domingo, 31 de mayo de 2020

Tribute to Sandrine Bonnaire (Gannat, Allier, France, 31-5-1967)

MUSA DEL CINE DE AUTOR DE FINALES DEL SIGLO XX

La actriz francesa Sandrine Bonnaire, una de las más talentosas de su generación, cumple hoy 53 años. Descubierta por Maurice Pialat, a los dieciséis se convirtió repentinamente en estrella y desde entonces no ha dejado de serlo. En las dos últimas décadas del siglo XX tuvo una carrera fulgurante: además de trabajar con el mencionado Pialat en tres películas, fue dirigida por otros veteranos cineastas de prestigio como Agnès Varda, Jacques Doillon, André Téchiné, Claude Sautet, Patrice Leconte, Jacques Rivette, Claude Chabrol o Régis Wargnier. En esos años ganó dos premios César (uno como actriz novel y otro como actriz protagonista) de entre seis nominaciones, además de la Copa Volpi en el Festival de Venecia. En este siglo ha trabajado más con nuevos realizadores y ella misma ha debutado como guionista y directora. Desde 2013 es Comendadora de la Orden de las Artes y las Letras francesas.
Nacida en un pequeño pueblo del centro de Francia en el seno de una familia de clase obrera, Sandrine Bonnaire es la séptima de once hermanos. Su infancia fue difícil por las fanáticas convicciones religiosas de su madre, testigo de Jehová, cuyo adoctrinamiento la aterrorizaba. Más equilibrada fue la relación con su padre, quien no compartía esas creencias. Ya adulta, acabó por detestar las religiones por su común aspecto castrador y la sumisión a la idea de pecado que conllevan, aunque es repetuosa con la fé de cada cual. Su adolescencia la pasó en Grigny, población en la región parisina, donde efectuó estudios secundarios. A la muerte de su padre se convirtió en el sostén económico de su familia y, cuando la madre se ausentó, ella se ocupaba de sus hermanos menores.
En el cine debutó como figurante en 1980, mientras trataba de obtener un certificado para trabajar como peluquera. Tras leer un anuncio en el periódico, a los quince años se presentó a un casting que solicitaba figurantes para una película. Se trataba de A nuestros amores (1983) de Maurice Pialat, drama sobre una adolescente promiscua y los problemas con su familia. La personalidad, frescura, espontaneidad y sensualidad de Sandrine cautivaron al director, que le dio el papel protagonista. La cinta, que ganó el premio César a la mejor película y el de mejor actriz novel para Bonnaire, sirvió para lanzar su carrera. Después actuó en A tiro limpio (1984) de Marc Angelo, drama criminal con Laurent Malet, Jean Carmet y Michel Jonasz, Blanche y Marie (1985) de Jacques Renard, drama ambientado en la II Guerra Mundial, con Miou-Miou, Gérard Klein, Patrick Chesnais y María Casares, Lo mejor de la vida (1985) de Renaud Victor, drama con Jacques Bonaffé, Police (1985) de Maurice Pialat, drama criminal con Gérard Depardieu, Sophie Marceau y Richard Anconina, Sin techo ni ley (1985) de Agnès Varda, magistral drama sobre una adolescente marginal y vagabunda que recibió aclamación crítica y proporcionó a Bonnaire el César a la mejor actriz con sólo dieciocho años, lo que la convirtió en la intérprete más joven en recibir ese premio. 
Sus siguientes títulos no hacen sino incrementar su prestigio: La puritana (1986) de Jacques Doillon, drama con Michel Piccoli y Sabine Azéma, Bajo el sol de Satán (1987) de Maurice Pialat, drama religioso basado en una novela de Georges Bernanos, con Gérard Depardieu y el propio Pialat, film ganador de la Palma de Oro en el Festival de Cannes, Los inocentes (1987) de André Téchiné, drama con Simon de La Brosse, Abdellatif Kechiche y Jean-Claude Brialy, Unos días conmigo (1988) de Claude Sautet, comedia dramática con Daniel Auteil, Monsieur Hire (1989) de Patrice Leconte, drama adaptador de una novela de Georges Simenon, con Michel Blanc, film por el que fue nuevamente candidata al César a la mejor actriz, La cautiva del desierto (1990) de Raymond Depardon, drama basado en hechos reales, Al anochecer (1990) de Francesca Archibugi, drama de producción italiana, con Marcello Mastroianni, Bajo el cielo de París (1991) de Michel Béna, drama con Marc Fourastier, Paul Blain y Evelyne Bouix, La peste (1992) de Luis Puenzo, producción argentina que adaptaba una novela de Albert Camus, con William Hurt, Jean-Marc Barr, Robert Duvall, Raul Juliá y Lautaro Murúa, Praga (1992) de Ian Sellar, drama británico con Bruno Ganz y Alan Cumming, Juana de Arco I - Las batallas (1994) y Juana de Arco II - Las prisiones (1994), ambas de Jacques Rivette, retablo histórico en dos partes sobre la doncella de Orleáns por el que Bonnaire obtuvo otra nominación al César a la mejor actriz, Las cien y una noches (1995) de Agnès Varda, fábula que celebra el centenario del cine, con Michel Piccoli y Marcello Mastroianni, donde interviene gran número de estrellas internacionales, La ceremonia (1995) de Claude Chabrol, thriller con Isabelle HuppertJacqueline Bisset y Jean-Pierre Cassel  por el que Bonnaire y Huppert compartieron la Copa Volpi a la mejor actriz en el Festival de Venecia, Nunca jamás (1996) de Charles Finch, drama anglo-americano con Jane March y Charles Finch, Confidencial (1998) de Jacques Rivette, dtama con Jerzy Radziwilowicz, Vidas robadas (1998) de Yves Angelo, drama con Emmanuelle Béart y André Dussollier, En el corazón de la mentira (1999) de Claude Chabrol, thriller con Jacques Gamblin, Valeria Bruni-Tedeschi y Antoine de Caunes, o La vida prometida (1999) de Régis Wargnier, cautivador drama sobre los exilados rusos a los que en 1946 Stalin ofreció la repatriación, engañándolos con falsas promesas, con Oleg Menshikov, Catherine Deneuve y Sergei Bodrov Jr., film nominado al Globo de Oro y al Oscar a la mejor película en lengua no inglesa, por el que Bonnaire volvió a ser candidata al César a la mejor actriz por quinta vez.
En general, sus films del siglo XXI han obtenido menor repercusión, entre ellos: El desliz (2001) de Philippe Lioret, comedia dramática con Jacques Gamblin, La vida (2001) de Jean-Pierre Améris, drama con Jacques Dutronc, Resistencia (2003) de Todd Komarnicki, drama bélico con Bill Paxton y Julia Ormond, Confidencias muy íntimas (2004) de Patrice Leconte, drama con Fabrice Luchini, El cuello de la jirafa (2004) de Safy Nebbou, drama con Claude Rich y Louise Pili, El extraño (2004) de Philippe Lioret, drama con Philippe Torreton, Grégori Dérangère y Emilie Dequenne, Creo que le quiero (2007) de Pierre Jolivet, comedia romántica con Vincent Lindon, Un corazón simple (2008) de Marion Laine, adaptación de una novela de Flaubert, con Marina Foïs, La marca del ángel (2008) de Safy Nebbou, drama con Catherine Frot, La jugadora (2009) de Caroline Bottaro, comedia dramática con Kevin Kline, Adieu Paris (2013) de Franziska Buch, drama de producción alemana, con Jessica Schwarz y Hans Werner Meyer, La última lección (2015) de Pascale Pouzadoux, dtama con Marthe Villalonga, Antoine Duléry y Gilles Cohen, El cielo esperará (2016) de Marie-Castille Mention-Schaar, drama con Noémie Merlant, Naomi Amarger, Clotilde Courau y Zinedine Soualem, Una temporada en Francia (2017) de Mahamat-Saleh Haroun, drama sobre inmigración con Eriq Ebouaney, Atrapa el viento (2017) de Gaël Morel, drama con Mouna Fettou, Kamal El Amri, Ilian Bergala, Farida Ouchani, Nisrine Radi y Lubna Azabal, o Tres días y una vida (2019) de Nicolas Boukhrief, drama con Pablo Pauly, Charles Berling, Philippe Torreton y Margot Bancilhon.
En las últimas dos décadas ha trabajado también en la televisión. Como guionista y directora debutó con Su nombre es Sabine (2007), documental sobre la evolución del autismo, que sufre su hermana menor. Después dirigió el largometraje de ficción Su ausencia me enfurece (2012), drama con William Hurt, Alexandra Lamy y Augustin Legrand.
A los 20 años comenzó una relación sentimental con Jean-Yves Escoffier, un camarógrafo de 17. Ambos permanecieron juntos hasta 1991, año en que Sandrine se enamoró de William Hurt (diecisiete años mayor que ella) durante el rodaje de La peste. Con el actor estadounidense tuvo a su hija Jeanne en 1994. La pareja se distanció en 1997. Bonnaire se casó en 2003 con el guionista Guillaume Laurant, padre de su segunda hija, Adèle, nacida en 2005. El matrimonio finalizó en divorcio en 2015. Desde 2018 la actriz vive en pareja con el músico de jazz Erik Truffaz.