras destacar en dos películas europeas, viajó a Hollywood bajo contrato con M-G-M, estudio del que pronto pasó a ser su primera luminaria y con el que rodó la totalidad de su restante filmografía: 10 films silentes y 15 sonoros. Conocida como "La Divina", su enigmática belleza, su fotogenia, su personalidad y sus dotes dramáticas fascinaron a espectadores del mundo entero en las décadas de los 20 y 30. Aún hoy su rostro es considerado quizás el más perfecto que haya pasado por la gran pantalla. El semiólogo Roland Barthes lo considera «un arquetipo del rostro humano» y afirma: "El rostro de la Garbo representa ese momento inestable en que el cine extrae belleza existencial de una belleza esencial". Su vida siempre estuvo envuelta en un aura de misterio, nunca se casó ni tuvo hijos y, sometida su figura a toda clase de especulaciones por la prensa, es célebre su frase "Déjenme en paz". Su preferencia por la soledad y el anonimato hicieron correr ríos de tinta. Acosada por la prensa toda su vida, trató siempre de esquivar a los periodistas tanto en su etapa hollywoodense, como desde su retiro y traslado a Nueva York, donde acabó sus días. Su abandono del cine a la temprana edad de 36 años contribuyó a engrandecer su leyenda y, a pesar de su actitud huidiza y huraña, el interés del público hacia su persona nunca decayó, siendo perseguida y asediada por los paparazzi hasta su final.

Semblanza biográfica a partir de la página El Criticón:

Leyenda del séptimo arte y una de las primeras grandes estrellas del cine de Hollywood, Greta Lovisa Gustafsson nació el 18 de septiembre de 1905 en la capital de Suecia, Estocolmo. Era la hija menor de Karl Alfred Gustafsson, un modesto trabajador de limpieza proveniente del mundo de la agricultura, y de Anna Lovisa Karlson, campesina recién llegada a Estocolmo que trabajaba como empleada de hogar. La familia Gustaffsson residía en un barrio humilde llamado Sodermalm. En su época adolescente se produjo el fallecimiento de su padre, lo que acrecentó la precariedad de sus condiciones económicas. Esto llevó a Greta al abandono de sus estudios y a ocuparse de ayudante en una barbería. Poco después pudo mejorar de empleo y se colocó en unos grandes almacenes, en donde fue utilizada como modelo comercial en los anuncios de sus productos. Ese fue el primer impulso de la carrera como actriz de Greta Garbo. Ante la ilusión desbordante de aparecer en esos cortos publicitarios, Greta se preparó y se matriculó en la Real Academia Dramática de Estocolmo para aprender interpretación. Allí conoció a Frans Enwall, un profesor que recomendó a la neófita actriz sueca al director Eric Petscher, con quien debutó en el cine con la película Pedro el tramposo (1922).
Greta alcanzó el estrellato gracias a uno de las personas más importantes de su vida, el director Mauritz Stiller, quien le cambió el apellido y le aconsejó refinar su estética. La saga de Gösta Berling (1924) de Mauritz Stiller y Bajo la máscara del placer/La calle sin alegría (1925) de George Wilhelm Pabst, rodadas la primera en Suecia y la segunda en Alemania, hicieron de Greta Garbo un rostro conocido en todo el mundo. En el otoño de 1924, Louis B. Mayer, directivo de M.G.M, andaba por Europa a la caza de talentos. Cuando, tras unas semanas en Roma y París, llegó a Berlín, donde Garbo y Stiller residían, tuvo un encuentro con el director y vió La saga de Gösta Berling en una proyección privada, de resultas de la cual surgió un contrato por 1000 dólares semanales para Stiller y otros dos por 250 para los protagonistas de la película, Lars Hanson y Greta Garbo.
El debut americano de la actriz sueca se produjo con la película El torrente (1926) de Monta Bell, con Ricardo Cortez como galán. A este film siguieron Tierra de todos (1926) de Fred Niblo, El demonio y la carne (1926) de Clarence Brown, Ana Karenina (1927) de Edmund Goulding, La mujer divina (1928) -de ahí le viene el apodo- , dirigida por otro de los grandes nombres del cine sueco, Victor Sjöström, La dama misteriosa (1928) de Fred Niblo, La mujer ligera (1928) de Clarence Brown, Orquídeas salvajes (1929) de Sidney Franklin, Tentación (1929) de John S. Robertson y El beso (1929) de Jacques Feyder, su último film silente.
Clarence Brown se convirtió en su director más usual y William Daniels en su director de fotografía favorito. Casi todas las películas de Greta fueron fotografiadas por Daniels. Durante este triunfal período sucedieron varios hechos importantes para la sueca. Su mentor y protector, Mauritz Stiller, fracasó en Hollywood debido a su no domesticación ante los jerifaltes de la Metro. Tras dirigir varias películas de menor entidad regresó a su país para morir en 1928 a los 45 años de edad. En el rodaje de El demonio y la carne, Greta coincidió con el actor John Gilbert, quien se convirtió en su pareja sentimental durante largo tiempo. Ambos decidieron casarse, pero Garbo no se presentó a la boda. Aun así rodaron juntos tres películas mudas y una hablada.
La llegada del cine sonoro publicitada por el estudio con la frase "¡Garbo habla!" no perjudicó en absoluto el glamour y status estelar de Greta, y su exitoso debut en las películas habladas con Anna Christie (1930) fue el más claro ejemplo. De nuevo bajo dirección de Clarence Brown, supuso su absoluta consagración como actriz, pues fue nominada al Oscar, lo mismo que por su actuación en su siguiente película, Romance (1930), también de Clarence Brown. El cine sonoro sí que había sido una criba para su amante, John Gilbert, quien debido a su voz poco acorde con su imagen de galán no pudo triunfar como en su pretérito período de esplendor y se retiró del cine en 1934, muriendo dos años después. La vida amorosa de Garbo se volcó en el aspecto femenino con presuntas relaciones con otras mujeres, sobre todo, Mercedes de Acosta.
Tras Inspiración (1931) de Clarence Brown, Susan Lenox (1931), en donde coincidió con un joven Clark Gable, y Mata-Hari (1932) de George Fitzmaurice, junto a Ramón Novarro, Greta rodó algunas de las mejores películas de su carrera: Gran Hotel (1932) de Edmund Goulding, La Reina Cristina de Suecia (1933) de Rouben Mamoulian, cinta para la que exigió como pareja a su amigo John Gilbert y en la que ofreció una de sus más memorables interpretaciones, Ana Karenina (1935), en una nueva adaptación a cargo de Clarence Brown, emparejada ahora a Fredric March, Margarita Gautier (1936) de George Cukor, junto a un muy joven Robert Taylor, María Walewska (1937), cinta dirigida por el habitual Brown con Charles Boyer interpretando a Napoleón Bonaparte, y Ninotchka (1939), gran comedia de Ernst Lubitsch, que fue presentada como "¡Garbo ríe!" y en la que Melvyn Douglas fue su oponente. También protagonizó Como tu me deseas (1932) de George Fitzmaurice y El velo pintado (1934) de Richard Boleslavski. Fue nominada de nuevo al Oscar por su actuación en Margarita Gautier y en Ninotchka, su último éxito después de su primer fracaso comercial con Maria Walewska (en 1938 algunos exhibidores independientes de Estados Unidos sorprendieron a Hollywood al tildar en publicaciones especializadas a ocho estrellas del momento como «veneno para la taquilla», entre ellas estaba Garbo, junto a Marlene Dietrich, Katharine Hepburn, Joan Crawford, Mae West, Fred Astaire, Kay Francis y Edward Arnold, luminarias cuyos últimos títulos no habían logrado el favor del público). Aunque Garbo se resarció con el film de Lubitsch, no ocurrió lo mismo con el siguiente y último de su carrera, La mujer de las dos caras (1941), comedia dirigida por George Cukor, que no complació ni al público ni a la crítica. A pesar de muchos proyectos que hubo para ella, Garbo se asustó y no se decidió a aceptar ninguno de los que le ofrecieron, mientras los años fueron pasando. Es famosa la anécdota de su rechazo a interpretar "I remember mama" o "The Paradine case" (que finalmente George Stevens y Alfred Hitchcock rodaron en 1948 y 1947 con Irene Dunne y Alida Valli respectivamente) mediante su escueto telegrama dirigido a los estudios: "Ni mamás, ni asesinas". Cuando en 1949 Billy Wilder le propuso el papel de Norma Desmond en "Sunset Boulevard", que quería rodar con ella y Montgomery Clift, se sintió ofendida. Para entonces, cansada de Hollywood, ya se había establecido en un apartamento en Nueva York cerca de Central Park, totalmente recluida y evitando cualquier contacto con los medios.
En el año 1951 se hizo ciudadana estadounidense. Mientras estuvo en activo, Garbo siempre había evitado los actos sociales de la industria, concedió muy pocas entrevistas, no accedió a ofertas publicitarias, nunca firmó autógrafos ni respondió a las cartas de sus fans y tampoco asistió jamás a las ceremonias de entrega del Oscar. Cuando finalmente la Academia le otorgó un Oscar de honor en 1954, trece años después de su retiro, ella se negó a aceptarlo "porque no quería ver a nadie".  Los periodistas la acosaron durante toda su vida, por eso siempre iba con gafas oscuras y sombreros que ocultaban su rostro. Aún así fue fotografiada en varias ocasiones. A pesar de su temprana retirada, contó con una importante fortuna gracias a sabias inversiones inmobiliarias en la lujosa zona de Rodeo Drive (Beverly Hills, Los Ángeles). Garbo vivió con sencillez, comiendo frugalmente, y aunque se relacionó con famosos, vestía de forma muy discreta y llevaba el pelo cano, sin teñir, para pasar desapercibida. Su salud empezó declinar a mediados de los años 80 y el 15 de abril de 1990 murió en Nueva York víctima de un síndrome renal y de neumonía a los 84 años. En junio del 1999 sus cenizas fueron enterradas en Estocolmo. Su fortuna, estimada en 20 millones de dólares, fue heredada por una sobrina suya, residente en Nueva Jersey.


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