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lunes, 18 de agosto de 2014

Tribute to Robert Redford (Santa Mónica, California, US, 18-8-1936)

DE SEX SYMBOL A CINEASTA INDIE

El actor y director estadounidense Robert Redford ha cumplido hoy 78 años. Prototipo de belleza masculina durante dos décadas, se afanó por esquivar el estereotipo de galanura sin descuidar la taquilla y construir una carrera sólida. Ganó un Oscar en competición como director y otro honorífico. En 2010 fue nombrado Caballero de la Legión de Honor francesa por el Presidente Sarkozy y en abril de 2014 la revista Time le ha declarado una de las 100 personas más influyentes del mundo y 'Padrino del cine indie'.

Perfil biográfico procedente (con bastantes modificaciones) de la página El Criticón:

Sex symbol en las décadas de los 60 y 70, director revelación ganador del Oscar en 1980 por Gente corriente, cineasta impulsor de producciones independientes y personalidad alejada del bullicio más superficial de Hollywood, Robert Redford es uno de los rostros más populares del cine de la segunda mitad de década del siglo XX.
Charles Robert Redford Jr. nació el 18 de agosto de 1936 en Santa Mónica, California. Su padre Charles Robert era contable de una empresa petrolífera y su madre Martha se dedicaba a sus labores domésticas. En su etapa estudiantil destacó por sus capacidades atléticas, logrando una beca gracias a su habilidad como jugador de baseball para asistir a la Universidad de Colorado, en donde tenía la intención de cursar estudios de arte. En 1955, Martha la madre de Redford, murió a los 41 años de edad. Él abandonó los estudios en 1956 y se fue como artista itinerante a Italia y Francia para probar la vida bohemia de un artista. En París estuvo trabajando como pintor. Con el poco dinero que había ganado regresó desilusionado a los Estados Unidos en 1957 y comenzó una vida de rebeldía juvenil sumida en el alcoholismo, asociada a la pérdida de su madre. En ese mismo año conoció a Lola van Wagenen, una universitaria de clase media acomodada de religión mormona de Utah, con la que inició una larga y estable relación que tuvo una influencia positiva para Redford. Dejó de beber y en 1958 se matriculó en el Pratt Institute de Nueva York para estudiar arte. En esta época contrajo matrimonio con Lola, con quien estuvo casado desde 1958 hasta 1985, año de su divorcio. El primer hijo de la pareja murió a los pocos meses de nacer, pero tuvieron otros tres.
El atractivo físico de Redford y su talento para la interpretación le permitieron acceder a finales de los años 50 al reparto de diversas producciones televisivas y teatrales, interviniendo en obras de teatro como "Tall story" (su debut en Broadway en 1959), "The highest tree" (1959) o "Descalzos por el parque" (1963). En la pequeña pantalla apareció en episodios de populares series, entre ellas "Maverick" y "Perry Mason".
En 1962 logró debutar en el cine con la película bélica El que mató por placer (1962), dirigida por Denis Sanders y co-protagonizada por otro novato, Sydney Pollack. Redford y Pollack entablaron a raíz de este primer encuentro una amistad que les llevó a usuales colaboraciones en proyectos conjuntos como intérprete y director. A continuación volvió a actuar en Broadway, en la obra "Descalzos por el parque", dirigida por Mike Nichols. Esta obra de teatro le convirtió en estrella de Broadway y fue el trampolín perfecto hacia Hollywood, donde fue contratado en 1964. Sus primeras películas fueron Situación desesperada, pero menos (1965) de Gottfried Reinhardt, con Alec Guiness, La rebelde (1965) de Robert Mulligan, con Natalie Wood, La jauría humana (1966) de Arthur Penn, con Marlon Brando y Jane Fonda y Propiedad condenada (1966) de Sydney Pollack, de nuevo con Natalie Wood.
En 1966 Redford se trasladó a España para recomenzar una vida bohemia, pero ese mismo año le ofrecieron un papel como protagonista en la versión cinematográfica de Descalzos por el parque (1967) de Gene Saks, junto a Jane Fonda, que fue un gran éxito. En los años siguientes intervino en varias películas que le consolidaron como actor de prestigio y también como estrella de Hollywood; la primera de ellas el western Dos hombres y un destino (1969) de George Roy Hill, con Paul Newman, con quien congenió rápidamente, convirtiéndose en una de las parejas cinematográficas más taquilleras de la historia del cine. Siguieron otras como El valle del fugitivo (1969) de Abraham Polonsky, El descenso de la muerte (1969) de Michael Ritchie, El precio del fracaso (1970) de Sidney J. Furie, Las aventuras de Jeremiah Johnson (1972) de Sydney Pollack, El candidato (1972) de Michael Ritchie o Un diamante al rojo vivo (1972) de Peter Yates.
Con George Roy Hill y Paul Newman volvió a colaborar en uno de sus films más famosos, El golpe (1973). La película resultó ser la más rentable de su carrera y obtuvo diez candidaturas a los premios de la Academia, siendo Redford nominado por su excelente actuación en ella, su única candidatura al Oscar como actor en toda su trayectoria. Tras este gran éxito, el resto de los años 70 fueron extraordinarios para el rubio intérprete, confirmando su estrellato con Tal como éramos (1973) de Sydney Pollack, emparejado a Barbra Streisand, El gran Gatsby (1974) de Jack Clayton, con Mia Farrow, Carnaval de las águilas (1975) de Roy Hill, Los tres días del Cóndor (1975) de Pollack, con Faye Dunaway, Todos los hombres del Presidente (1976) de Alan J. Pakula, junto a Dustin Hoffman o El jinete eléctrico (1979), film dirigido de nuevo por Sydney Pollack y coprotagonizado por Jane Fonda. Estos títulos muestran la versatilidad de Redford, un estimable actor que nunca se sintió cómodo con la etiqueta de "sex symbol".
Su carrera cinematográfica en el siguiente decenio se diversificó al asumir tareas de producción y dirección, debutando con Gente corriente (1980), un film por el que ganó el Oscar al mejor director y a la mejor película. Su cine como autor se asentaba más en la expresión sentimental de sus personajes que en otras pautas más comerciales. Redford repitió como director en esta década con Un lugar llamado Milagro (1988). En los años 80 fue menguando su faceta de actor y sus trabajos como intérprete se hicieron muy escasos. Aún así, protagonizó títulos como Brubaker (1980) de Stuart Rosenberg, El mejor (1984) de Barry Levinson, Memorias de Africa (1985) de Sydney Pollack, junto a Meryl Streep, y Peligrosamente juntos (1986), thriller romántico dirigido por Ivan Reitman que co-protagonizaba Debra Winger.
En la siguiente década Robert Redford continuó actuando en films menos interesantes como Habana (1990) de Pollack, un sonado fracaso de taquilla, Los fisgones (1992) de Phil Alden Robinson o Una proposición indecente (1993) de Adrian Lyne, junto a Demi Moore, que supuso un enorme éxito comercial al tiempo que fue masacrada por la crítica, y realizó apreciables incursiones como director, entre las que se encuentran El río de la vida (1992) y Quiz Show (1994). Por este último título Redford recibiría una nominación como productor de mejor película y otra como mejor director. Junto a Michelle Pfeiffer protagonizó Intimo y personal (1996), un drama romántico de Jon Avnet. Sus últimos trabajos tras la cámara antes de finalizar el siglo fueron El hombre que susurraba a los caballos (1998), que también protagonizó, y La leyenda de Bagger Vance (2000).
Ya en el siglo XXI, Juego de espías (2001) de Tony Scott y Cuando todo está perdido (2013) de J.C. Chandor resultaron sus más exitosos títulos como actor. Como director filmó Leones por corderos (2007), The conspirator (2010) y Pacto de silencio (2012), reservándose papeles en la primera y tercera de ellas.
El hecho verdaderamente importante de Redford en estas últimas décadas fue el impulso del Festival de Sundance en Utah, un certamen cinematográfico ocupado en promover y desarrollar las producciones independientes de nuevos cineastas, lo que manifiesta el comprometido e inquieto carácter del rubio californiano. 
En el año 2002 le fue concedido un Oscar honorífico por el conjunto de su carrera y en 2009 se casó con la pintora alemana Sibylle Szaggars.


2 comentarios:

  1. Sí, imprescindible Redford dentro de la historia del arte cinematográfico, Javi lo coloca con su semblanza en el justo lugar.

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