lunes, 28 de agosto de 2017

John Huston (Nevada, Missouri, US, 5-8-1906 / Middletown, Rhode Island, US, 28-8-1987): In memoriam

LA AVENTURA DE VIVIR

Hoy se cumplen treinta años del fallecimiento del director, actor, guionista y director (entre otras varias decenas de profesiones) John Huston. Hijo del actor Walter Huston, el cineasta estadounidense pero renacionalizado irlandés entró por la puerta grande en el mundo cinematográfico en 1941 dirigiendo "El halcón maltés", que inauguró el género del 'cine negro'.Frecuentemente etiquetado como 'el director de los perdedores', confundiendo su obra con una exaltación del fracaso, cuando, en realidad, a Huston lo que más apasionadamente le interesaba era la peripecia vital, la aventura y el conocimiento humano, independientemente del resultado. Los (anti)héroes hustonianos, a menudo mostrados en dramáticas encrucijadas en sus destinos, luchan y suelen tratar de buscar su espacio en un mundo hostil. En Huston, abogado de todas las causas perdidas, la experiencia intrínseca prevalece sobre la idea del éxito.
Como actor destacó en films como "El cardenal" o "Chinatown". Sumó quince candidaturas al Oscar como director, guionista y actor, consiguiendo dos estatuillas de la Academia por el guión adaptado y la dirección de "El tesoro de sierra Madre". También ganó dos Globos de Oro como director y uno como actor de reparto, así como sendos premios honoríficos por su carrera: un BAFTA y el Live Achievement del AFI. Se casó cinco veces y fue padre de cinco hijos, entre ellos Anjelica Huston y Danny Huston, que también se dedicaron al cine.

Texto procedente (y ampliado) de la página Biografías y Vidas:

Hijo del director y actor Walter Huston, se vinculó desde muy pronto al mundo del cine, lo que no le impidió probar fortuna en numerosas actividades de diversa índole, desde boxeador a escritor. Su paso por la universidad no le dio ningún título. Después de su primer matrimonio, y ya abandonado el boxeo, trabajó para el ejército mejicano y publicó una obra titulada Frankie y Johnny, que demostraba una interesante capacidad literaria. Esa circunstancia le permitió acercarse a periódicos y revistas y ser atendido a la hora de publicar artículos e historias. Su afán viajero le llevó hasta París, donde trabó conocimiento con la bohemia de la época. Tras vagar por Europa, se estableció más o menos definitivamente en Hollywood, donde contrajo su segundo matrimonio en 1931.
A través de su padre fue contratado como guionista. Trabajó para William Wyler en La casa de la discordia (1932), película que inició una larga serie de colaboraciones como guionista: El doble crimen de la calle Morgue (1932); Jezabel (1938), dirigida también por Wyler, o El sargento York (1941) con dirección de Howard Hawks. En 1941 acometió su primer trabajo como director, tras convencer a los hermanos Warner para que financiaran El halcón maltés (1941); convirtió la novela de Dashiell Hammett en un clásico. Sin embargo, sus trabajos posteriores no estuvieron a la misma altura y pueden calificarse de rutinarios; es el caso de Como ella sola (1942). Por estos mismos años rodó una serie de documentales para el ejército como Report front Aleutianas (1943), The battle of San Pietro (1945) o Let there be light (1946).
En la posguerra vuelve a recuperar su pulso narrativo con El tesoro de Sierra Madre (1948) y Cayo Largo (1948). Fichado por la Metro Goldwyn Mayer, Huston llega a sus cotas más altas como creador cuando dirige La jungla de asfalto (1950), una obra densa y tensa, del mejor estilo policiaco y en la que aparecía una atractiva Marilyn Monroe. Después vino Medalla roja al valor (1951), que fue cortada por la productora, pero en cuyos restos todavía es posible descubrir el talento de su director en su mejor fase creativa. La mítica La reina de Africa (1951), con Humphrey Bogart y Katherine Hepburn, tuvo un rodaje muy accidentado. Realizada en el Congo, el equipo hubo de superar numerosas dificultades de todo tipo dado el clima del lugar. Años más tarde, Clint Eastwood rodaría Cazador blanco, corazón negro sobre las circunstancias que marcaron este rodaje.
Tras las incursiones en el mundo bohemio y pictórico de Toulouse-Lautrec en Moulin Rouge (1952), y en la obra de Herman Melville Moby Dick (1956), entre otros títulos, llega a los sesenta y aborda Vidas rebeldes (1961), una extraña película que reunió a un puñado de personalidades en crisis, de Clark Gable a la Monroe, pasando por Montgomery Clift, y con guión de Arthur Miller. Es una obra de seres y ambiente crepuscular, a caballo entre el western y el filme intimista. Le siguieron títulos como Freud, pasión secreta (1962) con Montgomery Clift, La noche de la iguana (1964), adaptación de Tennessee Williams, con Richard Burton, Ava Gardner, Deborah Kerr y Sue Lyon, Reflejos en un ojo dorado (1967), donde contaría con el excelente trabajo de Marlon Brando y Elizabeth Taylor, entre otros, y Paseo por el amor y la muerte (1969), una peculiar obra en la que los protagonistas eran su hija Anjelica y Asaf Dayan, hijo a su vez del famoso general israelí del mismo apellido. Ambientada en la Guerra de los cien años, se trata de una cinta llena de un romanticismo sincero que se da la mano con una visión cruel de la vida.
Aunque buena parte de su cine posee elementos autobiográficos, quizá sea Fat City, ciudad dorada (1972) la más representativa en este sentido. Con Paul Newman como protagonista rodó el western El juez de la horca (1972) y El hombre de Mackintosh (1973), un film de espionaje. Dos años más tarde logra plasmar uno de los proyectos que llevaba acariciando más tiempo y que, por diversas circunstancias, nunca había podido concretar. Se trata de El hombre que pudo reinar (1975), una aventura colonial en la que dos hombres marchan en busca de tesoros para encontrar la muerte y la mutilación. A finales de los setenta rueda una de sus obras más significativas, Sangre sabia (1979), adaptación de una novela de Flannery O'Connor, acerca de un predicador del sur de Estados Unidos. Tras Bajo el volcán (1984), Palma de Oro en Cannes, uno de sus últimos trabajos importantes fue El honor de los Prizzi (1985), con Jack Nicholson, Kathleen Turner y Anjelica Huston, donde cuenta una historia sobre asesinos a sueldo que, en medio de su violencia, contiene interesantes apuntes de humor.
Su interés y curiosidad por los personajes, con mucho de duros pero también con mucho de perdedores, le permitió crear una galería de tipos, humanos y creíbles, representativos de una sociedad que se mueve entre la derrota y los deseos de vivir a cualquier precio. Su propia curiosidad se acaba por contagiar a los espectadores y les invita a profundizar más en su psicología. Su última obra fue Dublineses (1987), un trabajo introspectivo, lírico y testamental.


John Huston

"El halcón maltés" (1941)

"El tesoro de sierra Madre" (1948)

"Cayo Largo" (1948)

"La jungla de asfalto" (1950)

"La Reina de Africa" (1951)

"Moulin Rouge" (1952)

"Vidas rebeldes" (1961)

"La noche de la iguana" (1964)

"Reflejos en un ojo dorado" (1967)

"Fat City, ciudad dorada" (1972)

"El juez de la horca" (1972)

"El hombre que pudo reinar" (1975)

"Bajo el volcán" (1984)

"El honor de los Prizzi" (1985)

"Dublineses" (1987)

1 comentario:

  1. Una gran, estupenda, brillante publicación que reseña a un gran, estupendo y brillante director!!

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