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jueves, 20 de abril de 2017

Don Siegel (Chicago, Illinois, US, 26-10-1912 / Nipomo, California, US, 20-4-1991): In memoriam

EL MENTOR DE CLINT EASTWOOD

Hoy se cumplen veintiséis años del fallecimiento del director cinematográfico estadounidense Don Siegel. Curtido durante bastantes años en producciones de serie B, en las que demostró oficio y sabiduría narrativa, mejoró su estatus a partir de los años 60, convirtiéndose en puente entre el cine clásico y el realismo sucio que la modernidad impuso en la gran pantalla desde finales de esa década. De estilo enérgico y especializado en cine de acción, en su filmografía predominan fuertes personajes masculinos e intrigantes personajes femeninos (en este caso pocas veces protagonistas), por lo que fue calificado de misógino. Respetado autor de varios clásicos en distintos géneros, se recuerdan especialmente sus películas con Clint Eastwood, quien a menudo ha afirmado que cuanto sabe acerca de filmar lo aprendió de Siegel.
Nacido en el seno de una familia judía, Donald Siegel era hijo de un músico, virtuoso de la mandolina. Estudió en Nueva York y más adelante, trasladado a Gran Bretaña, se graduó en la Universidad de Cambridge. Posteriormente, empezó la carrera de Bellas Artes en París y, aunque desistió enseguida, al menos aprovechó la estancia para aprender francés. De regreso a su país, se instaló en Los Ángeles, donde su tío, que era montador, le consiguió un trabajo en Warner Brothers. En un primer momento le destinaron al archivo de la compañía, donde pasó una larga temporada, hasta que, decidido a seguir los pasos de su familiar, logró que le asignasen una plaza de ayudante de montaje. Como se había visto obligado a rodar algunos planos adicionales para las películas que montaba, logró convencer a Jack Warner para que le permitiera convertirse en director de segunda unidad y también para que le autorizase a dirigir dos cortos, Star in the night (1945), de ficción, y Hitler lives (1945), documental, que al año siguiente ganaron sendos premios Oscar en sus respectivos apartados.
Como reconocimiento a su trabajo en Warner le confiaron su primer largometraje, El veredicto (1946), thriller de bajo presupuesto sobre un agente de Scotland Yard que investiga un crimen, con Sydney Greenstreet y Peter Lorre, al que siguió Almas en tinieblas (1949), drama con Ronald Reagan y Viveca Lindfords. Estos títulos de serie B apenas tuvieron repercusión por lo que Siegel decidió independizarse del estudio donde llevaba varios años y dirigió para RKO el interesante thriller El gran robo (1949), con Robert Mitchum, Jane Greer y William Bendix, la comedia No es tiempo de flores (1952), con Viveca Lindfors y Paul Christian, y el drama judicial Cuenta las horas (1953), con Teresa Wright y Macdonald Carey, y para Universal el western Duelo en Silver Creek (1952), con Audie Murphy. Para otros estudios rodó películas como Motín en el pabellón 11 (1954), drama carcelario con Neville Brand, o Infierno 36 (1954), noir con Ida Lupino, Steve Cochran, Howard Duff, Dean Jagger y Dorothy Malone. En esos años también trabajó para la televisión.
Finalmente Siegel logró llamar amplia atención con La invasión de los ladrones de cuerpos (1956), film de ciencia-ficción de bajo presupuesto con Kevin McCarthy y Dana WynterEl cineasta apenas necesitó efectos especiales para contar lo que les ocurre a los habitantes de un pequeño pueblo, reemplazados por réplicas de alienígenas. Con el tiempo, la obra adquiriría la categoría de clásico del género y sería objeto de remakes. Entre sus siguientes productos figuran Crimen en las calles (1956), drama con James Whitmore, John Cassavetes y Sal Mineo, Baby Face Nelson (1957), drama criminal con Mickey Rooney, Aventura para dos (1957), drama romántico con Richard Kiley y Carmen Sevilla, Contrabando (1958), drama criminal con Eli Wallach, Balas de contrabando (1958), drama criminal que adaptaba una novela de Hemingway, con Audie Murphy, Al borde de la eternidad (1959), drama criminal con Cornel Wilde, Hound-dog man (1959), comedia juvenil con el cantante Fabian y Carol Lynley, Estrella de fuego (1960), western con Elvis Presley, o Comando (1962), film bélico con Steve McQueen.
Otro de sus trabajos más destacados es Código del hampa (1964), policiaco basado en un relato de Hemingway -ya llevado al cine por Robert Siodmak en Forajidos (1946)-, en cuyo reparto figuran Lee Marvin, Angie Dickinson, John Cassavetes y Ronald Reagan (en su última aparición cinematográfica) y donde recupera la atmósfera de los clásicos del film noir, en un momento en el que el género parecía relegado al olvido. Concebida originalmente para televisión, NBC se negó a emitirla por su cruda violencia, por lo que acabó estrenándose en salas de cine. Obtuvo un merecido éxito que en adelante abrió las puertas a Siegel a las producciones de serie A. El realizador ya no iba a tener problemas de presupuesto nunca más, pero empezó a echar de menos la independencia creativa de su primera época. Luego de diversas producciones televisivas tuvo lugar la primera de sus cinco colaboraciones con el actor Clint Eastwood, quien protagonizó para su productora The Malpaso Company, por él fundada un año antes, el thriller de acción La jungla humana (1968). Siguieron Brigada homicida (1968), neo-noir con Richard Widmark, Henry Fonda e Inger Stevens, otra de sus mejores obras, La ciudad sin ley (1969), western con  Richard Widmark y Lena Horne, Dos mulas y una mujer (1970), western en tono de comedia con Clint Eastwood y Shirley MacLaine, y El seductor (1971), drama ambientado en la Guerra de Secesión americana, con Clint Eastwood, Geraldine Page y Elizabeth Hartman, donde Eastwood se la jugó interpretando al personaje más amoral de su carrera, un soldado de la Unión herido, rescatado por una niña que lo lleva a su escuela para señoritas sureñas y una a una las irá conquistando a todas, y así el ambiente se irá enrareciendo a causa de los celos. El film, aunque no fue un éxito de taquilla, permanece hoy como una de las obras más personales de Siegel. En cambio, supuso su mayor triunfo comercial Harry el sucio (1971), thriller de acción a medida de Clint Eastwood, donde el policía Harry Callahan por él encarnado no duda en usar todos los métodos a su alcance para capturar a Scorpio, un despiadado asesino. Imitada hasta la saciedad, esta película se convertiría en uno de los iconos del cine policiaco de los 70.
Su restante filmografía incluye La gran estafa (1973), thriller con Walter Matthau y Joe Don Baker, El molino negro (1974), thriller británico de espionaje con Michael Caine, El último pistolero (1976), western que supuso la despedida cinematográfica de John Wayne, con Lauren Bacall como coprotagonista, Teléfono (1977), film de espionaje con Charles Bronson, Lee Remick y Donald Pleasence, Fuga de Alcatraz (1979), drama carcelario basado en hechos reales (y rodado en la auténtica prisión de Alcatraz), donde contó por última vez con el protagonismo de Clint Eastwood, otro gran éxito de taquilla destinado a convertirse en clásico del género, Golpe audaz (1980), thriller con  Burt Reynolds, Lesley-Anne Down y David Niven, y Blackjack (1982), fallida comedia con Bette Midler que supuso el último trabajo de Siegel, quien sufrió un ataque al corazón durante esta producción.
Don Siegel estuvo casado entre 1949 y 1954 con la actriz Viveca Lindfors, con quien tuvo un hijo, el futuro actor Kristoffer Tabori. Tras el divorcio, se casó en 1957 con la modelo Doe Avedon y, aunque juntos adoptaron a cuatro hijos, posteriormente se divorciaron  en 1975. Desde 1981 hasta el fin de sus días, compartió su vida con Carol Rydall, anterior asistente de su amigo Clint Eastwood. El cineasta falleció de cáncer a los 78 años. Un año después Clint Eastwood dedicaría su película Sin perdón a sus grandes maestros Sergio (Leone) y Don (Siegel).

 

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