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domingo, 20 de abril de 2014

Harold Lloyd (Burchard, Nebraska, US, 20-4-1893 / Beverly Hills, California, US, 8-3-1971): In memoriam (1.01)

THE BOY WITH GLASSES

Hace 121 años nació tal día como hoy el gran cómico estadounidense Harold Lloyd, que en la era del cine silente fue un maestro de la comicidad física. Sus dotes para la comedia, unido a su complexión atlética, le hicieron el favorito del público norteamericano en la taquilla.

Así le describe la página decine21:

El chico
por José María Aresté

Si hubiera que seleccionar a los tres padrinos del gran cine cómico de la etapa muda, seguramente nadie dudaria en incluir a Charles Chaplin, Buster Keaton y... Harold Lloyd. Al gran comediante de las gafas de pasta se le suele relegar a la tercera posición, pero lo cierto es que tenía un talento natural para el género, y ha sabido despertar la carcajada a varias generaciones de espectadores.
Harold Clayton Lloyd nació el 20 de abril de 1893 en Burchard, Nebraska, Estados Unidos. Era el segundo de dos hermanos, y bien podría decirse que de su padre James ‘Foxie’ (astuto), que le dio el apodo de Speedy (veloz) que utilizó en varias de sus películas, heredó su gusto por la aventura; y de su madre Elizabeth, además del apellido artístico, su gusto por la interpretación. Combinación feliz que le permitió estudiar en la Escuela de Arte Dramático de San Diego, pero que no impidió que sus progenitores se divorciaran cuando él tenía 17 años.
Su debut en los escenarios lo hizo con 12 años, un papelito en la representación de “Tess of d’Ubervilles”, según la novela de Thomas Hardy, montada por la compañía Burwood Stock de Omaha. Harold era acomodador del teatro y su simpatía empujó a uno de los actores, John Lane Connor, a respaldar al pequeño; allí quedó patente su talento natural, que sería confirmado y mejorado por la posterior formación académica. Se integraría en una compañía, pero más que el teatro fue ese invento llamado cinematógrafo el que le llamó y ya desde 1913 tuvo una muy prolífica presencia en la pantalla, que se prolongaría hasta 1947. La compañía Edison rodaba un western en San Diego y el aventurero Harold se dejó caer por ahí. No sería el suyo un papel memorable, simplemente apareció como extra dando vida a un piel roja más. Pero la semilla de su posterior carrera estaba ya depositada. Y en cuanto tuvo oportunidad, optó por dedicarse a tiempo completo al celuloide. En 1914 conocerá a Hal Roach, productor de un millar de filmes, y considerado el descubridor de su talento cómico, así como el de los populares Stan Laurel y Oliver Hardy. Entonces era un extra, pero una herencia le permitió producir sus propias películas con Lloyd. Éste, tras un breve período junto a Mack Sennett, volvió al lado de Roach. Entonces iniciaron una serie de películas, donde la referencia era Charlot. Pero Lloyd deseaba algo más personal, un personaje con el que se sintiera más a gusto. De modo que nació Lonesome Luke. Pero realmente no fue hasta 1917 cuando dieron él y Roach con la composición ideal. Lloyd, “el chico”, sería un personaje espigado, optimista y de perpetua sonrisa, con gafas de pasta y sombrero de paja, que se pudo ver por primera vez en Sobre la valla. Como Charlot, él también debería superar mil y un obstáculos, pero lo haría de un modo más desenfado y simpático, sin el egoísmo típico del pequeño vagabundo. Además el chico, que casi siempre se llamaba como él, Harold, era un joven corriente, estudiante, trabajador o rico heredero, y no un marginado, lo que conectó inmediatamente con los espectadores de la creciente clase media.
Compañera de reparto de muchos de los primeros cortos de Lloyd fue Bebe Daniels, que también se convertiría en su novia, pareja habitual en todos los compromisos sociales. Sin embargo su relación profesional y sentimental se quebró, y a partir de 1919 se emparejó en la pantalla con Mildred Davis hasta 1923, año en que ambos contrajeron matrimonio, retirándose ella del cine. Permanecerían casados hasta la muerte de Mildred en 1969 y tuvieron tres hijos. En las películas, el actor contaría a partir de entonces como compañera femenina, con Jobyna Ralston y Barbara Kent entre otras. Con su propia compañía de producción, y un equipo de colaboradores habituales (además de Roach, Daniels y Davis, Alfred G. Goulding, Fred C. Newmeyer, Sam Taylor, John Grey, Tim Whelan, Ted Wilde, Walter Lundin, Noah Young, Wallace Howe…) los cosas irían como la seda. Se trabajaba a buen ritmo, y a partir de tramas sencillas, que encadenaban bien los elaborados y muy bien coreografiados gags, estupendamente acompañados por los irónicos rótulos de H.C. Walker. Los filmes irían ganando en complejidad y duración; en 1921 hizo Marino de agua dulce, que duraba 45 minutos, y empezó a alcanzar cotas maestras en títulos como El mimado de la abuelita (1922), El hombre mosca (1923) –su imagen trepadora y colgando del reloj de un edificio es un icono de la historia del cine– El tenorio tímido (1924), Casado y con suegra (1924) y El estudiante novato (1925). La realización de filmes se iría espaciando para ganar en perfección técnica y artística. Se trasladó con éxito a un entorno rural en El hermanito (1927) y era un fan del béisbol en Relámpago (1928), donde el mítico jugador Babe Ruth demostró inesperadas dotes actorales.
Las persecuciones y acrobacias serían marca de fábrica de Lloyd, que se implicaba mucho físicamente en las películas. De hecho sufrió un terrible accidente en 1919 que en alguien de menos temperamento tal vez habría hecho mella permanente. Se preparaba el actor para hacerse una foto promocional de Tribulaciones con su personaje encendiendo un puro con una bomba, cuando la explosión incontrolada le dejó temporalmente ciego, además de hacerle perder los dedos índice y pulgar de la mano derecha. Lejos de amilanarse, tuvo desde entonces una prótesis y no hizo alarde de su condición de discapacitado, sino que siguió realizando sus propias escenas arriesgadas. Confesaba el actor que “el momento más dramático de mi vida fue aquel en el que estuve a punto de perderla”, pero prefirió que el público lo ignorara de momento.
Resulta difícil destacar un gag por encima de otro en la filmografía de Lloyd. Camuflado detrás de un abrigo, colgado de un perchero; dando un ridículo paso de baile como saludo universitario; agachándose para provocar la caída de su oponente; dando una azotaina a una 'flapper'; con el velo de su suegra tapándole la visibilidad en el automóvil; volando encima de una viga que maneja una grúa; ensayando métodos variados para quitarse la vida… Los recuerdos se multiplican y en todos domina la amplia sonrisa, que se convierte en cara de sorpresa y perplejidad, o la tierna mirada del enamorado, o ese rostro decidido a acometer una arriesgada empresa. Genial Lloyd, más expresivo que nunca cuando el cine no hablaba.
Pero el cine rompió a hablar. Y muchos no lo llevaron bien. Harold Lloyd es de los que mejor cara supo poner al tiempo que llegaba, pero sus títulos sonoros distan bastante de la genialidad de su etapa muda. Wellcome danger (1929) fue el primero, que incorporó el sonido cuando ya había bastante material rodado, lo que puede dar idea de que su elaboración fue compleja y el resultado no plenamente logrado. En general los filmes con sonido de Lloyd adolecen de un uso de la música demasiado sobrio, lo que les perjudica. En cualquier caso siguió ofreciendo acrobacias en ¡Ay, que me caigo! (1930) y abordó el cine dentro del cine en Cinemanía (1932). Curiosa es La garra del gato (1934), parábola política de aires caprianos, y La vía láctea (1936) la rodó a las órdenes de Leo McCarey. La pobre acogida de No se duerma, profesor (1938) le convenció de que el mejor camino era el de la retirada, pero aún lo intentó de nuevo, el punto final de su carrera, en 1947. Fue con Preston Sturges en un film de título premonitorio, El pecado de Harold, que no era lo mejor ni de Lloyd ni de Sturges. La idea era recuperar al “estudiante novato” de su film de 1925, para mostrar que había sido de él con el pasar de los años.
Harold Lloyd tuvo una jubilación cómoda, al ser el propietario de los derechos de sus películas. Pudo entonces dedicarse a sus hobbies, por ejemplo el de la fotografía o los viajes. Curiosamente se negó a que sus películas se emitieran en televisión, lo que contribuyó a que las nuevas generaciones desconocieran su exquisito y genial humor. En 1953 recibiría un Oscar honorífico por su carrera. En el entorno familiar no faltaron penas, que sobrellevó del mejor modo posible. La muerte le llegaría dos años después de fallecer su esposa, en 1971, a causa de un cáncer de próstata.





Young Harold Lloyd

Lomesome Luke character (1915-1917)

"Bees in his bonnet" (1918), short

"The marathon" (1919), short

"Captain Kidd's kids" (1919), short

Mildred Davis & Harold LLoyd ("His Royal Slynes"s, 1920), short

Harold Lloyd & Mildred Davis ("His Royal Slyness", 1920), short

Mildred Davis & Harold Lloyd ("Haunted spooks", 1920), short

"An eastern westerner", 1920), short

"High and dizzy" (1920), short

"High and dizzy" (1920), short

Harold Lloyd & Mildred Davis ("Get out and get under", 1920), short

"Among those present" (1921), short

"Among those present" (1921), short

James T. Kelley & Harold Lloyd ("Among those present", 1921), short

Mildred Davis, Jack Edwards & Harold Lloyd ("I do", 1921), short

"Never weaken" (1921), short

"Never weaken" (1921), short

"Never weaken" (1921), short

"Never weaken" (1921), short

"Marinero de agua dulce" (1921)

Harold Lloyd & Mildred Davis ("A sailor made man", 1921)

"El mimado de la abuelita" (1922)

Harold Lloyd & Anna Townsend ("Grandma's boy", 1922)

Dick Sutherland, Harold Lloyd, Anna Townsend & Jackie Morgan ("Grandma's boy", 1922)

"Grandma's boy" (1922)

"Grandma's boy" (1922)

"El doctor Jack" (1922)

"Dr. Jack" (1922)

"Dr. Jack" (1922)

"Dr. Jack" (1922)

 "El hombre mosca" (1923)

Mildred Davis & Harold Lloyd ("Safety last!", 1923)

"Safety last!" (1923)

"Safety last!" (1923)

"Safety last!" (1923)

"Safety last!" (1923)

"Safety last!" (1923)

"Safety last!" (1923)

"¡Venga alegría!" (1923)

Jobyna Ralston, Jim Mason &  Harold Lloyd ("Why worry?", 1923)

"Why worry?" (1923)

"Why worry?" (1923)

"Why worry?" (1923)

"Why worry?" (1923)

"Why worry?" (1923)


TO BE CONTINUED ... >>

2 comentarios:

  1. Un ejercicio encomiable de rigor y profesionalidad Javi, la excelencia de un trabajo documental completo como pocos. Te lo agradecemos mucho.

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