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miércoles, 28 de marzo de 2018

Freddie Bartholomew (London, UK, 28-3-1924 / Sarasota, Florida, US, 23-1-1992): In memoriam

FUGAZ ESTRELLATO INFANTIL

Hoy es aniversario natal del actor anglo-estadounidense Freddie Bartholomew, que a mediados de los años 30 triunfó en Hollywood como estrella infantil. Alto, espigado, de aspecto angelical, modales delicados y exquisita dicción, cautivó al público de su tiempo y, por un breve periodo, fue una de las más populares luminarias de Metro-Goldwyn-Mayer, generalmente en películas de época. Luego, sus familiares se disputaron su fortuna en diversos pleitos judiciales y su carrera en la pantalla cayó en picado. A los veintiséis años ya era una estrella del pasado.
Freddie Bartholomew era hijo de un veterano herido de la Primera Guerra Mundial. Desde los tres años vivió en casa de sus abuelos en Warminster, pequeña localidad al sur de Inglaterra donde fue criado por su tía Millicent, hermana soltera de su padre. Actor precoz, a los cinco años destacó por sus habilidades recitativas, sabiendo también cantar y bailar. Con apenas seis debutó en el cine británico y, mientras estudiaba arte dramático, apareció en un total de cuatro películas en su país natal estrenadas entre 1930 y 1932. 
Un viaje a Londres en 1934 del productor David O. Selznick y el director George Cukor en busca de un niño que protagonizase la adaptación a la pantalla de "David Copperfield", la célebre novela de Charles Dickens que a la sazón preparaba Metro-Goldwyn-Mayer, propició el descubrimiento de Bartholomew en las pruebas de casting realizadas. Tras resultar elegido, Freddie y su tía viajaron a Hollywood, donde el estudio ofreció un contrato por siete años. Con sólo diez, Bartholomew interpretó al pequeño héroe dickensiano en impecable inglés e incluido en un reparto donde también figuraban W.C. Fields, Lionel Barrymore, Madge Evans, Maureen O'Sullivan, Edna May Oliver, Lewis Stone, Frank Lawton, Elizabeth Allan y Roland Young. El éxito de la película David Copperfield (1935) de George Cukor, estrenada a comienzos de año, consagró a éste como el principal director de M.G.M. y, de la noche a la mañana, convirtió a Bartholomew en cotizada estrella infantil.
Ese mismo año actuó en Ana Karenina (1935) de Clarence Brown, adaptación de la novela de Tolstoi que protagonizaron Greta Garbo y Fredric March, y Soldado profesional (1935) de Tay Garnett, producción de aventuras donde compartió créditos con Victor McLaglen; después en El pequeño Lord (1936) de John Cromwell, otro muy exitoso drama de época, donde interpretaba al hijo de Dolores Costello, y El demonio es un pobre diablo (1936) de W. S. Van Dyke, comedia dramática con Jackie Cooper, Mickey Rooney y Ian Hunter. Prestado a 20th Century Fox apareció en el drama de época Lloyds de Londres (1936) de Henry King, donde su nombre precedió a los de  Madeleine Carroll, Guy Standing y Tyrone Power, y luego, de nuevo en M.G.M., protagonizó Capitanes intrépidos (1937) de Victor Fleming, basada en la novela de aventuras de Rudyard Kipling, junto a Spencer Tracy, Lionel Barrymore y Melvyn Douglas. El notable éxito de todas estas películas hicieron de Bartholomew el actor infantil mejor pagado después de Shirley Temple. No obstante los problemas en su carrera no tardaron en desencadenarse: Los padres del actor presionaron a tía Millicent a exigir un aumento salarial al estudio, al tiempo que iniciaron una larga y costosa batalla legal con ella por la custodia de Freddie, a fin de controlar sus ganancias. 
Después de un año sin trabajar, Bartholomew volvió a protagonizar una producción de la Fox, Kidnapped (1938) de Alfred L. Werker, film de aventuras con Warner Baxter, regresando a la Metro en Horizontes de gloria (1938) de Sam Wood, drama sobre delincuencia juvenil con Mickey Rooney, y Listen, darling (1938) de Edwin L. Marin, comedia dramática con Judy Garland, Mary Astor y Walter Pidgeon.
Ya fuera del estudio que lo había encumbrado, protagonizó junto a Jackie Cooper los dramas The spirit of Culver (1939) y Two bright boys (1939), ambos dirigidos por Joseph Santley, La familia Robinson (1940) de Edward Ludwig, film de aventuras con Thomas Mitchell y Edna Best, Tomás Brown (1940) de Robert Stevenson, drama con Cedric Hardwicke y Jimmy Lydon, Los enemigos del honor (1941) de Erle C. Kenton, drama con Jimmy Lydon y Billy Cook, y Cadets on Parade (1942) de Lew Landers, drama con Jimmy Lydon. La languideciente carrera de Bartholomew se saldó con su última participación en una producción de M.G.M., Un yanqui en Eton (1942) de Norman Taurog, comedia dramática donde hubo de ceder el protagonismo a Mickey Rooney, el ídolo juvenil emergente del estudio, además de Junior Army (1942) de Lew Landers, modesto film bélico con Billy Halop, Huntz Hall y Bobby Jordan.
La Segunda Guera Mundial interrumpió su trayectoria fílmica, pues en enero de 1943, con dieciocho años, se alistó en las fuerzas aéreas estadounidenses, al tiempo que se le concedía la ciudadanía americana. Durante su entrenamiento, se dañó la espalda y estuvo hospitalizado durante siete meses. A comienzos de 1944 fue dispensado del servicio militar y, a continuación, volvió al cine con The town went wild (1944) de Ralph Murphy, comedia de bajo presupuesto con Jimmy Lydon. Sus esfuerzos por revitalizar su carrera resultaton infructuosos, por lo que el actor abandonó Hollywood para emprender giras en teatros regionales. También sufrió un accidente automovilístico, lo que no hizo sino confirmar que la fortuna le había dado la espalda. Su tía Millicent abandonó los Estados Unidos y regresó a Gran Bretaña cuando, contra su voluntad, el joven actor se casó en 1946 con la publicista Maely Daniele, seis años mayor que él, matrimonio que resultó infeliz y finalizaría en divorcio en 1953.
En 1948 Bartholomew emprendió un gira en solitario por Australia como cantante y pianista en nightclubs y pequeños teatros y, a su vuelta al año siguiente, trabajó como actor primero y luego como director en una cadena independiente de televisión de Nueva York. Su última película en la gran pantalla, en un papel secundario, fue San Benny el carterista (1951) de Edgar G. Ulmer, comedia con Dick Haymes, Nina Foch y Roland Young. En la televisión conoció a Aileen Paul, que se convirtió en su segunda esposa a finales de 1953, con la que tuvo dos hijos y de quien se divorciaría en 1977. Desde 1954 trabajó como productor y director televisivo para una agencia publicitaria. A finales de los años 80, enfermo de enfisema, se retiró y, con Elizabeth, su tercera esposa, trasladó su residencia a Bradenton, una población de Florida. Un fallo cardiaco acabó con su vida a los 67 años. 

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