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jueves, 19 de enero de 2017

Tribute to Richard Lester (Philadelphia, Pennsylvania, US, 19-1-1932)

EL ESPÍRITU DE LOS 60: HUMOR ICÓNICO, DINAMISMO Y AVENTURA

El director cinematográfico estadounidense (establecido en Gran Bretaña) Richard Lester cumple hoy 85 años. En los años 60 saltó repentinamente a un primer plano al dirigir dos rompedoras películas con The Beatles. Su vanguardista estética anárquica y su trepidante tratamiento del humor absurdo sorprendieron entonces, crearon escuela y se convirtieron en emblema de la década. Después, en los 70 y 80, se puso al servicio de producciones de envergadura, no sin dejar su huella humorística en la mayoría de ellas.
Richard Lester fue un niño prodigio que empezó a estudiar en la Universidad de Pennsylvania a los quince años. A partir de 1950 se empleó en una cadena televisiva en la que ejerció todo tipo de tareas: asistente, tramoyista, ayudante de dirección y, finalmente, director. En 1953 decidió mudarse a Londres, donde siguió trabajando en producciones televisivas independientes. Un show de variedades que produjo llamó la atención de Peter Sellers, quien pronto contó con él para sus propios programas en directo.
Tras realizar para la gran pantalla su primer cortometraje con Sellers, su primer largo fue el musical It's trad, Dad! (1962), protagonizado por la cantante Helen Shapiro. Después dirigió Un ratón en la luna (1963), comedia con Margaret Rutherford y Terry-Thomas. Cuando The Beatles fueron contratados para rodar una película, los miembros del grupo (en especial John Lennon), que habían visto su corto con Sellers, eligieron a Lester para que dirigiese Qué noche la de aquel día (1964), primera incursión en el cine del cuarteto de Liverpool, que resultó ser una interesante y novedosa comedia de aventuras y rock & roll en blanco y negro, de estilo documental. La forma de Lester de filmar las canciones creó escuela y algunos de sus recursos se siguen usando en los videoclips actuales, sobre todo sus planos multiangulares en las actuaciones en vivo. El gran éxito del film lo convirtió en paradigma de la modernidad y Lester fue de nuevo contratado para otra película protagonizada por The Beatles, esta vez en color, la surrealista y divertida ¡Socorro! (1965). Entre ambas dirigió El Knack... y cómo conseguirlo (1965), comedia anárquica y extravagante, aderezada con una música genuina del swinging London y protagonismo de Rita Tushingham, Ray Brooks, Michael Crawford y Donal Donnelly, que se alzó con la Palma de Oro en el Festival de Cannes. En estas cintas, las secuencias se sincopaban, la cámara y los actores se movían con libertad, y la música llegaba a hacerse protagonista de la pantalla. Lester y su peculiar plástica fímica, dinámica, desacomplejada e iconoclasta, abrían nuevos caminos a la cultura pop.
Su siguiente encargo fue llevar a la pantalla el musical ambientado en el antiguo Imperio Romano "A funny thing happened on the way to the forum", con canciones de Stephen Sondheim y libreto de Burt Shevelove y Larry Gelbart, que había triunfado en Broadway en 1962 y en el West End londinense en 1963. El resultado fue Golfus de Roma (1966), una ingeniosa y enloquecida comedia musical rodada en España en los Estudios Bronston, con Zero Mostel, Phil Silvers, Jack Gilford, Buster Keaton y Michael Crawford. A continuación acometió en Almería (España) el rodaje de Cómo gané la guerra (1967), disparatada parodia bélica con Michael Crawford y John Lennon, y después dirigió para Warner Bros. su primera película dramática, Petulia (1968), que contaba las andanzas de una joven inconformista y sin prejuicios que vive en un ambiente hippie, y para la que contó con Julie Christie, George C. Scott y Richard Chamberlain en los papeles principales. En su día fue un film muy representativo del espíritu, la estética y la moda de los años 60. De vuelta en Londres, Lester dirigió La sala de estar con cama (1969), comedia negra, satírica, absurda y postapocalíptica de ciencia-ficción en la que aparecían Rita Tushingham y Ralph Richardson y que fue incomprendida en su día.
En los años 70 se recicló en aplicado artesano al servicio de la gran industria, con producciones de alto presupuesto y repartos multiestelares, como las adaptaciones de la novela de Alexandre Dumas, a las que aportó notables dosis de su personal humor, Los Tres Mosqueteros: Los diamantes de la reina (1973) y Los Cuatro Mosqueteros (1974), ambas rodadas en España y con Oliver Reed, Raquel Welch, Michael York, Richard Chamberlain, Faye Dunaway y Charlton Heston entre otras figuras, El enigma se llama Juggernaut (1974), thriller de acción e intriga con Richard Harris, Omar Sharif, David Hemmings, Anthony Hopkins, Shirley Knight y Ian Holm, El cobarde heróico (1975), adaptación en clave de comedia de la novela "Royal Flash" de George MacDonald Fraser, con Malcolm McDowell, Alan Bates, Florinda Bolkan y Oliver Reed, o Robin y Marian (1976), drama romántico de aventuras medievales con Sean Connery y Audrey Hepburn como otoñales Robin Hood y Lady Marian, además de Robert Shaw, Nicol Williamson y Richard Harris, film apreciado por la crítica como su mejor obra. Otros títulos de la década fueron El Ritz (1976), divertida farsa que transcurre en una sauna gay en Manhattan, con Jack Weston, Rita Moreno, Jerry Stiller, Kaye Ballard, Los primeros golpes de Butch Cassidy y Sundance (1979), western precuela de "Dos hombres y un destino" (1969) con William Katt y Tom Berenger muy distante del éxito de su predecesora, y Cuba (1979), thriller que narra una historia de amor en La Habana durante los últimos días de la dictadura de Batista, y el comienzo de la revolución, con Sean Connery y Brooke Adams.
En los años 80 se estrenaron dos secuelas de "Superman" (1978), confiadas a su dirección y en las que introdujo un creciente humor burlón: Superman II (1980), con Christopher Reeve y Gene Hackman, y Superman III (1983), con Christopher Reeve y Richard Pryor. Cinco años después reunió a la mayor parte del reparto de sus dos films precedentes con los Mosqueteros para la secuela El regreso de los Mosqueteros (1989), que ni de lejos conocería el éxito de sus antecesoras. Durante el rodaje en España, su amigo intimo el actor Roy Kinnear murió tras caer de un caballo. Lester terminó la película y se retiró del cine, volviendo sólo excepcionalmente para rodar el documental Get back (1991), sobre una gira de conciertos de Paul McCartney.

 

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