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jueves, 23 de abril de 2015

Otto Preminger (Wiznitz, Imperio austrohúngaro, actual Ucrania, 5-12-1905 / New York, US, 23-4-1986): In memoriam

LÚCIDO Y ESCÉPTICO, ENÉRGICO Y FÉRREO

Tal día como hoy, hace 29 años, falleció el director austriaco nacionalizado estadounidense Otto Preminger. Aunque dirigió películas de diversos géneros, es mayormente recordado como autor de importantes títulos clásicos del cine negro o policiaco. Cineasta de enérgico pulso narrativo, con agudo olfato para los 'grandes temas', se distinguió también por su visión crítica de la sociedad norteamericana, su espíritu transgresor y su persistente desafío a la censura y los tabúes de Hollywood en sus films, tratando asuntos como la adicción a las drogas, la violación o la homosexualidad. Con fama de fogoso y despótico, asímismo convertido en productor desde 1944, descubrió a estrellas como Gene Tierney o Dana Andrews, trabajó con muchas de la principales luminarias de su época y, sobre todo en los años 60, dirigió películas con repartos espectaculares. Nominado al Oscar dos veces como director y una como productor, Preminger constituye uno de los más flagrantes casos de olvido por parte de la Academia de Hollywood: nunca recibió la dorada estatuilla, ni siquiera de modo honorífico.
Otto Ludwig Preminger era hijo de un magistrado judío polaco que se trasladó con su familia a Viena en 1915. Dispuesto a seguir los pasos de su padre, se licenció en Derecho e incluso ejerció de abogado durante un breve lapso de tiempo, aunque desde los 17 años había combinado los estudios con su verdadera pasión: el teatro. Empezó como actor y llegó a ser ayudante de dirección del mítico Max Reinhardt, uno de los grandes directores teatrales de la época. Al final decidió colgar la toga de abogado y sustituyó a Reinhardt al frente de su compañía teatral, con la que montó más de cincuenta espectáculos. En aquella época también quiso probar fortuna como director de cine en su país con la película Die große liebe (1931) que supuso una experiencia aislada, pues tras el rodaje Preminger volvió a concentrarse en los escenarios.
Cuando Hitler llegó al poder en Alemania en 1933, el futuro en Austria no se presentaba nada halagüeño para los judíos. Preminger se resistía a dejarlo todo y empezar desde cero, pero al final vio que no le quedaba alternativa. Aceptando una oferta de Joseph Schenk, presidente de Twentieth Century-Fox, compañía fundada por éste junto a Darryl F. Zanuck en 1934, viajó a Los Angeles en los últimos meses de 1935. Tras rodar Under your spell (1936) y Amor en la oficina (1937), dos films modestos de escasa repercusión, discrepancias con Zanuck durante el rodaje de su tercera película, dejaron a Preminger sin trabajo en Hollywood, por lo que decidió probar fortuna en los escenarios de Broadway, aprovechando que los empresarios neoyorquinos le habían tentado alguna vez. Allí triunfó con varias producciones teatrales, en una de las cuales incluso trabajó como actor. Su regreso a Hollywood, tras aceptar un papel secundario ofrecido por el guionista y productor Nunnally Johnson en The pied piper (1942) de Irving Pichel, le propicia volver a dirigir dos nuevos títulos menores para la Fox: Margin for error (1943) y In the meantime, darling (1944), el primero de los cuales también protagoniza junto a Joan Bennett y Milton Berle, ejerciendo como productor a partir del segundo, faceta que combinaría desde entonces con la dirección, porque era la única forma de tener el control creativo de sus películas.
Su revelación como gran cineasta se produce con Laura (1944), absoluta obra maestra del cine negro basada en una novela de Vera Kaspary con un reparto constituido por Gene Tierney, Dana Andrews, Clifton Webb, Judith Anderson y Vincent Price, que sorprendiendo a críticos y espectadores con su extraño poder de fascinación, fue candidata a cinco Oscars, incluida una nominación para su director. Este film sentaría las bases de la depurada puesta en escena premingeriana: tomas largas o planos-secuencia aéreos, con múltiples y sutiles encuadres que aseguran la continuidad espacio-temporal de la escena, además de relacionar de forma ágil y rigurosa personajes y decorados y analizar las acciones de la trama con fría objetividad. Sustituye a continuación a un enfermo Ernst Lubitsch para dirigir La zarina (1945), comedia histórica sobre Catalina de Rusia que protagonizó Tallulah Bankhead, y vuelve al noir con la excelente ¿Ángel o diablo? (1945) que contó con Dana Andrews, Alice Faye y Linda Darnell como trío protagonista. Después prueba suerte en distintos géneros con  Centennial summer (1946), musical con Jeanne Crain, Cornel Wilde y Linda Darnell, Ambiciosa (1947), drama de época con Linda Darnell, Cornel Wilde y Richard Greene, Daisy Kenyon (1947), melodrama triangular con Joan Crawford, Dana Andrews, Henry Fonda, o El abanico de Lady Windermere (1949), adaptación de la obra de Oscar Wilde con Jeanne Crain, Madeleine Carroll, George Sanders y Richard Greene. De nuevo en el género noir, su talento vuelve a brillar en títulos como Vorágine (1949), con Gene Tierney, Richard Conte, José Ferrer y Charles Bickford, Al borde del peligro (1950), con Dana Andrews y Gene Tierney, Cartas envenenadas (1951) con Linda Darnell y Charles Boyer, y Cara de ángel (1952), con Robert Mitchum y Jean Simmons, el mejor de todos ellos.
Luego de actuar en Traidor en el infierno (1953) de Billy Wider, Preminger dirige La luna es azul (1953), comedia vodevilesca con William Holden, David Niven y Maggie McNamara, Carmen Jones (1954), musical de Oscar Hammerstein II inspirado en la "Carmen" de Merimée, con un reparto exclusivo de actores de raza negra (algo muy infrecuente en su época) encabezados por Dorothy Dandridge y Harry Belafonte, Río sin retorno (1954), western con Robert Mitchum y Marilyn Monroe, El proceso de Billy Mitchell (1955), drama judicial con Gary Cooper, El hombre del brazo de oro (1956), drama de gran crudeza con Frank Sinatra, interpretando a un heroinómano que lucha por rehabilitarse, Eleanor Parker y Kim Novak, Santa Juana (1957), drama histórico según la obra de Bernard Shaw, con Jean Seberg, Richard Widmark y John Gielgud, Buenos días, tristeza (1958), adaptación de la novela de Françoise Sagan, con Deborah Kerr, David Niven y Jean Seberg, y Porgy & Bess (1959), traslado a la pantalla de la famosa ópera de Gershwin, con Sidney Poitier, Dorothy Dandridge, Sammy Davis Jr. y Pearl Bailey. Finaliza la década con el drama judicial Anatomía de un asesinato (1959) protagonizado por James Stewart y Lee Remick, otra impactante obra maestra donde su interés por la ambigüedad alcanza la perfección. De todas sus producciones fue la única nominada a mejor película.
En el drama épico Éxodo (1960), basado en una novela de Leon Uris, rehabilitó de la lista negra al guionista Dalton Trumbo y contó con un gran reparto encabezado por Paul Newman, Eva Marie Saint, Ralph Richardson y Peter Lawford, algo similar al drama político Tempestad sobre Washington (1962), que contaba con Henry Fonda, Charles Laughton, Don Murray, Walter Pidgeon y Peter Lawford. Por El cardenal (1963), drama religioso con Tom Tryon, Romy Schneider y John Huston, obtuvo su segunda candidatura al Oscar como director. Otros interesantes títulos fueron Primera victoria (1965), drama bélico con espectacular reparto que incluía a John Wayne, Kirk Douglas, Patricia Neal, Tom Tryon, Paula Prentiss y El rapto de Bunny Lake (1965), thriller psicológico con Laurence Olivier, Carol Lynley y Keir Dullea. Menos valoradas fueron sus últimas seis películas: La noche deseada (1967), melodrama sureño con Michael Caine, Jane Fonda y John Phillip Law, Skidoo (1968), comedia con Jackie Gleason y Carol Channing, Dime que me amas, Junie Moon (1970), melodrama con Liza Minnelli, Ken Howard y Robert Moore, Extraña amistad (1971), comedia dramática con Dyan Cannon y James Coco, Rosebud, desafío al mundo (1975), thriller de acción con Peter O'Toole y Richard Attenborough, y El factor humano (1979), adaptación de una novela de espionaje de Graham Greene con Richard Attenborough, John Gielgud, Derek Jacobi, Robert Morley, Ann Todd y Nicol Williamson.
Otto Preminger estuvo casado con Marion Mill (1932-1949), Mary Gardner (1951-1959) y Hope Bryce (1971-1986). Durante su primer matrimonio, el director sostuvo un romance extra-conyugal con Gypsy Rose Lee, del que en 1944 nació su hijo Erik, hecho que se mantuvo oculto durante 22 años. Durante el segundo también tuvo otra relación sentimental de cuatro años con la actriz Dorothy Dandridge. Preminger falleció de cáncer a los 80 años, ya padeciendo la enfermedad de Alzheimer. 

 

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