miércoles, 10 de septiembre de 2014

Alfredo Kraus - No puede ser ("La tabernera del puerto", Sorozábal)

ALFREDO KRAUS (Las Palmas de Gran Canaria, Islas Canarias, España, 24-11-1927 / Madrid, 10-9-1999): IN MEMORIAM

Hoy se cumplen quince años de la muerte del gran tenor español Alfredo Kraus, uno de los mejores tenores lírico-ligeros de la historia del canto. Su voz, de extenso registro, llegaba al MI sobreagudo, lo que le dió grandes triunfos. Belcantista a ultranza, su carrera de más de cuarenta años está caracterizada por una gran oposición a cualquier adulteración o vulgarización de la ópera que se hiciera bajo el pretexto de adquirir popularidad masiva. Kraus no cantaba lo que querían los teatros ni la industria discográfica, sino lo que a él le parecía que debía cantar. De hecho, es uno de los grandes tenores del siglo XX del que menos grabaciones existen (aun habiendo las suficientes en cantidad y calidad). Según dijo Kraus a un periodista: “Cuando se empieza a cantar hay que hacer una elección y decidir si uno quiere servir a la música y estar en la cima de su arte o ser un tenor popular. Yo quiero ser recordado por el público que comprende la ópera, que aprecia el bel canto, la gente que tiene más sensibilidad”.  Purista y anacrónico en muchos aspectos, reacio a los conciertos masivos, esta especie de caballero aristocrático del canto construyó su carrera fundamentalmente con un repertorio limitado de óperas adecuadas a sus características vocales, particularmente las asimilables a la estética del bel canto o al romanticismo francés. A partir de 1966 encontró en el "Werther" de Massenet su personaje ideal. Gracias a su técnica superlativa y a la cuidadosa administración de sus registros vocales, pudo pisar honrosamente los escenarios hasta edad muy avanzada. El tenor canario solía decir que no era una gran voz lo que hacía a un gran cantante, sino el uso correcto y conveniente de ella. Según los connoiseurs, con Alfredo Kraus se fue un estilo, un modo sobrio y elegante de practicar el canto lírico. Un tenor que creía más en la inteligencia que en la pasión, que supo cuáles eran sus limitaciones y que se resistió a concebir su arte como un espectáculo de masas.

Perfil biográfico extraído (y modificado) de la página Biografías y Vidas:

Tras debutar en El Cairo en 1956, su carrera le llevó a actuar en múltiples escenarios del mundo. Kraus supo crearse un repertorio, si no demasiado extenso, sí escogido y adecuado al incomparable vigor y calidez de su voz, lo que, junto a su técnica perfecta, le permitió cantar superados los setenta años en plena posesión de sus facultades vocales. Desde 1966 fue artista titular del Metropolitan de Nueva York. Además de las zarzuelas, su especialidad fueron la ópera francesa e italiana, y de él se recuerdan interpretaciones señeras de papeles como los de Werther, Fausto, el duque de Mantua (Rigoletto), Edgardo (Lucia di Lammermoor) y Alfredo (La Traviata). Sin duda, se trata de uno de los grandes tenores del siglo XX.
Hijo de un periodista vienés naturalizado español, de niño estudió solfeo, piano y varios idiomas, e intervino, al igual que sus hermanos, en los coros escolares y de aficionados. María Fiol, una de las organizadoras de la Filarmónica de Las Palmas de Gran Canaria, fue la primera profesora de los tres hermanos. Tras realizar estudios de peritaje mercantil en su ciudad natal, a los 27 años decidió dedicarse plenamente a la música y marchó a Barcelona a estudiar con Gali Markoff, su primera gran maestra. De allí pasó a Valencia, donde trabajó con el maestro Andrés. En 1955 se inscribió en el Conservatorio de Milán, en el que tuvo como profesora a Mercedes Llopart, soprano española y la maestra más decisiva para su carrera.
Se presentó al Concurso Internacional de Canto de Ginebra, quedando finalista, y allí mismo firmó su primer contrato para debutar brillantemente como cantante en El Cairo (1956) con las óperas Rigoletto de Verdi (con la que hubo de salir a saludar 18 veces) y Tosca de Puccini. Poco después vinieron Manon Lescaut de Puccini en Sevilla, la reinauguración de Teatro de la Zarzuela en Madrid con Doña Francisquita de Amadeo Vives y La Traviata de Verdi en La Fenice de Venecia junto a Renata Scotto, su debut en Italia. Por aquel entonces se casó con Rosa Blanca Ley Bird, canaria de ascendencia escocesa, con quien tendría cuatro hijos nacidos en Milán, donde se instalaron, y de quien enviudaría en 1997.
Su lanzamiento internacional tuvo lugar en el Teatro San Carlos de Lisboa (1958), cantando una memorable Traviata con Maria Callas, de la que se efectuó una histórica grabación en vivo. A partir de ahí inició una carrera fulgurante que le llevó a actuar en los más importantes teatros del mundo y con las divas más famosas. Siguieron debuts en el Covent Garden de Londres en 1959 (Lucia di Lammermoor de Donizetti), La Scala de Milán en 1960 (La sonnambula de Bellini), la Opera Lírica de Chicago en 1962 y el MET de Nueva York en 1966 (Rigoletto). Luego continuó actuando por todo el mundo, incluyendo el Teatro Colón de Buenos Aires, El Teatro Municipal de Caracas, el Teatro Municipal de Santiago de Chile, el Teatro Municipal de Río de Janeiro y el Liceo de Barcelona. Su repertorio operístico alcanza los 25 títulos y es uno de los cantantes de ópera que más larga salva de aplausos ha logrado (48 minutos cronometrados).
Kraus también fue un destacado intérprete de zarzuela con grandes éxitos como: La tabernera del puerto, Doña Francisquita o El huésped del sevillano. Tuvo asímismo dos incursiones en el mundo del cine con las películas Gayarre (1959) y El vagabundo y la estrella (1960).
En 1991 celebró sus 35 años de carrera artística con un recital en el Auditorio Nacional de Música y recibió un homenaje en Las Palmas de Gran Canaria. Ese mismo año le fue otorgado el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, galardón que compartió con otros seis cantantes líricos españoles: Victoria de los Ángeles, Teresa Berganza, Montserrat Caballé, José Carreras, Plácido Domingo y Pilar Lorengar. En 1992, a la edad de 64 años, interpretó el papel de Nemorino en L'elisir d'amore de Donizetti en el Covent Garden de Londres.
En sus últimos años se dedicó a la docencia, impartiendo clases magistrales en diversas ciudades del mundo (Madrid, Barcelona, Roma, Berlín o Nueva York). En enero de 1996, con motivo de la celebración de sus 40 años de profesional, Alfredo Kraus inició una gira de dos años por los escenarios líricos del mundo. Al año siguiente, sin embargo, el fallecimiento en Madrid de su esposa,  sumió en una profunda depresión al tenor, que estuvo nueve meses sin pisar un teatro, aunque volvió luego a los escenarios y siguió cantando hasta pocos meses antes de su muerte, acaecida en 1999 a los 71 años a causa de un cáncer de páncreas.
Intérprete distinguido y depuradísimo de obras de gran dificultad, recibió a lo largo de su trayectoria numerosos premios y galardones dentro y fuera de su país, entre los que se cuentan: Caballero de la Legión de Honor de la República Francesa, Comendatore de la República Italiana, Medalla de la Royal Opera House de Londres, la Gran Cruz de Honor de las Ciencias y las Artes de Austria, Premio Metropolitan Opera House de Nueva York, Medalla de Oro de la Bellas Artes en España, además del antedicho Premio Príncipe de Asturias de las Bellas Artes y muchísimos más. Pero, sin duda alguna, uno de sus mejores premios fue ver como su ciudad natal, Las Palmas de Gran Canaria, le dedicó en vida su Auditorio, ubicado en uno de los lugares más pintorescos de la capital de la isla.



Ardiente defensor de la zarzuela como género lírico autóctono español, entre los títulos más frecuentados por Alfredo Kraus durante toda su carrera estuvo esta famosa romanza de La tabernera del puerto de Pablo Sorozábal, aquí en una brillantísima interpretación en su ciudad natal poco antes de cumplir los 64 años.

1 comentario:

  1. Le he escuchado "a mes amis" de "La Fille du Regiment" que es famosa por sus 9 "do's" que según Pavarotti son "una masacre" y es indiscutible su rango estelar!!!

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