TALENTO COMBATIVO CONTRA EL SISTEMA
Hoy es aniversario natal del escritor estadounidense Norman Mailer, uno de los más mordaces y certeros analistas de la realidad política, social y cultural norteamericana del siglo XX. Testigo y protagonista de muchos de los hechos más relevantes de su
tiempo, nunca soslayó su compromiso de pensador creativo y original,
además de investigar con honestidad y coraje los temas de mayor interés de la sociedad de su época. Tanto en ficción como en ensayos, Mailer se muestra sumamente
crítico con lo que él considera el totalitarismo inherente a las
estructuras de poder en los Estados Unidos. Publicó casi cuarenta obras entre ficción, ensayo, biografías, poesía y teatro, además de cientos de artículos. En la
mayoría de sus escritos expresa su amargura ante el entorno que le tocó vivir y
plasma su filosofía liberal. Su talento tanto para el ensayo como la novela fue reconocido con sendos premios Pulitzer. En 1983 fue nombrado Comendador de la Orden de las Artes y las Letras en Francia y en 2006 Caballero de la Legión de Honor.
Norman Kingsley Mailer nació en el seno de una familia judía. Su padre era contable y su madre gestionaba una agencia de mantenimiento y asistencia doméstica. Tenía una hermana menor. Su progenitora lo consideraba un niño 'perfecto', un adjetivo que contribuyó a inflamar el
ego desmedido del que siempre se acusaría al futuro autor. Norman pasó la adolescencia en Brooklyn, Nueva York, y en 1943 se diplomó en Mecánica Aeronáutica en Harvard, donde comenzó su afición por la escritura. Reclutado por la Armada en 1944, fue destinado al frente del Pacífico, una experiencia que reflejaría en Los desnudos y los muertos, probablemente uno de los mejores libros sobre la Segunda Guerra Mundial
y tal vez su mejor novela, un cáustico análisis de los mecanismos autoritarios en la sociedad norteamericana. Publicada en 1948, la obra supuso para el
joven debutante un clamoroso éxito de crítica y público y, desde
entonces, su nombre pasó a formar parte de una brillante y múltiple
constelación de escritores que acabaría por formar la vanguardia de las letras estadounidenses. Con apenas veinticinco años, Mailer ocupó el centro de la conciencia cultural estadounidense, un lugar que se
convertiría en su hábitat natural y que exploró desde todos los ángulos
posibles. Con Estados Unidos como tema central de su obra, Mailer tocó
la política, el poder, la moral, la religión, el arte y el sexo,
convirtiéndose así en uno de los grandes cronistas del siglo XX. Sus
enfrentamientos con otros escritores, como Truman Capote o Gore Vidal,
son legendarios.
Después publicó Costa bárbara (1951) y El parque de los ciervos (1955),
novelas ambas que no alcanzaron ni de lejos la resonancia de su libro
bélico (aunque la versión teatral de la segunda se estrenaría en 1967 en Nueva York con mucho éxito). Volcado hacia el periodismo, fue cofundador en 1955 del semanario neoyorquino 'The
Village Voice', donde apareció su celebérrimo reportaje El negro blanco (1957), un ensayo incendiario con una peculiar visión de los problemas raciales y una demoledora exaltación de la violencia. El libro contiene el núcleo central del pensamiento del autor: cómo es
posible crear normas y valores propios para sobrevivir en una sociedad
cuyo orden se repudia. Fue seguido por la colección de ensayos Advertencias a mí mismo (1959), lúcida reflexión autobiográfica sobre la formación de un escritor en la que intercaló versos y fragmentos de ficción, y Superman va al supermercado (1960), un reportaje sobre la emergente figura de JFK en la convención del partido demócrata en Los Angeles, que se considera un punto de inflexión en el tratamiento de las crónicas informativas, rompiendo las canónicas reglas clásicas e inaugurando con él el llamado 'nuevo periodismo', la corriente que a finales de los sesenta aplicó el ardor narrativo de
la novela al relato de no ficción, transformando el panorama literario
estadounidense. Al tiempo que apoyaba a Kennedy y clamaba contra la Guerra de Vietnam, Mailer se iba transformando en la voz más agria de la contracultura. Servidos en una prosa fastuosa, subversiva y delirante, sus trabajos de
campo sobre las convenciones demócratas y republicanas de finales de los
50 y comienzos de los 60, recogidas, en parte, en Los papeles
presidenciales (1963), y el reportaje sobre la marcha pacifista hasta el
Pentágono Los ejércitos de la noche (1967), por el que ganó el Premio Nacional del Libro y su primer Pulitzer, le convirtieron, en palabras
de Robert Lowell, en "el mejor periodista de América". En la misma línea estilística se hallan Miami y el sitio de Chicago (1968), Un fuego en la luna (1971) y El prisionero del sexo (1971), con una prosa altamente subjetiva y una mayor aplicación de las técnicas de escritura de ficción más alla del periodismo común. En 1974 viajó hasta Kinshasa (Zaire, actual Congo) para presenciar el singular pugilato boxístico entre Muhammad Ali y George Foreman, y El combate (1975), la crónica que escribió del mismo, ha quedado como una de las
leyendas imborrables de la profesión periodística y de la literatura
deportiva.
Un sueño americano (1964), su cuarta novela, de título irónico, presenta una sobrecogedora y alucinante trama sobre la enfermedad social, el mal y la decadencia espiritual y filosófica, situando la gente de la alta sociedad norteamericana en el centro de la lucha entre el bien y el mal, entre Dios y Satanás, aprovechando también para describir sus propios demonios: el sexo, el alcohol y las drogas, que, a menudo, conducen al suicidio. Aunque las críticas fueron heterogéneas, el libro fue un best-seller. También fue controvertidamente recibida ¿Por qué fuimos al Vietnam? (1967), otra novela satírica y provocativa sobre la nueva América. La canción del verdugo (1979) es otra monumental novela por la que Mailer ganó por segunda vez el Pulitzer; basada en la vida y muerte del asesino Gary Gilmore y escrita a la manera de un
gran reportaje de investigación; en un exacto y descarnado ejercicio de objetivismo, el libro demuestra la influencia del
nuevo periodismo y sobre todo de "A sangre
fría", la obra maestra de Truman Capote. Noches de la antigüedad (1983), una ambiciosa y voluminosa novela sobre el
Antiguo Egipto, incluye cuatro reencarnaciones de un personaje. Los tipos duros no bailan (1984), una novela negra de misterio e intriga con reminiscencias de obras de Dashiell Hammett y Mickey Spillane, fue llevada al cine en 1987 dirigida por el mismo Mailer, con Ryan O'Neal e Isabella Rossellini como protagonistas, aunque el film no tuvo éxito. En El fantasma de Harlot (1991), una ambiciosa historia de la CIA y su novela más extensa, mezcla personajes reales y ficticios para describir el funcionamiento interno de la organización. El Evangelio según el Hijo (1997) es una novela corta que, a modo autobiográfico, ofrece una perspectiva de la vida de Jesucristo en primera persona, en un tono que intenta no ser piadoso ni satírico. En su última novela, El castillo en el bosque (2007), publicada el año de su muerte, presenta un provocador retrato de la disfuncional familia de Adolf Hitler (explorando la idea de que fuese producto de un incesto) y de sus obsesiones adolescentes. Mailer también escribió biografías sobre Marilyn Monroe (1973), su segundo libro más vendido tras Los desnudos y los muertos, Pablo Picasso (1995) y Lee Harvey Oswald (1996). Asímismo fue guionista, director y actor en
varias películas.
En el terreno personal siguió los mismos derroteros contradictorios, virulentos y salvajes que su escritura y sustentó una agitada trayectoria conyugal. Enemigo declarado de cualquier método anticonceptivo, tuvo nueve hijos a lo largo de seis matrimonios, arrastrando una larga serie de pensiones de divorcio. Sus esposas fueron: Beatrice Silverman (1944-1952), madre de su hija Susan; Adele Morales (1954-1962), madre de Danielle y Elizabeth; Jean Campbell (1962-1963), madre de Kate; Beverly Bentley (1963-1980), madre de Michael y Stephen, Carol Stevens (1980), matrimonio de sólo un día para legitimar a su hija en común Maggie, nacida en 1971, y Barbara Davis (1980-2007), madre de John Buffalo. De las cinco primeras se divorció y la sexta fue su viuda. Su vida privada siempre atrajo tanta o más atención que su prosa.
Bebedor incombustible y abierto a la experimentación con las drogas,
siempre estaba dispuesto a usar los puños y su pasión por el boxeo la puso en
práctica fuera del cuadrilátero, metiéndose a menudo en broncas
callejeras. Pero su acto más violento fue cuando en 1960, muy borracho después de una fiesta, agredió a su segunda esposa, Adele Morales, con un cortaplumas que le punzó el pericardio. Ella precisó cirugía de emergencia y Mailer fue recluido contra su voluntad en el Hospital de Bellevue durante diecisiete días. Morales no presentó cargos, Mailer se declaró culpable y la sentencia contra él fue declarada en suspenso. En 1967 fue arrestado por manifestarse contra la Guerra de Vietnam y en 1969 se presentó sin éxito a la alcaldía de Nueva York. Falleció a los 84 años tras un mes hospitalizado por problemas pulmonares, pero la causa de su muerte fue una insuficiencia renal.
Según escribió en El combate (1975), el ego era el gran sustantivo del siglo XX, la palabra más importante añadida a la potencia esencial del idioma. Eterno candidato al Nobel durante varias décadas, su fama de
bocazas y de provocador nato lo alejaron siempre de las quinielas de
ganador. Intelectualmente atacó con vehemencia las teorías feministas, pero su gran debilidad fueron las mujeres, incluidas las ajenas. Machista acérrimo, profeta aficionado, bufón a ratos,
intelectual de pura raza, Mailer quiso ser y fue toda su vida un
incordio, un agitador de conciencias, la encarnación misma de lo
políticamente incorrecto: una piedra de escándalo para el feminismo rampante y una afrenta viva para varios presidentes de su país. La suya fue la voz que mejor encarnó la provocación, la confrontación intelectual y la experimentación literaria y vital de su época.