lunes, 14 de julio de 2014

Gustav Klimt paintings

GUSTAV KLIMT (Baumgarten, Imperio Austrohúngaro, 14-7-1862 / Viena, 6-2-1918): IN MEMORIAM

Aniversario natal del pintor austríaco Gustav Klimt, uno de los más afamados representantes del Art Nouveau o Modernismo. Intelectualmente afín a cierto ideario romántico, Klimt encontró en el desnudo femenino una de sus más recurrentes fuentes de inspiración y dotó a sus obras de una intensa energía sensual. Su arte, liberado del academicismo, se vio influenciado por pintores simbolistas como Böcklin, que lo marcan por sus representaciones de escenas oníricas y misteriosas, de alegorías mitológicas y por sus visiones de una mujer de quien todos captan la naturaleza ambivalente, hecha de carne y de quimera, como si Gustav Klimt, contemporaneo de Freud, también quisiera recorrer esos territorios que son el sueño y el inconsciente.

Texto procedente de la página Biografías y Vidas:

Fue la figura más representativa del modernismo pictórico (Jugendstil) en el mundo de habla alemana. Se formó en la escuela de artes aplicadas de su ciudad natal y triunfó como autor de grandes pinturas decorativas en un estilo de corte academicista, del que constituyen un buen exponente las pinturas de la escalera del Museo de Historia del Arte de Viena.
En 1897, su interés por el arte de vanguardia lo llevó a abandonar la Asociación de Artistas Vieneses y a fundar, con algunos amigos, la famosa Secesión Vienesa, de la que fue el primer presidente y máximo exponente. Las pinturas murales alegóricas para la Universidad de Viena, en las que se advierte ya un evidente cambio de estilo, suscitaron duras críticas, por lo que el artista abandonó el encargo antes de finalizarlo (las que había concluido las destruyó un incendio en 1945).
Como consecuencia de este episodio, ya no volvió a recibir encargos oficiales, pese a lo cual realizó gran cantidad de telas, en primer lugar paisajes plasmados con una concepción muy peculiar de la perspectiva y en los que predominan las tonalidades verdes, y después, sobre todo, figuras femeninas, que constituyen lo más conocido y valorado de su producción.
En estas obras supo combinar el realismo del retrato con un decorativismo extremo en los fondos y los vestidos, en los que predominan los tonos amarillos y dorados y los motivos inspirados en las alas de mariposa o las colas de pavo real. Destacan, entre otras muchas obras, El beso, Salomé y Judith I, imbuidas todas ellas de una sensualidad palpable. El Osterreichische Museum de Viena conserva una excelente colección de su pintura.



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